Corán

(1) Álif. Lam. Ra’. Éstos son versículos de un Libro elocuente que muestra la verdad.

(2) He descendido el Corán en idioma árabe para que puedan comprender sus significados en su contexto.

(3) Te contaré la historia más hermosa de las que te he revelado en el Corán, de la que antes no tenías conocimiento.

(4) Cuando José dijo a su padre [Jacob]: «¡Padre mío! He soñado que se prosternaban ante mí once estrellas, el Sol y la Luna».

(5) Dijo [Jacob]: «¡Hijito mío! No les cuentes el sueño a tus hermanos porque conspirarán contra ti [por envidia]; el demonio es el enemigo declarado de los seres humanos.

(6) Tu Señor te elegirá [como Profeta] y te enseñará a interpretar los sueños; y completará Su bendición en ti [con la revelación] y en la descendencia de Jacob, tal como bendijo a tus antepasados, Abraham e Isaac; tu Señor todo lo sabe, es Sabio».

(7) En la historia de José y sus hermanos hay signos para los que buscan la verdad.

(8) [Los hermanos de José] dijeron: «José y su hermano [Benjamín] son los preferidos de nuestro padre, a pesar de que somos muchos sus hijos. Nuestro padre está en un error evidente».

(9) [Dijo uno de ellos]: «Maten a José o destiérrenlo para que la atención de nuestro padre sea para nosotros por igual. Luego nos arrepentiremos y podremos ser de los virtuosos nuevamente».

(10) Dijo uno de ellos: «No maten a José. Si ya tienen decidido deshacerse de él, mejor arrójenlo a lo profundo de un pozo seco, alguna caravana lo recogerá».

(11) [Entonces se dirigieron a su padre] diciendo: «¡Padre nuestro! ¿Por qué no nos dejas cuidar de José? Solo tenemos buenas intenciones con él.

(12) Deja que venga con nosotros mañana, se divertirá y jugará. Nosotros lo cuidaremos».

(13) Dijo [Jacob]: «Me entristece que lo lleven lejos de mí, y temo que ustedes se descuiden y lo devore un lobo».

(14) Dijeron: «Si lo devorara un lobo, siendo nosotros un grupo numeroso, seríamos unos inútiles».

(15) Cuando se lo llevaron, acordaron arrojarlo a lo profundo de un pozo seco. Una vez que lo hicieron le inspiré a José: «Algún día les recordarás lo que están haciendo ahora, sin que ellos te reconozcan».

(16) Al anochecer, se presentaron ante su padre llorando.

(17) Dijeron: «¡Padre! Competíamos corriendo entre nosotros y dejamos a José con nuestras provisiones, y lo devoró un lobo. Te decimos la verdad, aunque no quieras creernos».

(18) Y le mostraron su túnica manchada con sangre falsa. Dijo [Jacob]: «Lo que ha sucedido no es como me lo cuentan, sino que es una falsedad que inventaron. Me resignaré pacientemente y que Dios me dé consuelo para sobrellevar la desgracia que me acaban de contar».

(19) Cuando pasó una caravana [cerca del pozo], enviaron a uno de ellos a buscar agua. Éste echó el cubo y al subirlo [vio a José y] exclamó: «¡Buenas noticias! Aquí hay un muchacho». Y lo ocultaron para venderlo; pero Dios bien sabía lo que hacían.

(20) [Mientras espiaban, sus hermanos vieron lo que ocurría y reclamaron que José era su esclavo.] Lo vendieron [a la caravana] por un precio insignificante, unas pocas monedas, para deshacerse de él.

(21) Y luego el egipcio que lo compró le dijo a su mujer: «Recíbelo honorablemente, podría sernos útil o quizá lo adoptemos como hijo». Así concedí a José una buena posición en esa tierra, y le enseñé la interpretación de los sueños. La voluntad de Dios siempre prevalece, pero la mayoría de la gente no lo sabe.

(22) Y cuando alcanzó la mayoría de edad, le concedí el discernimiento y la sabiduría [a través de la revelación]. Así es como recompenso a los que hacen el bien.

(23) Pero la señora de la casa en la cual estaba se sintió atraída por él. Lo llamó y, cerrando las puertas, exclamó: «¡Ven aquí, soy tuya!» Dijo José: «¡Qué Dios me proteja! Mi amo [tu esposo] me ha colmado de honores. Debes saber que los traidores no acaban bien».

(24) Ella lo deseó, y él la hubiera deseado de no ser porque vio una señal de su Señor. Así lo preservé del pecado y la obscenidad, porque era uno de Mis siervos elegidos.

(25) [José procuró huir y] ambos corrieron hacia la puerta, ella [al intentar detenerlo] rasgó la túnica de él por detrás y fueron sorprendidos por el marido de ella junto a la puerta, por lo que ella se apresuró a decir: «¿Qué pena merece quien ha pretendido deshonrar a tu mujer, sino que lo encarcelen o reciba un castigo severo?»

(26) Dijo José: «Fue ella quien intentó seducirme». Entonces un testigo de la familia de ella dijo: «Si su camisa fue rasgada por delante, ella ha dicho la verdad y él es quien miente.

(27) Pero si su camisa fue rasgada por detrás, entonces ella miente y él dice la verdad».

(28) Cuando el esposo vio que la camisa estaba rasgada por detrás, dijo: «Es una astucia propia de mujeres; sus artimañas son terribles.

(29) ¡José! Olvida lo sucedido [y no se lo menciones a nadie]. Y tú, mujer, pide perdón por lo que has hecho; porque has incurrido en una falta grave».

(30) Pero algunas mujeres de la ciudad comentaron: «La mujer del gobernador pretende seducir a su joven criado. Su amor por él la ha trastornado. Pensamos que está profundamente equivocada».

(31) Cuando [la mujer del gobernador] se enteró de sus habladurías las invitó [a su casa], les preparó un banquete y dio a cada una de ellas un cuchillo [para cortar la comida]. Entonces le dijo [a José]: «Preséntate ante ellas». Cuando lo vieron quedaron tan asombradas [por su belleza] que se cortaron la mano [por la distracción], y dijeron: «¡Dios Santo! No es un ser humano, es un ángel hermoso».
ángel hermoso: El concepto de que los ángeles son hermosos está establecido en la mente de la gente, de la misma manera que la idea de que los demonios son horribles. Por eso se asocia la idea de belleza a los ángeles, tal como las mujeres dijeron al ver al Profeta José.

(32) [Dijo ella:] «Éste es por quien me censuraban. Yo quise seducirlo, pero se mantuvo casto. Si no hace lo que le pido, ordenaré que lo encarcelen y terminará siendo humillado».

(33) Dijo [José]: «¡Señor mío! Prefiero la cárcel a caer en lo que éstas mujeres me proponen; pero si no apartas de mí su acoso, cederé a sus encantos y cometeré una estupidez».

(34) Pero su Señor respondió a su súplica y apartó de él sus artimañas; Él todo lo oye, todo lo sabe.

(35) Luego, a pesar de las pruebas de su inocencia, optaron por encarcelarlo temporalmente [para evitar los rumores].

(36) Junto con él fueron encarcelados otros dos jóvenes. Dijo uno de ellos: «Me vi en un sueño prensando vino». Y dijo el otro: «Yo me vi llevando pan sobre la cabeza, del cual comían los pájaros. Háblanos sobre su interpretación, porque nos pareces un hombre virtuoso».

(37) [Dijo José:] «Antes de que traigan la comida ya les habré dado su interpretación. La interpretación de los sueños es algo que mi Señor me enseñó; sepan primero que rechazo las costumbres de un pueblo que no cree en Dios y niega la existencia de la otra vida.

(38) Yo sigo la religión de mis ancestros, Abraham, Isaac y Jacob. Nosotros no asociamos ningún copartícipe a Dios. Esto es una gracia de Dios para nosotros y para todo aquel que siga la guía, pero la mayoría de la gente no lo agradece.

(39) ¡Compañeros de cárcel! ¿Qué es más razonable? ¿Creer en muchos ídolos o creer en Dios, el Único, el Victorioso?

(40) Los [ídolos] que adoran en lugar de Dios, no son sino nombres que ustedes y sus padres han elegido [para algunas piedras y estatuas], siendo que Dios no les reveló nada al respecto. El juicio solo pertenece a Dios, Quien ordenó que no adoren a nada ni nadie excepto a Él; esa es la religión verdadera, pero la mayoría de la gente lo ignora.

(41) ¡Compañeros de cárcel! [La interpretación de sus sueños es que] uno servirá vino [de nuevo] al rey; mientras que el otro será crucificado y los pájaros comerán de su cabeza. El asunto sobre el que me han consultado ya ha sido decretado».

(42) Le dijo [José] a quien supo que quedaría en libertad: «Menciona mi caso ante el rey». Pero el demonio le hizo olvidar que lo mencionara ante su amo, por lo que [José] permaneció en la cárcel varios años más.
el rey: Es importante mencionar aquí la exactitud histórica del Corán al llamar rey al soberano de los egipcios durante esta época y al llamar Faraón al de la época de Moisés, mientras que la Biblia, en clara anacronía, llama Faraón a ambos soberanos.

(43) [Cierto día] dijo el rey: «He visto en mis sueños siete vacas gordas devoradas por siete vacas flacas, y siete espigas verdes y otras [siete] secas. ¡Cortesanos! Expliquen mi sueño, si es que saben interpretarlo».

(44) Respondieron: «Son sueños incoherentes, y nosotros no somos expertos en la interpretación de sueños».

(45) Entonces dijo aquel de los dos que se había salvado [de la prisión] al recordar [a José] mucho tiempo después: «Yo les explicaré su significado; envíenme [a la cárcel para preguntar a José]».

(46) «¡José! ¡Tú que dices la verdad! Interpreta qué significa un sueño donde siete vacas gordas son devoradas por siete vacas flacas, y [donde aparecen] siete espigas verdes y otras [siete] secas; para que regrese con su explicación ante la gente y así sepan [sobre tu don]».

(47) Dijo [José]: «Deben sembrar como de costumbre siete años, pero lo que cosechen déjenlo dentro de la espiga [para conservarlo] excepto una parte, de la que pueden comer.

(48) Luego vendrán siete años de sequía en los que comerán lo que hayan acopiado, salvo la parte [reservada para volver a sembrar].

(49) Luego vendrá un año en que la gente será bendecida con la lluvia, y en él volverán a tener jugo de los frutos».

(50) [Al escuchar la interpretación,] el rey dijo: «¡Tráiganlo ante mí!» Pero cuando el enviado se presentó ante José, éste le dijo: «Regresa ante tu amo y pregúntale qué pasó con aquellas mujeres que se cortaron las manos. Mi Señor está bien enterado de sus conspiraciones».

(51) [Las mujeres fueron reunidas ante el rey y] les dijo: «¿Qué sucedió cuando intentaron seducir a José?» Dijeron: «¡Que Dios nos ampare! No sabemos nada malo de él». Entonces la mujer del gobernador dijo: «Ahora la verdad ha salido a la luz. Yo soy la que quiso seducirlo, y él decía la verdad.

(52) Digo esto para que [mi esposo] sepa que no lo traicioné en su ausencia, y sé bien que Dios desbarata las intrigas de los traidores.

(53) No pretendo excusarme, porque el alma suele ordenar el mal, y solo están a salvo de ello aquellos a quienes mi Señor los protege. Mi Señor es Absolvedor, Misericordioso».

(54) Dijo el rey: «¡Tráiganlo ante mí! Haré que sea mi hombre de confianza». Cuando hablaron le dijo: «Desde hoy gozas de autoridad y confianza».

(55) Dijo [José]: «Ponme a cargo de los graneros [y las arcas] del país, porque yo sé cómo administrarlas con prudencia».

(56) Así fue como hice a José gobernar la tierra [de Egipto], donde pudo establecerse a su gusto. Concedo Mi misericordia a quien quiero, y no dejo que se pierda la recompensa de los que hacen el bien [en este mundo].

(57) Pero para los creyentes piadosos la recompensa en la otra vida es superior.

(58) [Pasados algunos años,] llegaron los hermanos de José [a Egipto en busca de provisiones] y se presentaron ante él, y él los reconoció, mientras que ellos no lo reconocieron.

(59) Cuando les hubo suministrado sus provisiones, les dijo: «[La próxima vez que vengan,] traigan a su hermano por parte de padre. ¿No ven que les he dado la medida justa y soy el mejor de los anfitriones?
su hermano por parte de padre: Benjamín era el único hermano de padre y madre que tenía José. El resto de sus hermanos tenían el mismo padre, pero no la misma madre.

(60) Si no lo traen, no obtendrán más provisiones de mí, ni se les permitirá acercarse a mí».

(61) Dijeron: «Convenceremos a su padre para que se desprenda de él, haremos todo lo posible de nuestra parte».

(62) [José] dijo a sus criados: «Pongan [el valor que pagaron por] su mercancía en su equipaje nuevamente, para que lo encuentren cuando vuelvan a su gente y así ansíen regresar».

(63) Cuando regresaron ante su padre dijeron: «¡Padre! Se nos ha negado el grano [en el futuro a menos que llevemos a Benjamín], envía pues a nuestro hermano con nosotros para que podamos aprovisionarnos, y ten certeza de que lo cuidaremos».

(64) Dijo [Jacob]: «¿Acaso esperan que se los confíe de la misma manera que antaño les confié a su hermano [José]? Dios es mejor custodio que ustedes, y el más Misericordioso de los misericordiosos.

(65) Y cuando abrieron su equipaje encontraron que se les había devuelto [el valor de] su mercancía; dijeron: «¡Padre! ¿Qué más queremos? ¡Aquí está nuestra mercancía, nos ha sido devuelta! [Si dejas venir a Benjamín con nosotros] podremos traer más provisiones para nuestra gente, cuidaremos de nuestro hermano, y obtendremos otra carga de camello. Lo que hemos traído es una carga escasa».

(66) [Dijo Jacob:] «No lo enviaré hasta que me juren solemnemente por Dios que lo traerán de regreso, a menos que se vean impedidos por fuerza mayor». Cuando hicieron el juramento les dijo: «Dios es testigo de este compromiso».

(67) Dijo [Jacob]: «¡Hijos míos! No entren todos [a la ciudad] por la misma puerta, mejor ingresen por puertas diferentes, pero sepan que no puedo hacer nada contra el designio de Dios, pues Él es Quien decreta todos los asuntos. En Él he depositado mi confianza, y a Él deben encomendarse quienes en Él confían».
por puertas diferentes: Para no llamar la atención.

(68) Pero aunque entraron del modo que les aconsejó su padre, esto de nada les habría servido contra el designio de Dios, pues solo era una prevención que Jacob había tomado [para proteger a sus hijos]. Jacob tenía un conocimiento que le había enseñado [a través de la revelación]. Pero la mayoría de la gente lo ignora.

(69) Y cuando [los hijos de Jacob] se presentaron ante José, éste abrazó a su hermano [Benjamín], y le dijo [en secreto]: «Yo soy tu hermano, ya no sientas pena por lo que ellos hicieron [conmigo]».

(70) Y tras haberles dado sus provisiones, escondió una copa [del rey] en el saco de su hermano [Benjamín]. Y [cuando iban saliendo de la ciudad] un pregonero gritó: «¡Gente de la caravana, son unos ladrones!»

(71) Dijeron [los hermanos de José] dirigiéndose a los guardias: «¿Qué es lo que se ha perdido?»

(72) Respondieron: «Perdimos una copa del rey. A quien la encuentre le daremos la carga de un camello [de recompensa], y [dijo el pregonero:] yo lo garantizo».

(73) «¡Por Dios! Bien saben que no hemos venido a corromper en la tierra [de Egipto] ni somos ladrones» [dijeron los hermanos de José].

(74) Dijeron [los guardias]: «¿Cuál debería ser el castigo de quien esté mintiendo?»

(75) [Respondieron:] «El castigo de aquel a quien se le encontrase [la copa] en su equipaje debería ser que sea aprisionado. Así es como se castiga a los que cometen ese crimen».

(76) Entonces [fueron llevados ante José para ser registrados, y] empezó por el equipaje de ellos antes que el de su hermano [Benjamín], de donde sacó la copa. Así se lo inspiré a José. No habría podido quedarse con su hermano [de otra forma], pues así era la ley del rey, y Dios así lo quiso. Elevo en grados a quien quiero [a través del conocimiento], pero por encima de todo sabio está El que todo lo sabe.

(77) [Tan pronto como la copa fue descubierta en el equipaje de Benjamín, los hermanos] dijeron: «Si ha robado, ya antes un hermano suyo había robado», pero José se contuvo y no les respondió, sino que pensó para sus adentros: «Ustedes son mucho peores, y Dios sabe bien la mentira que están diciendo».

(78) Dijeron [los hermanos]: «¡Oh, gobernador! Él tiene un padre muy anciano, quédate con uno de nosotros en su lugar; vemos que eres un hombre de bien».

(79) Dijo [José]: «¡Dios nos libre de castigar a otro que aquel al que le encontramos la copa en su poder! Porque seríamos injustos».

(80) Cuando perdieron toda esperanza de persuadirlo, se retiraron a deliberar. Dijo el mayor de ellos: «¿Recuerdan que nuestro padre nos hizo jurar solemnemente por Dios, pues ya antes habíamos fallado con respecto a José? No me moveré de esta tierra hasta que mi padre lo autorice, o Dios juzgue a mi favor, porque Él es el mejor de los jueces.
nos hizo jurar solemnemente por Dios: Que iban a llevar de regreso a Benjamín.

(81) Vuelvan ante nuestro padre y díganle: ¡Padre! Tu hijo ha robado, y solo atestiguamos sobre lo que hemos sabido, y no tenemos acceso a lo oculto [para saber si realmente lo hizo o no].

(82) Y pregunta en la ciudad donde estuvimos y a la caravana con la que regresamos, pues decimos la verdad».

(83) [Pero Jacob al escucharlos] dijo: «Lo que ha sucedido no es como me lo cuentan, sino que es una falsedad que inventaron. Me resignaré pacientemente y que Dios me dé consuelo para sobrellevar la desgracia que me acaban de contar. Quiera Dios devolverme a todos [mis hijos]. Él todo lo sabe, es el Sabio».

(84) Y [le recordó el dolor por su hijo perdido y] se apartó de ellos diciendo: «¡Qué pena siento por la falta de José!» Y perdió la vista por tanta pena, y quedó desconsolado, sufriendo en silencio.

(85) Dijeron [sus hijos]: «¡Por Dios! No dejarás de recordar a José hasta enfermar o morir».

(86) Dijo [Jacob]: «Solo me quejo a Dios en mi lamento y mi dolor, y sé de Dios lo que ustedes no saben.

(87) ¡Hijos míos! Vuelvan [a Egipto], averigüen sobre José y su hermano, y no desesperen de la bondad de Dios, pues no desesperan de la bondad de Dios sino los incrédulos».

(88) [En Egipto] se presentaron ante José y le dijeron: «¡Oh, gobernador! Hemos sido alcanzados por la sequía, nosotros y nuestras familias, por eso trajimos mercadería de escaso valor, pero danos una justa medida y sé caritativo con nosotros; Dios recompensa a los generosos».

(89) Entonces les dijo [José]: «¿Acaso recuerdan lo que hicieron con José y su hermano, llevados por la ignorancia?»

(90) Dijeron [sorprendidos]: «¿Eres tú José?» Respondió: «Yo soy José y éste es mi hermano [Benjamín]. Dios nos ha agraciado [con el reencuentro]. Quienes tengan temor de Dios y sean pacientes [ante las adversidades], sepan que Dios no dejará de recompensar a los que hacen el bien».

(91) Dijeron: «¡Por Dios! Te ha enaltecido Dios muy por encima de nosotros. Nosotros estábamos en el error».

(92) Dijo [José]: «Hoy no les reprocharé nada de lo que hayan hecho en el pasado. Que Dios los perdone, Él es el más Misericordioso de los misericordiosos.

(93) Vayan con mi camisa y pónganla sobre el rostro de mi padre, que así recuperará la vista; y traigan a toda la familia».

(94) Cuando la caravana partía, dijo su padre [Jacob a quienes estaban junto a él]: «Aunque piensen que desvarío, en este momento noto la presencia de José en el aire».
partía: De Egipto a Palestina.

(95) Dijeron [los otros hijos]: «¡Por Dios! Sigues en tu antiguo error».

(96) Cuando llegaron, le colocaron [la camisa] sobre su rostro y recuperó inmediatamente la vista. [Jacob] exclamó: «¿No les dije que yo sabía de Dios lo que ustedes ignoran?»

(97) Dijeron: «¡Padre! Pide a Dios que perdone nuestros pecados, nosotros estábamos en el error».

(98) Respondió: «Pediré a mi Señor que los perdone, Él es el Absolvedor, el Misericordioso».

(99) Luego [cuando llegaron todos a Egipto y] se presentaron ante José, éste abrazó a sus padres y dijo: «Vivan en Egipto, si Dios quiere estarán seguros aquí».

(100) Hizo sentar en el trono a sus padres, que junto a todos [los hermanos] cayeron prosternados ante José, quien dijo: «¡Padre mío! Esta es la interpretación del sueño que tuve [cuando era niño], y mi Señor hizo que se cumpliera. Dios me favoreció sacándome de la cárcel y trayéndolos del desierto ante mí, a pesar de que el demonio había sembrado la discordia entre mis hermanos y yo. Mi Señor es Sutil con quien quiere, y Él todo lo sabe, es Sabio.

(101) ¡Señor mío! Me has concedido autoridad y me has enseñado la interpretación de los sueños. ¡Creador de los cielos y la Tierra! Tú eres mi Protector en esta vida y en la otra, hazme morir sometido a Ti, y reúneme con los virtuosos».

(102) [¡Oh, Mujámmad!] Esta historia que te he revelado había permanecido oculta hasta ahora. Tú no estabas presente cuando [los hermanos de José] planearon [eliminarlo] y se complotaron.

(103) La mayoría de los seres humanos, aunque te esfuerces [para que crean], no serán creyentes.

(104) Tú no pides remuneración alguna por transmitir el Mensaje, que está dirigido a toda la humanidad.

(105) ¡Cuántos signos hay en los cielos y en la Tierra que pasan frente a ellos, pero no prestan atención!

(106) La mayoría de los que creen en Dios caen en dedicarle actos de adoración a otros.
El objetivo del monoteísmo (Tauhid) no es la sola afirmación del Dominio y el Señorío (Tauhid Ar-Rububiah), es decir, creer en la existencia de Dios y que solo Él es el Creador del Universo, tal como afirman algunos filósofos y teósofos. Éstos consideran que al afirmar este concepto con pruebas han alcanzado, de hecho, el objetivo del monoteísmo en su totalidad. Pero la persona que afirme la existencia de la divinidad y Sus atributos divinos, negando de él cualquier imperfección, no será un monoteísta verdadero hasta que afirme que nada ni nadie merece ser adorado salvo Dios, sin asociados. Porque la palabra “divinidad” implica que merece ser adorado, y no significa solamente que posee el poder de crear. Los que limitan el significado de la palabra “divinidad” al hecho de poseer el poder de crear, haciendo el objetivo del monoteísmo esta sola afirmación, no comprenden la realidad del monoteísmo que enseñó el Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, porque los árabes politeístas e idólatras de su época afirmaban que Dios era el Creador de todas las cosas, y a pesar de eso el Corán seguía refiriéndose a ellos como idólatras e incrédulos, porque invocaban y adoraban a sus ídolos junto con Dios.

(107) ¿Acaso [estas personas] se sienten a salvo de ser alcanzados por el castigo de Dios, o a salvo de que les llegue la Hora del Juicio de improviso, cuando menos lo esperan?

(108) Di: «Éste es mi sendero, tanto yo como quienes me siguen invitamos a adorar a Dios con conocimiento. ¡Glorificado sea Dios! No soy de los que idolatran divinidades junto a Dios».

(109) No he enviado antes de ti sino a hombres que pertenecían a sus propias comunidades para que le transmitieran Mi revelación. ¿Por qué [quienes rechazan este mensaje] no viajan por el mundo y observan cómo fue que acabaron los pueblos de la antigüedad [que desmintieron a los Profetas]? La morada de la otra vida será mejor para quienes tienen temor de Dios. ¿Es que no van a reflexionar?

(110) [Todos los Profetas sufrieron persecución y rechazo] al punto que cuando los Mensajeros se resignaron y tuvieron la certeza de que les desmentirían definitivamente, les llegó Mi auxilio: entonces, todos aquellos a quienes quise [salvar] fueron salvados [y los que rechazaron la verdad fueron destruidos]: pues la gente que se hunde en el pecado no puede escapar de Mi ira.

(111) En las historias [de los Profetas] hay un motivo de enseñanza para la gente que reflexiona. [El Corán] no es un relato inventado, sino que es una confirmación de lo ya revelado anteriormente, así como una explicación detallada de todas las cosas, una guía y misericordia para los creyentes.

Corán

(1) Álif. Lam. Ra’. [El Corán] es un Libro cuyos versículos han sido perfeccionados y explicados detalladamente por el Sabio, el Conocedor.

(2) [Diles, ¡oh, Mujámmad!:] «No adoren sino a Dios, yo he sido enviado a ustedes como amonestador y albriciador.
amonestador: Para condenar la idolatría y las injusticias. albriciador: De la recompensa que han de recibir los monoteístas que hagan el bien.

(3) Supliquen perdón a su Señor y arrepiéntanse ante Él, pues así les concederá de Sus gracias hasta un plazo determinado, y recompensará a todo aquel que haga el bien. Temo que si rechazan [el Mensaje] los alcance el castigo de un día terrible.
un día terrible: El Día del Juicio Final.

(4) Ante Dios han de comparecer y Él es sobre toda cosa poderoso».

(5) Ellos [los hipócritas] pretenden disimular su aversión y creen poder esconderse de Dios. Aunque se cubran con sus ropas, Él sabe bien lo que esconden y lo que manifiestan, pues conoce lo que encierran los pechos.

(6) No existe criatura en la Tierra sin que sea Dios Quien la sustenta, Él conoce su morada y por donde transita; todo está registrado en un Libro evidente.
Libro evidente: La Tabla Protegida.

(7) Él es Quien ha creado los cielos y la Tierra en seis eras, y Su Trono se encontraba sobre el agua, para probar quiénes de ustedes obran mejor. Si les dices [¡oh, Mujámmad!]: «Serán resucitados después de la muerte», dirán los que se niegan a creer: «Esto no es sino hechicería evidente».

(8) Si les retraso su castigo hasta un plazo determinado, dirán [los incrédulos]: «¿Qué es lo que lo retiene?» ¿Acaso no saben que el día que les alcance el castigo no podrán evitarlo y los rodeará aquello de lo que se burlaban?

(9) Si le concedo a la persona algo de Mi gracia y luego se la quito, se desespera y se muestra desagradecida.

(10) Pero cuando le agracio luego de haber padecido una adversidad, dice: «Se han alejado los males de mí», se regocija con arrogancia.

(11) No se comportan así quienes fueron pacientes [ante las adversidades] y obraron el bien [en los momentos de gracia]; éstos obtendrán el perdón y una gran recompensa.

(12) [Por misericordia] tú podrías dejar de transmitirles algo de lo que te fue revelado, porque tu corazón se acongoja cuando dicen: «¿Por qué no se le ha concedido un tesoro o lo acompaña un ángel [para corroborar que es Profeta]?» Pero a ti solo te corresponde transmitir el Mensaje y amonestarlos; Dios es el protector de todas las cosas.

(13) O cuando dicen: «Él lo inventó». Diles: «[Si es verdad que un ser humano puede escribir algo tan maravilloso] escriban ustedes diez suras inventadas como ésta y preséntenlas, y convoquen a quienes puedan [para que los auxilien] en vez de Dios, si es que dicen la verdad».
lo inventó: Al Sagrado Corán.

(14) Pero si no les responden [el desafío], sepan que [el Corán] ha sido revelado con el conocimiento de Dios, porque no hay otra divinidad salvo Él. ¿Acaso no van a someterse a Él [haciéndose musulmanes]?

(15) A quienes prefieran la vida mundanal y sus placeres los recompensaré por sus obras en esta vida, se los concederé y no serán defraudados.
en esta vida: A quien le dé prioridad a los gozos de este mundo sobre su deseo de obrar el bien para obtener la recompensa de Dios en el más allá, Dios ha de recompensarlo por sus buenas acciones en este mundo, porque Él es justo y no deja ninguna buena acción por recompensar.

(16) Pero no obtendrán en la otra vida sino el castigo del Infierno. Allí, lo que hubieran hecho se desvanecerá, y sus obras habrán sido en vano.

(17) ¿Acaso quien cree en el Corán y se basa en una prueba que proviene de Su Señor, que es recitada por un testigo de Dios, y que antes se encontraba mencionada en el Libro de Moisés [la Tora] que fue una guía y una misericordia, es comparable con aquellos aliados que no creen en el Corán? Ellos tendrán por morada el Infierno. No tengas dudas [de ello]. [El Corán] es la Verdad que dimana de tu Señor, aunque la mayoría de las personas no crean.
testigo de Dios: El Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. aliados: El término “aliados” hace referencia a aquellos que se habían unido en la causa común de desmentir, perseguir e intentar exterminar a los musulmanes.

(18) ¿Hay alguien más injusto que quien inventa mentiras acerca de Dios? Ésos deberán comparecer ante su Señor [para responder por sus mentiras], y entonces todos los testigos dirán: «Éstos son quienes mintieron acerca de su Señor». ¡Que la maldición de Dios caiga sobre los injustos

(19) que apartan a la gente del sendero de Dios, tratan de modificarlo y no creen en la otra vida!

(20) No podrán escapar de Dios en la Tierra, como tampoco tendrán [el Día del Juicio] quien los pueda proteger de Dios, y les será duplicado el castigo. Ellos no se permitieron oír [el Mensaje] ni querían ver [la verdad].

(21) Ésos son los que se han perdido a sí mismos, porque todo lo que habían inventado [el Día del Juicio] se esfumará.

(22) No hay duda de que en la otra vida serán quienes más pierdan.

(23) En cambio, los que hayan creído y obrado el bien y se sometieron con humildad a su Señor, serán los moradores del Paraíso, donde permanecerán por toda la eternidad.

(24) El parecido de ambos grupos es como el que tienen uno ciego y sordo con aquel que ve y oye. ¿Pueden compararse? ¿Es que no van a recapacitar?

(25) [Recuerda] que envié a Noé a su pueblo [y les dijo]: «He sido enviado para ustedes como un amonestador evidente,

(26) no adoren sino a Dios, pues temo que [si siguen adorando a sus ídolos] los azote el castigo un día doloroso [el Día del Juicio]».

(27) Los líderes de los que se negaron a creer de su pueblo, dijeron: «No eres más que un mortal como nosotros, y solo te siguen los pobres y débiles de nuestro pueblo sin ninguna reflexión. No los creemos mejores que nosotros, sino que los consideramos mentirosos».

(28) Dijo [Noé]: «¡Oh, pueblo mío! Me he presentado ante ustedes con una prueba evidente de mi Señor, Quien me ha agraciado con Su misericordia, a la que ustedes se mantienen ciegos. ¿Acaso creen que vamos a imponerles aceptar [el Mensaje] cuando no están de acuerdo?
Su misericordia: La profecía y el Mensaje.

(29) ¡Oh, pueblo mío! No les pido retribución alguna a cambio [de transmitirles el Mensaje], pues Dios será Quien me recompensará, y no voy a rechazar a los creyentes [pobres como me piden], porque ellos se encontrarán con su Señor [Quien los recompensará por su fe]; y veo que son ustedes un pueblo que se comporta como los ignorantes.
[de transmitirles el Mensaje]: Una señal de la veracidad de los Mensajeros, que puede verse al leer sus biografías, es que ellos eran ascetas respecto a los lujos transitorios de este mundo. Jamás solicitaron recompensa alguna a las personas por guiarlas al camino recto. Hicieron el bien sin esperar premio ni agradecimiento de la gente. un pueblo que se comporta como los ignorantes: El Corán en este versículo condena la discriminación de las clases bajas, los pobres y los marginados sociales, así como condena que la religión se vuelva un asunto manejado por una élite que solo conforman los poderosos y adinerados.

(30) ¡Oh, pueblo mío! ¿Quién me protegerá de Dios si despreciara [a los pobres y débiles]? ¿Es que no recapacitan?

(31) No les digo que poseo los tesoros de Dios ni que conozco lo oculto, ni les digo que soy un ángel; tampoco digo que Dios no recompensará [en la otra vida] a aquellos que ustedes consideran inferiores [los débiles y los pobres], pues Dios bien sabe lo que hay en sus almas, porque si lo dijera sería de los injustos».

(32) Le dijeron: «¡Oh, Noé! No has dejado de discutir y objetarnos, haz que se desencadene de una vez sobre nosotros aquello con lo que nos amenazas, si es verdad lo que dices».

(33) Dijo [Noé]: «Dios lo desencadenará [al castigo] si Él así lo decreta, y entonces no podrán huir.

(34) Y aunque los quiera beneficiar con mi exhortación, tampoco les servirá de nada si es voluntad de Dios su desvío. Él es su Señor, y ante Él comparecerán».

(35) Dicen [los idólatras de La Meca]: «Él lo inventó». Diles [¡Oh, Mujámmad!]: «Si yo lo hubiera inventado, sobre mí recaerían las consecuencias de mi delito, y soy inocente del delito [de incredulidad] que ustedes cometen».
lo inventó: Al Sagrado Corán.

(36) [También] le fue revelado a Noé: «Salvo los que ya han creído, nadie más creerá de tu pueblo; no te aflijas por lo que hacen.

(37) Construye el arca bajo Mi observancia y según Mi inspiración, y no Me hables a favor de quienes obraron injustamente, porque estarán entre los que se ahoguen».

(38) Mientras construía el arca, cada vez que pasaban ante él los poderosos de su pueblo se burlaban, y él les decía: «Si se burlan de nosotros, sepan que ya nos burlaremos de ustedes como lo hacen ahora.

(39) Ya sabrán a quién le alcanzará un castigo humillante [en esta vida], y [en la otra] sufrirá un tormento eterno».

(40) Cuando llegó el momento de cumplirse Mi orden [del diluvio], el agua comenzó a fluir y correr impetuosamente por el suelo, [entonces] le dije [a Noé]: «Embarca una pareja de cada especie [de la fauna doméstica de la zona], así como a tu familia, excepto aquél sobre quien pese la sentencia, y [por supuesto] a los creyentes». No obstante, los que habían creído en él eran muy pocos.

(41) Dijo [Noé]: «¡Suban al arca! ¡Que en el nombre de Dios navegue y llegue a buen puerto! Mi Señor es Perdonador, Misericordioso».

(42) [El arca] navegó con ellos a bordo entre olas altas como montañas. Noé llamó a su hijo que se encontraba en un lugar apartado: «¡Oh, hijito mío! Sube al arca con nosotros y no te cuentes entre los que se niegan a creer».

(43) Dijo [su hijo]: «Me refugiaré en una montaña que me protegerá de las aguas». Dijo [Noé]: «Hoy no habrá nada que pueda protegerlos del mandato de Dios, y solo se salvará aquel a quien Dios le tenga misericordia»; entonces las olas se interpusieron entre ambos, y [su hijo] se contó entre los ahogados.

(44) Y fue ordenado: «¡Oh, tierra! Absorbe tu agua. ¡Oh, cielo! Detente». Y entonces el agua fue decreciendo y así se cumplió el mandato, y [el arca] se asentó sobre el monte Yudi, y fue dicho: «¡La maldición recayó sobre los injustos!»

(45) Noé invocó a su Señor diciendo: «¡Oh, Señor mío! Mi hijo era parte de mi familia [y pensé que no sería destruido]; Tu promesa es verdadera, y Tú eres el más justo de los jueces».

(46) Dijo [Dios a Noé]: «¡Oh, Noé! Él no era de [los que se salvarían de] tu familia, pues sus obras no eran rectas; no Me cuestiones respecto aquello sobre lo que no tienes conocimiento. Te advierto para que no te cuentes entre los ignorantes».
sus obras no eran rectas: Conservó sus creencias idólatras y no aceptó a su padre como Profeta de Dios.

(47) Dijo [Noé]: «¡Oh, Señor mío! Me refugio en Ti de cuestionarte algo sobre lo que no tengo conocimiento; si no me perdonas y Te apiadas de mí, me contaré entre los perdedores».

(48) Entonces, le fue dicho: «¡Oh, Noé! Desciende del arca con una paz proveniente de Mí. Que las bendiciones sean contigo y con las comunidades que sucederán a quienes están contigo. A algunas de ellas [que no creerán] las dejaré gozar [de esta vida mundanal], pero luego les azotará de Mi parte un castigo doloroso».

(49) Estas son historias de lo oculto que te revelo [¡oh, Mujámmad!], ni tú ni tu pueblo las conocían. Ten paciencia, que el éxito final será para los que tienen temor de Dios.

(50) Al pueblo de ‘Ad le envié [como Profeta] a su hermano Hud [quien les dijo]: «¡Oh, pueblo mío! Adoren solo a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él; ustedes no hacen más que inventar mentiras [acerca de Dios al asociarle divinidades].

(51) ¡Oh, pueblo mío! No les pido remuneración alguna a cambio [de trasmitirles el Mensaje], solo anhelo la recompensa de Quien me ha creado. ¿Es que no reflexionan?

(52) ¡Oh, pueblo mío! Pidan perdón a su Señor y arrepiéntanse, que Él les enviará del cielo lluvias benditas, aumentará su fortaleza y multiplicará su poderío. No den la espalda como los criminales».

(53) Dijeron: «¡Oh, Hud! No nos has presentado ningún milagro como para que abandonemos nuestros ídolos solo porque tú lo dices. ¡No tenemos fe en ti!

(54) Solo decimos que uno de nuestros ídolos te ha trastornado». Dijo [Hud]: «Pongo a Dios y a ustedes por testigos de que soy inocente de lo que adoran

(55) en vez de Él. Confabúlense todos contra mí [si quieren] y no me hagan esperar.

(56) Yo me encomiendo a Dios, que es mi Señor y el suyo. Sepan que no hay criatura que se escape a Su voluntad. Mi Señor está en el camino recto [y juzga con justicia].

(57) Pero si me rechazan, yo habré cumplido con transmitirles aquello con lo que fui enviado, y mi Señor los remplazará por otro pueblo diferente [que será creyente]. Sepan que no Lo perjudican en nada [si no creen en Él]; mi Señor es el Protector de todas las cosas».

(58) Cuando llegó Mi designio [de destruirlos], salvé por misericordia a Hud y a quienes creyeron con él, librándolos de un castigo terrible.

(59) Así fue el pueblo de ‘Ad, negaron los signos de su Señor y desobedecieron a Sus Mensajeros, y siguieron a aquellos que se oponen a la verdad con arrogancia y prepotencia.

(60) Recibieron la maldición en este mundo y en el Día del Juicio. Los habitantes de ‘Ad negaron a su Señor, y por ello el pueblo de Hud quedó fuera de la misericordia.

(61) Y al pueblo de Zamud le envié [como Profeta] a su hermano Sálih, quien les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. Él los creó de la tierra y los hizo vivir en ella. Imploren Su perdón y arrepiéntanse, porque mi Señor está próximo [cuando Lo invocan] y responde sus súplicas».

(62) Dijeron: «¡Oh, Sálih! Teníamos esperanzas en ti [que fueras nuestro líder] antes de esto. ¿Acaso nos prohíbes que adoremos lo que adoraron nuestros padres? Eso a lo que nos invitas nos resulta muy sospechoso».
antes de esto: Que se hubiera proclamado Profeta y los invitara a abandonar la idolatría.

(63) Dijo [Sálih]: «¡Oh, pueblo mío! ¿Acaso no ven que poseo una prueba evidente de mi Señor y que me ha concedido una misericordia? ¿Quién me protegerá de Dios si Lo desobedezco? Lo que me ofrecen no es más que perdición para mí.
una misericordia: La profecía.

(64) ¡Oh, pueblo mío! Esta es la camella de Dios, y es para ustedes un signo [del poder divino], déjenla que paste en la tierra de Dios y no le hagan ningún daño, pues de lo contrario los azotará un castigo ineludible».
la camella de Dios: Dios la hizo surgir milagrosamente de entre las rocas.

(65) Pero la mataron con crueldad, y entonces [Sálih] les dijo: «Disfruten en sus hogares durante tres días [porque luego les llegará el castigo]; esa es una promesa que no dejará de cumplirse».

(66) Pero cuando llegó lo que había decretado para ellos, salvé de la humillación de aquel día a Sálih y a los que habían creído en él, por misericordia. Tu Señor es el Fortísimo, el Poderoso.

(67) Y el estrépito sorprendió a los injustos, que amanecieron muertos en sus casas

(68) como si nunca hubieran habitado en ellas. ¿Acaso los habitantes de Zamud no negaron a su Señor? Por ello el pueblo de Zamud quedó fuera de la misericordia.

(69) Mis [ángeles] enviados se presentaron ante Abraham para darle una albricia. Dijeron: «¡La paz sea contigo!» Respondió [Abraham]: «¡Y con ustedes!» Y no tardó en traerles un ternero asado.
una albricia: Le informaron sobre el pronto nacimiento de su hijo Isaac, y que la destrucción de Dios caería sobre el pueblo de Lot.

(70) Pero cuando observó que sus manos no lo tocaban [al ternero] sospechó de ellos y sintió temor, entonces le dijeron: «No temas, nosotros fuimos enviados al pueblo de Lot».
sospechó de ellos: Que no eran seres humanos, porque no comían.

(71) Su mujer, que estaba de pie, se sonrió [sorprendida por la noticia], y le albricié con Isaac y que Isaac tendría como hijo a Jacob.
Su mujer: La esposa de Abraham.

(72) Ella exclamó: «¡Cómo es posible! ¿Cómo he de concebir ahora que soy anciana, y mi marido también es un anciano? Esto es algo asombroso».

(73) Le dijeron [los ángeles]: «¿Acaso te asombras del designio de Dios? ¡Qué la misericordia de Dios y Sus bendiciones sean con ustedes, gente de la casa! Dios es Digno de alabanza, Glorioso».

(74) Pero cuando se disipó el temor de Abraham y le fue dada la albricia, habló en favor del pueblo de Lot.

(75) Abraham era indulgente, lleno de compasión y siempre pedía perdón.

(76) [Le fue dicho:] «¡Oh, Abraham! Desiste de interceder por ellos, pues ha llegado el designio de tu Señor, y los azotará un castigo inapelable».

(77) Y cuando Mis emisarios se presentaron ante Lot, éste [pensando que eran viajeros] se preocupó [por lo que su pueblo pudiere hacerles] y se sintió impotente para protegerlos; exclamó: «¡Éste es un día terrible!»
Mis emisarios:Los ángeles que anteriormente habían visitado a Abraham. para protegerlos:Lot sintió impotencia para proteger a sus huéspedes de la gente de Sodoma, cuyas notorias inclinaciones homosexuales han dado origen al término “sodomía”. Dado que Lot creía que sus visitantes eran tan solo unos jóvenes, estaba seguro de que serían agredidos sexualmente por los depravados habitantes de la ciudad.

(78) La gente de su pueblo, que ya eran conocidos por sus obscenidades, se presentaron presurosamente ante él, y éste les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Aquí están mis hijas [si desean casarse], porque eso es lo lícito y puro para ustedes. Tengan temor de Dios y no me avergüencen ante mis huéspedes. ¿Es que no hay entre ustedes ni un solo hombre recto?»
mis hijas: Las palabras de Lot pueden referirse a sus propias hijas o a las mujeres en general, pero su implicancia más profunda apunta a la relación natural entre hombre y mujer, en contraste con la desviación sexual de los hombres de Sodoma.

(79) Respondieron: «Tú sabes que no tenemos ningún deseo por tus hijas, y sabes bien lo que realmente queremos».

(80) [Lot] exclamó: «¡Ojalá tuviera fuerzas [para enfrentarme] contra ustedes, o un apoyo fuerte al que recurrir!»

(81) Dijeron [los ángeles]: «¡Oh, Lot! Somos emisarios de tu Señor, y sabe que no podrán hacerte ningún daño. Márchate con tu familia durante la noche, y que ninguno de ustedes vuelva la mirada atrás, excepto tu esposa que sufrirá el mismo castigo que ellos. Su destrucción será al alba, ¿acaso el alba no está cerca?»

(82) Cuando llegó Mi designio, volteé [sus hogares] dejando arriba sus cimientos, e hice llover sobre ellos piedras de arcilla a montones,
sus cimientos: Las construcciones fueron elevadas, volteadas y posteriormente dejadas caer al revés.

(83) marcadas por tu Señor. Sepan [¡oh, idólatras!] que este castigo no está lejos de los injustos [como ustedes].

(84) Al pueblo de Madián le envié [como Profeta] a su hermano Jetró, quien les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él, y no mermen en la medida ni el peso. Los veo hoy en la prosperidad, pero temo que los azote el castigo de un día ineludible.
no mermen en la medida ni el peso: Ese pueblo era conocido por el fraude en sus transacciones.

(85) ¡Oh, pueblo mío! Cumplan en la medida y el peso con equidad, no se apoderen de los bienes ajenos, y no siembren la corrupción y el mal en la Tierra.

(86) Confórmense con lo que Dios los sustenta, pues ello es lo mejor para ustedes, si son creyentes. Sepan que yo no he sido enviado para velar por sus obras».

(87) Le respondieron: «¡Oh, Jetró! ¿Es tu [forma de] adoración la que te ordena que dejemos aquello que adoraban nuestros padres, y dejemos de hacer con nuestros bienes lo que queramos? ¿En serio te crees afable y honrado?»
Esta última frase irónica demuestra que, como muchos en la actualidad, consideraban que la religión no tiene nada que decir sobre la ética en el comercio y la administración de los bienes en beneficio de los pobres y los necesitados.

(88) Dijo: «¡Oh, pueblo mío! Me baso en una prueba evidente de mi Señor, Él me ha proveído un sustento generoso. No iba a prohibir lo que considero lícito para mí mismo. Solo pretendo su bienestar en la medida que pueda, pero mi éxito depende de Dios; a Él me encomiendo y ante Él me arrepiento.

(89) ¡Oh, pueblo mío! No permitan que su discrepancia conmigo los conduzca a ser alcanzados por un castigo como les ocurrió a los pueblos de Lot, Hud y Sálih. Y recuerden que [el castigo] del pueblo de Lot no está lejos de ustedes.

(90) Pidan perdón a su Señor y arrepiéntanse, porque mi Señor es Misericordioso, Afectuoso».

(91) Dijeron: «¡Oh, Jetró! No entendemos mucho de lo que estás diciendo, y te consideramos entre nosotros una persona débil. Si no fuera por el clan al que perteneces te lapidaríamos; tú no tienes poder contra nosotros».

(92) Dijo: «¡Oh, pueblo mío! ¿Acaso mi tribu es más importante para ustedes que Dios, a Quien han dado la espalda? Mi Señor abarca [con Su conocimiento] todo lo que hacen.

(93) ¡Oh, pueblo mío! Obren acorde a sus principios, que obraré acorde a los míos. Ya sabrán en el futuro quién recibirá un castigo humillante y quién es el que miente. ¡Estén atentos, que yo también estaré atento junto a ustedes!»

(94) Cuando llegó Mi designio salvé, por Mi misericordia, a Jetró y a quienes con él creían. Pero a los injustos les sorprendió el estrépito, y amanecieron en sus casas muertos,

(95) como si no hubieran habitado en ellas. Los habitantes de Madián fueron execrados como habían sido execrados los de Zamud.

(96) Envié a Moisés con Mis signos y pruebas evidentes

(97) para que se presentara ante el Faraón y su nobleza, pero ésta siguió la orden del Faraón. El Faraón no se encaminó.

(98) Él irá al frente de su pueblo el Día del Juicio y los conducirá al [castigo del] Infierno. ¡Qué pésimo lugar al que ingresarán!

(99) La maldición los alcanzó en este mundo y perdurará hasta el Día del Juicio. ¡Qué terrible maldición los alcanzó!

(100) Éstas son historias que te he revelado de los pueblos [sobre los que ha descendido un castigo]. Algunos de ellos todavía siguen en pie, y otros han sido devastados.

(101) No fui injusto con ellos [al castigarlos], sino que ellos lo fueron consigo mismos [al rechazar a los Profetas]. De nada les sirvieron los ídolos que invocaban en lugar de Dios cuando llegó el designio de tu Señor, no hicieron más que aumentar su ruina.

(102) Así es el castigo de tu Señor, cuando decide azotar a un pueblo opresor los azota con un castigo doloroso y severo;

(103) en esto hay un motivo de reflexión para quien teme el castigo de la otra vida. El Día del Juicio serán congregadas las personas, ese día será atestiguado por todos.

(104) No lo retrasaré sino hasta su plazo prefijado,

(105) pero cuando llegue, nadie podrá hablar, excepto quien tenga el permiso de Dios. Entre los congregados estarán los desdichados y los bienaventurados.

(106) Los desdichados estarán en el Infierno, donde se oirán sus alaridos y sollozos.

(107) Estarán en él por toda la eternidad al igual que los cielos y la tierra [de la otra vida], excepto lo que tu Señor quiera. Tu Señor hace lo que quiere.

(108) En cambio, los bienaventurados estarán en el Paraíso eternamente al igual que los cielos y la tierra [de la otra vida], excepto lo que tu Señor quiera. [Los bienaventurados] serán recompensados con una gracia sin fin.

(109) No tengas ninguna duda sobre lo que [los idólatras] adoran, pues lo que adoran [sin reflexionar] no es sino lo mismo que antes adoraban sus padres. Les daré lo que les corresponda, sin merma alguna.

(110) Concedí a Moisés el Libro, pero se opusieron a él, y de no ser porque tu Señor había decretado [retrasar el castigo hasta el Día del Juicio] ya los habría aniquilado. Ellos [los judíos] también dudan acerca del Corán.
el Libro: La Tora.

(111) Tu Señor los juzgará a todos por sus obras. Él conoce perfectamente lo que hacen.

(112) Mantente firme [¡oh, Mujámmad!, en el sendero recto] como se te ha ordenado, y que también lo hagan quienes se arrepientan [de su incredulidad y te sigan], y no trasgredan los límites. Él ve perfectamente todo lo que hacen.

(113) No se inclinen hacia los opresores [aceptando su injusticia], porque [si lo hacen] los alcanzará el Fuego, y no tendrán protector fuera de Dios ni serán socorridos.
No se inclinen hacia los opresores: Una de las razones por las que algunas personas entrarán al Infierno será la complicidad con los opresores.

(114) Observa las oraciones prescritas en los dos extremos del día y durante la noche, pues las obras buenas borran las obras malas. Esto es una exhortación para quienes reflexionan.

(115) Sé paciente [ante las dificultades], porque Dios no dejará que se pierda la recompensa de los que hacen el bien.

(116) En las generaciones que los precedieron hubo solo unos pocos piadosos que se opusieron a la corrupción en la Tierra, a quienes salvé [junto a sus Profetas]. En cambio, los injustos [que eran la mayoría] permanecieron cegados por los placeres [de la vida mundanal] y terminaron siendo criminales.

(117) Tu Señor jamás destruiría un pueblo injustamente, cuando sus habitantes hacen el bien.

(118) Si tu Señor hubiera querido, habría hecho de todos los seres humanos una sola nación [de creyentes], [pero por Su sabiduría divina concedió al ser humano libre albedrío] y ellos no dejarán de discrepar [unos con otros],

(119) excepto aquellos de quienes tu Señor tuvo misericordia [porque siguieron la guía], y con ese objetivo Dios los creó. Pero ha de cumplirse la palabra de tu Señor: «Llenaré el Infierno de yinnes y de seres humanos [que rechacen a los Profetas]».

(120) Todo esto que te he revelado sobre las historias de los Mensajeros es para [consolar y] afianzar tu corazón. Te han sido revelados, en este capítulo [del Corán] signos que evidencian la Verdad, y son una exhortación y un motivo de reflexión para los creyentes.

(121) Diles [¡Oh, Mujámmad!] a quienes no creen: «Obren a su manera, que nosotros lo haremos a la nuestra [según los preceptos del Islam],

(122) y esperen, que nosotros también aguardaremos [que Dios decida quién tiene razón]».

(123) Dios conoce lo oculto de los cielos y de la Tierra, y a Él retornan todos los asuntos. Adórenlo, pues, y encomiéndense a Él, y sepan que su Señor está bien atento a lo que hacen.

Corán

(1) Álif. Lam. Ra’. Éstos son los versículos del Libro sabio.
Que contiene la Ley Divina de Dios.

(2) ¿Acaso se sorprende la gente de que [Dios] le haya concedido la revelación a uno de ellos: «Advierte a la gente y albricia a los creyentes que por sus buenas obras obtendrán una hermosa recompensa ante su Señor?» Los que se niegan a creer dicen: «Éste es evidentemente un hechicero».

(3) Su Señor es Dios. Creó los cielos y la Tierra en seis eras y luego se estableció sobre el Trono. Él es Quien decide todos los asuntos, nadie podrá interceder ante Él sin Su permiso. Ese es Dios, su Señor; adórenlo. ¿Es que no reflexionan?

(4) Ante Él deberán comparecer todos, pues la promesa de Dios es verdadera. Él es Quien origina la creación y luego la reproduce para retribuir con equidad a los creyentes que obraron rectamente. En cambio, los que se negaron a creer beberán agua hirviendo y recibirán un castigo doloroso por su incredulidad.
luego la reproduce: En el Día de la Resurrección.

(5) Él es Quien hizo que el Sol tuviese luz propia y determinó que la Luna reflejara su luz en distintas fases para que ustedes puedan computar el número de años y los meses. Dios creó esto con la verdad. Él explica los signos para gente de conocimiento.

(6) En la sucesión de la noche y el día, y en lo que Dios ha creado en los cielos y en la Tierra, hay signos para la gente piadosa.

(7) Para aquellos que no esperan comparecer ante Mí, se complacen con la vida mundanal, se sienten satisfechos en ella, y son indiferentes con Mis signos,

(8) su morada será el Fuego por cuanto cometieron.

(9) [Pero] a quienes crean y obren rectamente, su Señor los guiará por medio de la fe hacia los Jardines de las Delicias por donde corren ríos.

(10) Allí invocarán: «¡Glorificado seas, oh, Señor!» Y el saludo entre ellos será: «¡Paz!» Y al finalizar sus súplicas dirán: «¡Todas las alabanzas pertenecen a Dios, Señor del universo!»

(11) Si Dios precipitara a la gente el castigo de la misma forma en que la gente se precipita a buscar los bienes materiales, ya les habría llegado su hora. Pero abandoné, ciegos en su extravío, a quienes no esperan comparecer ante Mí.

(12) Cuando a la persona le acontece un mal Me implora recostado, sentado o de pie. Pero en cuanto lo libro del mal, continúa desobediente como si nunca Me hubiera invocado. Así es como los transgresores ven sus obras malas como buenas.

(13) Destruí a muchas generaciones que los precedieron porque fueron opresores. Sus Mensajeros se presentaron ante ellos con las evidencias, pero no les creyeron. Así castigué al pueblo pecador.

(14) Luego hice que ustedes se sucedieran en generaciones unos a otros en la Tierra, para observar cómo obraban.

(15) Cuando se les recitan Mis versículos, quienes no esperan comparecer ante Mí dicen: «Tráenos otro Corán distinto o modifícalo». Respóndeles: «No me es permitido modificarlo, solo sigo lo que me ha sido revelado. Temo que si desobedezco a mi Señor me azote el castigo de un día terrible».

(16) Di [oh, Mujámmad]: «Si Dios no hubiera querido, yo no les habría recitado [el Corán] y no lo hubieran conocido jamás. Viví toda mi vida entre ustedes antes de la revelación. ¿Acaso no van a reflexionar?»
Antes de que su misión comenzara, los árabes de su tribu le habían puesto a Mujámmad un sobrenombre: Al-Amín (el confiable), debido a su veracidad y sinceridad. Cuando al comenzar su misión profética Mujámmad les preguntó: “Si les dijera que detrás de este valle hay un ejército que piensa atacarlos, ¿me creerían?”, le contestaron: “Sí, jamás te hemos escuchado decir una mentira”. Esto evidencia que no tiene base alguna que lo acusen de mentiroso, siendo que saben, por su personalidad y comportamiento ejemplar durante años, que no iba a mentirles, así como sabían que Mujámmad no era un poeta ni había sido discípulo de ningún monje para copiar sus ideas.

(17) ¿Hay alguien más injusto que quien atribuye a Dios sus propias invenciones y desmiente Sus signos? Los que hacen el mal no tendrán éxito.

(18) Adoran en vez de Dios lo que no puede perjudicarles ni beneficiarles, y dicen: «Éstos son nuestros intercesores ante Dios». Diles: «¿Acaso pretenden informarle a Dios algo que suceda en los cielos o en la Tierra que Él no sepa? ¡Glorificado sea! Está por encima de lo que Le asocian».

(19) La humanidad conformaba una sola nación, pero luego discreparon y se dividieron. Si no fuera por el designio de tu Señor, ya habrían sido juzgados.
una sola nación: Todos eran monoteístas. se dividieron: En sectas y religiones.

(20) Dicen: «¿Por qué no se le ha concedido [a Mujámmad] un milagro de su Señor?» Respóndeles: «El conocimiento de lo oculto pertenece solo a Dios. Esperen, que yo también esperaré».
Esperen: A que se manifieste la verdad a través de un signo o un milagro de Dios.

(21) Cuando agracio a la gente con una misericordia después de haber padecido alguna adversidad, no agradecen Mi favor. Diles: «Dios les retribuirá por todo lo que hagan». Mis emisarios registran todo cuanto hacen.
Mis emisarios: Los ángeles encargados de registrar las obras.

(22) Él es Quien facilitó que puedan transitar por la tierra y por el mar. Cuando navegan con buenos vientos se complacen, pero si los sacude una fuerte tormenta y las olas los golpean por todos lados y creen que ya no tienen salvación, entonces invocan solamente a Dios con toda sinceridad diciendo: «Si nos salvas de ésta seremos de los agradecidos».

(23) Pero cuando Dios los salva, Lo desobedecen nuevamente sembrando la corrupción en la Tierra con injusticias. ¡Oh, gente! Su corrupción recaerá sobre ustedes mismos. Solo disfrutarán del placer transitorio de esta vida, pero luego comparecerán ante Mí y les comunicaré todo lo que hacían.

(24) La vida mundanal es como el agua que hago descender del cielo con la que se riegan los cultivos de la tierra, de los cuales se alimentan los seres humanos y los animales. Cuando los frutos maduran, la tierra se embellece, y piensan las personas que tienen total disposición sobre ella. Entonces arraso los cultivos de noche o de día, devastando la tierra como si no hubiera sido cultivada. Con ejemplos como este explico los signos para gente que reflexiona.

(25) Dios convoca a la morada de la paz y guía a quien quiere por el sendero recto.
la morada de la paz: Uno de los nombres del Paraíso.

(26) Quienes obren el bien obtendrán la mejor recompensa y una gracia aún mayor. Sus rostros no serán ensombrecidos ni sentirán humillación. Ellos serán los moradores del Paraíso en el que vivirán eternamente.
la mejor recompensa: Otro de los nombres del Paraíso. una gracia aún mayor: La contemplación de Dios.

(27) Pero quienes hayan obrado el mal recibirán como pago un mal equivalente y una humillación. No encontrarán quién los proteja de Dios. Sus rostros se ennegrecerán como la oscuridad de la noche. Ellos serán los habitantes del Fuego, en el que permanecerán eternamente.

(28) El día que los congregue a todos le diré a los idólatras: «Permanezcan en sus sitios ustedes y sus ídolos». Luego los separaremos a unos de otros y sus ídolos dirán: «Nosotros no los obligamos a que nos adoraran.

(29) Dios es suficiente como testigo de que no sabíamos que nos adoraban».

(30) Todos serán retribuidos según sus obras. Comparecerán ante Dios, su verdadero Señor, y sus mentiras se desvanecerán.

(31) Pregúntales: «¿Quién los sustenta con las gracias del cielo y de la Tierra? ¿Quién los agració con el oído y la vista? ¿Quién hace surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo? ¿Quién tiene bajo Su poder todas las cosas?» Responderán: «¡Dios!» Diles: «¿Acaso no van a tener temor de Él [y abandonar la idolatría]?»

(32) Ese es Al-lah, su verdadero Señor. ¿Qué hay más allá de la Verdad sino el extravío? ¿Cómo pueden ser tan desviados?

(33) Así se cumplió la palabra de tu Señor contra los perversos: no creyeron.

(34) Di: «¿Acaso alguno de sus ídolos puede originar una creación y luego reproducirla?» Diles: «Dios es Quien origina la creación y luego la reproduce. ¿Cómo pueden ser tan desviados [de adorar a otros]?»

(35) Di: «¿Acaso alguno de sus ídolos puede guiar a alguien a la verdad?» Di: «Dios es Quien guía hacia la verdad». ¿Acaso no es más sensato seguir a Quien guía hacia la verdad, en vez de seguir a quienes no pueden guiar a nadie y necesitan ellos mismos ser guiados? ¿Cómo pueden actuar de esa forma?

(36) Pero la mayoría de ellos no sigue sino conjeturas. Las conjeturas no son un argumento válido frente a la Verdad. Dios bien sabe lo que hacen.

(37) El Corán no puede provenir sino de Dios. Confirma las revelaciones anteriores y explica detalladamente Sus preceptos, no hay duda alguna que proviene del Señor del universo.
Confirma las revelaciones anteriores: Confirma lo que permanece en ellas de la revelación divina original, y expone lo que ha sido agregado o quitado por el ser humano.

(38) Dicen: «[Mujámmad] lo ha inventado». Diles: «Entonces produzcan un capítulo similar [a un capítulo del Corán]. Recurran para ello a quienes quieran fuera de Dios, si es que dicen la verdad».
Dicen: Los que se niegan a creer.

(39) Desmienten lo que no conocen y aquello cuya interpretación no han recibido aún. Así también desmintieron sus ancestros. Pero observa cómo fue el final de los opresores.

(40) Entre ellos hay quienes creen en él y quienes no. Tu Señor conoce bien a los que siembran la corrupción.

(41) Pero si te desmienten, diles: «Yo soy responsable de mis obras y ustedes de las suyas. Ustedes no son responsables de lo que yo haga, como yo tampoco soy responsable de lo que ustedes hagan».

(42) Algunos de ellos te escuchan, pero, ¿acaso tú puedes hacer oír a quien Dios le ha impedido oír y razonar?

(43) Algunos de ellos te miran, pero, ¿acaso tú puedes hacer ver a quien Dios ha enceguecido?

(44) Dios no oprime a las personas en absolutamente nada, sino que son las personas las que se oprimen a sí mismas.

(45) El día que los congregue, les parecerá no haber permanecido más que una hora. Se reconocerán entre ellos. Quienes desmintieron el encuentro con Dios habrán perdido, porque no seguían la guía.
no haber permanecido: En este mundo.

(46) Ya sea que te permita presenciar el castigo con el que los amenazo o que te haga morir antes, de igual manera ellos comparecerán ante Mí. Dios es testigo de lo que hacen.

(47) A cada comunidad envié un Mensajero. Cada vez que lo desmintieron los destruí, salvando al Mensajero y a los creyentes, pero nadie fue castigado injustamente.
envié un Mensajero: Este versículo evidencia el carácter universal de la revelación de Dios que no se limita a los Profetas y Mensajeros que son mencionados en la Biblia, sino que Dios envió a cada pueblo y nación un Profeta que hablara su propio idioma y comprendiese su idiosincrasia, para transmitirles el mensaje del monoteísmo.

(48) Y dijeron: «¿Cuándo se cumplirá esta amenaza, si es que dices la verdad?»

(49) Diles: «Yo no puedo perjudicar ni beneficiar, a menos que Dios así lo quiera». Toda comunidad tiene un plazo prefijado; cuando éste llega no pueden retrasarlo ni adelantarlo, ni siquiera una hora.

(50) Di: «¿Y si el castigo los alcanzara súbitamente de noche o de día? ¿Aun así querrían los pecadores adelantarlo?

(51) ¿Acaso van a creer cuando ya haya ocurrido? ¿No era eso lo que, despectivamente, querían que fuera adelantado?»

(52) Luego se les dirá a los opresores: «Sufran el castigo eterno. ¿Acaso no es esta una retribución justa, acorde a lo que solían hacer?»

(53) Te preguntan: «Es real [el Día del Juicio]?» Di: «¡Juro por mi Señor que sí! Es la verdad de la que no podrán huir».

(54) Si los opresores tuvieran cuanto hay en la Tierra, querrían darlo como rescate para salvarse. Pero cuando vean el castigo no podrán mostrar su arrepentimiento. Serán juzgados con equidad y no serán tratados injustamente.

(55) A Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. La promesa de Dios se cumplirá, a pesar de que la mayoría lo ignora.

(56) Él da la vida y da la muerte, y ante Él han de comparecer.

(57) ¡Oh, gente! Les ha llegado el Mensaje de su Señor, que es un motivo de reflexión, cura para toda incertidumbre que hubiera en sus corazones, guía y misericordia para los creyentes.

(58) Diles: «Que se alegren por esta gracia y misericordia de Dios. Eso es superior a todas las riquezas que pudieran acumular».

(59) Diles: «Dios les ha provisto de sustento, pero consideraron lícita una parte y prohibida otra parte. Díganme: ¿Acaso Dios les dio esa orden, o están atribuyendo a Dios lo que a ustedes les parece?»
Diles: A los idólatras.

(60) ¿Qué creen que se hará con ellos, los que atribuyen a Dios sus propias invenciones, el Día del Juicio? Dios concede grandes favores a la gente, pero la mayoría no Le agradece.

(61) No hay situación en la que se encuentren, no hay pasaje del Corán que reciten ni otra obra que realicen, sin que Yo sea testigo de lo que hacen. A tu Señor no se Le escapa nada en la Tierra ni en el cielo, ni siquiera algo del peso de un átomo. No existe nada menor o mayor a eso que no esté registrado en un Libro claro.
No existe nada menor: Hasta mediados del siglo XX se creía que las partículas más pequeñas eran los protones y los neutrones que componen el átomo. Más recientemente, sin embargo, partículas aún más pequeñas, de las cuales estas mismas consisten, fueron descubiertas. Una rama especializada de la física, llamada “física de partículas”, desarrolló el estudio de estas “subpartículas” y su comportamiento. Esta investigación ha revelado que los protones y los neutrones que forman los átomos en realidad están conformados por subpartículas llamadas quarks. El tamaño de estos quarks es sorprendente: 1e-18 (0.000000000000000001 de un metro). Otro punto digno de destacar es que estos versículos llaman la atención sobre el peso del átomo. La palabra mizqal مِثْقَال en la expresión traducida como “peso de un átomo” en los versículos anteriores, significa que tienen peso. De hecho, se ha descubierto que los protones, neutrones y electrones que forman los átomos también son compuestos por otros elementos que dan al átomo su peso. Por lo tanto, la afirmación de que el átomo tiene un peso, es otro milagro científico del Corán. Libro claro: La Tabla Protegida.

(62) Los amigos cercanos de Dios no han de temer ni estarán tristes,
Los amigos cercanos de Dios: Los amigos cercanos de Dios son aquellos que creen en Su unicidad, Le adoran solo a Él, cumplen con sus obligaciones y se alejan de las prohibiciones. Ver Corán 2:257. ni estarán tristes: En el Día del Juicio Final.

(63) porque creyeron y fueron piadosos.

(64) Ellos recibirán la albricia en esta vida y en la otra. La promesa de Dios es inalterable. Ese es el éxito grandioso.

(65) No te apenes por lo que dicen. El triunfo será de Dios, Él todo lo oye, todo lo sabe.
por lo que dicen: Los idólatras que rechazan tu mensaje.

(66) A Dios pertenece todo cuanto hay en los cielos y en la Tierra. ¿Y qué siguen, entonces, quienes invocan a ídolos en vez de invocar a Dios? Solo siguen conjeturas y no hacen más que suponer.

(67) Él es Quien ha hecho la noche para que descansen y el día para que vean. En ello hay signos para quienes reflexionan.
para que vean: Y puedan trabajar y realizar sus actividades.

(68) Dicen: «Dios ha tenido un hijo». ¡Glorificado sea! Él es el Opulento, Le pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. No tienen ninguna prueba de lo que inventan. ¿Acaso van a atribuir a Dios algo que no saben?

(69) Di: «Quienes atribuyen a Dios sus propias invenciones jamás alcanzarán la felicidad».

(70) Disfrutarán transitoriamente en la vida mundanal, pero luego comparecerán ante Mí y sufrirán un castigo severo por haberse negado a creer.

(71) Relátales la historia de Noé, cuando dijo a su gente: «¡Oh, pueblo mío! Si les molesta que viva con ustedes y que les recuerde el mensaje de Dios, a Él me encomiendo. Decidan lo que van a hacer [conmigo] ustedes y sus ídolos. Tomen una decisión y aplíquenmela, y no me hagan esperar.

(72) Pero si lo rechazan sepan que no les pido ningún pago, solo de Dios espero recompensa. Me ha sido ordenado que me cuente entre quienes se entregan a Él.
si lo rechazan: Al mensaje que les transmito.

(73) Pero lo desmintieron, entonces lo salvé junto a sus seguidores que abordaron el arca, e hice que fueran los sucesores. Ahogué a quienes desmintieron Mi mensaje. Observa el resultado de quienes fueron advertidos.
los sucesores: Que heredaron la tierra que había sido azotada por el diluvio. fueron advertidos: Pero no creyeron.

(74) Luego envié otros Mensajeros, quienes se presentaron ante sus pueblos con las evidencias, pero al igual que sus predecesores no creyeron. Así es como sellamos los corazones de los que transgreden.

(75) Luego envié a Moisés y a Aarón con Mis signos ante el Faraón y su nobleza. Pero respondieron con soberbia porque eran criminales.

(76) Cuando les llegó Mi Mensaje dijeron: «Esto es claramente hechicería».

(77) Moisés dijo: «¿Esto es lo que dicen cuando les llega la Verdad? ¿Qué es hechicería? Los hechiceros no tendrán éxito».

(78) Dijeron: «¿Han venido para alejarnos de la religión de nuestros padres, y así ser ustedes dos quienes tengan el dominio en la tierra? Nosotros no les creeremos».
Han venido: Dirigiéndose a Moisés y Aarón.

(79) El Faraón dijo: «Convoquen ante mí a todo hechicero experto».

(80) Cuando se presentaron los magos, Moisés les dijo: «Arrojen lo que tengan que arrojar».

(81) Y cuando arrojaron [sus bastones, poniendo un hechizo en los ojos de la gente], Moisés dijo: «Lo que hacen es hechicería y Dios la va a anular. Dios no permite que prosperen las obras de los que siembran la corrupción.

(82) Dios confirma la verdad con Sus palabras, aunque eso disguste a los pecadores».

(83) No creyeron en Moisés sino unos pocos de su pueblo que temían que el Faraón y su nobleza los persiguieran. El Faraón era un tirano arrogante y transgresor en su propia tierra.

(84) Dijo Moisés: «¡Oh, pueblo mío! Si creen, encomiéndense a Dios, si es que realmente se han entregado a Él».

(85) Dijeron: «A Ti nos encomendamos, ¡oh, Señor nuestro! No permitas que nos domine este pueblo opresor.

(86) Y por Tu misericordia, sálvanos de la gente que se niega a creer».

(87) Le inspiré a Moisés y a su hermano: «Reserven algunas casas en la ciudad para su pueblo. Conviertan sus casas en lugares de culto, y sean constantes en la oración. [Oh, Moisés]: Albricia [con el auxilio de Dios] a todos los creyentes».

(88) Dijo Moisés: «¡Señor nuestro! Has concedido al Faraón y su nobleza suntuosidad y riqueza en la vida mundanal. ¡Señor nuestro! Eso ha hecho que se extravíen y desvíen a la gente de Tu camino. ¡Señor nuestro! Devasta sus riquezas y endurece sus corazones, porque no creerán hasta que vean el castigo doloroso».

(89) Dijo [Dios]: «El ruego que han hecho fue respondido. Sean rectos y no sigan el camino de los ignorantes».

(90) Hice que los Hijos de Israel cruzaran el mar. Pero el Faraón y su ejército los persiguieron injustamente, empujados por el odio. Cuando [el Faraón] sintió que se ahogaba y no tenía salvación, dijo: «Creo en una única divinidad como lo hace el pueblo de Israel, y a Él me entrego».

(91) ¿Ahora crees? Mientras que antes eras de los rebeldes [a Dios] y de los que sembraban la corrupción.

(92) Conservaré tu cuerpo [luego de que te ahogues] y te convertirás en un signo para que reflexionen las generaciones que te sucedan. Pero muchas personas son indiferentes a Mis signos.

(93) Establecí al pueblo de Israel en un lugar próspero y lo sustenté con las cosas buenas de la vida. Pero cuando se les presentó la revelación, algunos creyeron y otros no. Tu Señor los juzgará el Día de la Resurrección acerca de lo que discrepaban.

(94) [¡Oh, Mujámmad!] Si tienes alguna duda sobre lo que te ha sido revelado, pregúntales a quienes leían la revelación que te precedió. Te ha llegado la Verdad de tu Señor, no seas de los indecisos.

(95) Y no seas como quienes desmintieron las palabras de Dios, porque te contarías entre los perdedores.

(96) Aquellos sobre los que se ha confirmado la palabra de tu Señor no creerán,

(97) aunque les llegara todo tipo de evidencia, hasta que finalmente les llegue el castigo doloroso.

(98) No hubo pueblo que al momento de azotarles el castigo, les haya beneficiado creer en ese instante, excepto el pueblo de Jonás. Cuando creyeron los salvé del castigo humillante en esta vida y los dejé disfrutar algún tiempo más.
el pueblo de Jonás: El pueblo de Jonás, la paz sea con él, al ver el castigo inminente de Dios, se arrepintió sinceramente y creyó en el mensaje que les transmitía su Profeta.

(99) Si tu Señor hubiera querido [imponérselos], todos los habitantes de la Tierra habrían creído. ¿Y tú piensas que puedes obligar a la gente a ser creyente?

(100) Nadie podrá creer a menos que Dios se lo permita, y Él dejará en el extravío a quienes no usen su razonamiento.

(101) Diles: «Reflexionen en todo cuanto hay en los cielos y en la Tierra», pero no se benefician de los signos ni de las advertencias aquellos que se niegan a creer.
los cielos y en la Tierra: El Corán insta a los seres humanos a que observen y reflexionen acerca de las señales que indican la existencia de Dios en el universo –la Tierra, los cielos, todo lo que entre ellos existe– y ha hecho de esta observación y reflexión un recuerdo que vivifica los corazones de los creyentes. Es interesante la manera en que algunas personas contemporáneas llamaron a este método: “La ley de caminar y observar”, ya que frecuentemente el Corán invita al hombre a viajar por el mundo y observar, aprendiendo de la experiencia. Esta invitación bien puede comprenderse en un sentido literal, o puede significar el pensamiento y la reflexión.

(102) ¿Acaso esperan que lleguen días como los que cayeron sobre los pueblos que les precedieron? Diles: «Esperen, que yo también estaré con ustedes esperando.
esperando: A que se cumpla la promesa de Dios.

(103) [Pero cuando llega el castigo a un pueblo] doy socorro a Mis Mensajeros y a los que han creído, porque es Mi compromiso socorrer a los creyentes.

(104) Di: «¡Oh, gente! Si dudan de la religión que vivo, sepan que no adoro a los que ustedes adoran fuera de Dios. Yo solo adoro a Dios, que es Quien los hará morir. A mí me ha sido ordenado ser de los creyentes,

(105) consagrarme a la religión monoteísta pura, y no ser de los que asocian divinidades [en la adoración] a Dios,

(106) y jamás invocar en vez de Dios lo que no puede beneficiarme ni perjudicarme, porque si lo hiciera sería de los injustos».

(107) Si Dios te azota con una desgracia, nadie excepto Él podrá librarte de ella. Y si te concede un bien, nadie podrá impedir que te alcance. Dios concede Su gracia a quien quiere de Sus siervos. Él es el Absolvedor, el Misericordioso.

(108) Di: «¡Oh, gente! Les ha llegado la Verdad de su Señor. Quien siga la guía lo hará en beneficio propio; pero quien se descarríe, solo se perjudicará a sí mismo. Yo no soy responsable de lo que ustedes hagan».

(109) [¡Oh, Mujámmad!] Aférrate a lo que te ha sido revelado y sé paciente hasta que Dios juzgue. Él es el mejor de los jueces.
sé paciente: Ante las adversidades en la divulgación de tu mensaje.

Corán

(1) Dios y Su Mensajero están exentos de responsabilidad sobre el pacto que ustedes habían celebrado con los idólatras.
el pacto: De cese de hostilidades. celebrado con los idólatras: Pues ellos lo han quebrantado.

(2) [Los que combatieron a los musulmanes en la península árabe] pueden transitar [con libertad y seguridad] por la tierra cuatro meses. Sepan que no podrán eludir a Dios, porque será Dios Quien afrente a los que se negaron a creer.
transitar [con libertad y seguridad] por la tierra: Para reflexionar y arrepentirse de su incredulidad, o para alistarse para la partida.

(3) Dios y Su Mensajero anuncian a toda la gente en el día más importante de la peregrinación, que Dios ya no tiene ningún pacto con los idólatras, ni tampoco Su Mensajero. [¡Oh, idólatras!] Si se arrepienten [y abandonan la incredulidad] será mejor para ustedes, pero si se rehúsan no podrán escapar de Dios. A los que se negaron a creer anúnciales que recibirán un castigo doloroso,
la peregrinación: El día diez del mes de Dhul-Jíyyah, en el cual se realizan muchos de los ritos de la peregrinación, como arrojar los guijarros, circunvalar la Ka’bah y rasurarse la cabeza, entre otros. Quienes no están realizando la peregrinación, celebran en este día la festividad de Eid Al Adha. recibirán un castigo doloroso: Este anuncio fue hecho en una situación especial para una gente en particular: para aquellos idólatras que persiguieron, torturaron o mataron a los musulmanes debido a su fe. El versículo que sigue hace evidente esta particularidad al hacer una excepción con aquellos idólatras que no tuvieron esa actitud de persecución contra los creyentes.

(4) excepto aquellos que no quebrantaron los pactos que ustedes celebraron con ellos ni apoyaron a nadie contra ustedes. Respeten el pacto convenido con ellos hasta su plazo acordado. Dios ama a los piadosos [que respetan los acuerdos].

(5) Pero cuando hayan pasado los meses sagrados, maten a esos idólatras dondequiera que los encuentren, captúrenlos, sítienlos y acéchenlos en todo lugar. Pero si se arrepienten [y aceptan el Islam], cumplen con la oración prescrita y pagan el zakat, déjenlos en paz. Dios es Absolvedor, Misericordioso.
meses sagrados: Mujárram, Rayab, Dhul-Qa‘dah y Dhul-Jíyyah, en los cuales es prohibido el combate. maten a esos idólatras: Los que persiguieron y mataron a los creyentes debido a su fe, ya que al ser crímenes de lesa humanidad no prescriben ni ingresan dentro de ninguna amnistía. déjenlos en paz: Cada versículo del Corán debe ser leído e interpretado dentro del contexto global del Corán. Este versículo, que habla de una posible conversión al Islam por parte de “aquellos que atribuyen divinidad a otros junto con Dios” con los cuales los creyentes están en guerra, debe, por tanto, ser considerado en conjunción con varios preceptos fundamentales del Corán. Uno de ellos, “no se puede forzar a nadie a creer” (2:256), prohíbe categóricamente cualquier intento de convertir a los no musulmanes por la fuerza, lo que excluye la posibilidad de que los musulmanes exijan o esperen que un enemigo vencido acepte el Islam a cambio de inmunidad. En segundo lugar, el Corán ordena: “Combatan por la causa de Dios a quienes los agredan, pero no se excedan, porque Dios no ama a los agresores” (2:190); y: “Cada vez que su pueblo los incita a combatir contra ustedes se precipitan a agredirlos. A estos, si no dan la palabra de que no combatirán contra ustedes, proponen la paz y contienen la agresión, aprésenlos y ajustícienlos [en el curso del combate] donde quiera que los encuentren. A ellos se les permite combatirlos” (4:91). La guerra es solo permisible en defensa propia, con la condición adicional de que: “Pero si ellos cesan de combatirlos, sepan que Dios es Absolvedor, Misericordioso” (2:192), y: “Pero si ellos cesan de combatir, que no haya más hostilidades” (2:193). Los versículos 4 y 6 aclaran aún más la actitud que deben adoptar los creyentes hacia aquellos no musulmanes que no sean hostiles. Ver también Corán 60:8-9.

(6) Si alguno de los idólatras te pidiera protección, dale asilo para que así recapacite y escuche la Palabra de Dios, luego [si no reflexiona] ayúdalo a alcanzar un lugar seguro. Esto es porque son gente que no sabe.

(7) ¿Cómo podrían Dios y Su Mensajero tener un pacto con los idólatras [siendo que ellos no dudaron en combatirlos]? Pero si aquellos con quienes ustedes pactaron anteriormente junto a la Mezquita Sagrada [en La Meca] cumplen lo pactado, cúmplanlo ustedes también. Dios ama a los piadosos [que respetan los pactos].

(8) ¿Cómo [podría tenerse un pacto con ellos siendo que] si obtuvieran una victoria sobre ustedes no tendrían compasión ni respetarían lazo familiar? Quieren agradarlos con sus palabras, pero sus corazones los rechazan. La mayoría de ellos son perversos.

(9) Han cambiado los signos de Dios por un precio vil y apartan a la gente del sendero de Dios. ¡Qué pésimo es lo que hacen!

(10) No respetan pacto ni compromiso con los creyentes. Ellos son los transgresores.

(11) Pero si se arrepienten, cumplen con la oración prescrita y pagan el zakat, entonces [perdónenlos y sepan que ahora] son sus hermanos en la religión. Así es como explico detalladamente los preceptos a quienes los comprenden.
si se arrepienten: De su comportamiento contra los creyentes e ingresan al Islam.

(12) Si quebrantan sus juramentos después de haber celebrado un pacto y se burlan de su religión, combatan a los líderes de la incredulidad, pues ellos no respetan los pactos. Quizás así dejen de agredirlos.

(13) ¿Acaso no combatirían a quienes faltan a sus juramentos y planearon expulsar al Mensajero, y fueron ellos los que comenzaron primero [con la agresión]? ¿Acaso les temen? Sepan que Dios es más digno de que Le teman, si es que son creyentes.

(14) Combátanlos, pues Dios los castigará a través de sus manos, los humillará, concederá a ustedes el triunfo sobre ellos y curará así los pechos de los creyentes,

(15) removiendo la ira que hay en ellos. Dios acepta el arrepentimiento de quien quiere. Dios lo sabe todo, es Sabio.

(16) ¿Acaso creen que no se los pondrá a prueba, cuando Dios quiere que se evidencie quiénes combaten verdaderamente [por Su causa] y solo toman como aliados a Dios, a Su Mensajero y a los creyentes? Dios está bien informado de lo que hacen.

(17) No es propio que los idólatras construyan y mantengan las mezquitas de Dios, cuando [con sus creencias y acciones] dan testimonio de su incredulidad [en Dios]. Sus obras serán en vano, y sufrirán eternamente en el Infierno.
construyan y mantengan las mezquitas de Dios: Lo que aquí se critica es la acción externa e hipócrita de construir o cuidar de una mezquita por un motivo mundano, como hacía la tribu de Quraish con la mezquita de La Meca, con el único objetivo de mantener su renombre y beneficiarse económicamente de los peregrinos.

(18) Las mezquitas de Dios deben ser construidas y mantenidas por aquellos que creen en Él, en el Día del Juicio, cumplen con la oración, pagan el zakat, y no temen sino a Dios. Porque ellos son los que siguen la guía.

(19) [¡Oh, incrédulos!] ¿Acaso creen que quienes proveen agua a los peregrinos y quienes se encargan del cuidado de la Mezquita Sagrada son equiparables a aquellos que creen en Dios, en el Día del Juicio y luchan por la causa de Dios? Sepan que no pueden equipararse ante Dios. Dios no guía a los opresores.

(20) Los creyentes que emigraron y contribuyeron a la causa de Dios con sus bienes materiales y sus personas, tienen un grado muy elevado ante Dios. Ellos son los bienaventurados.

(21) Su Señor les albricia [que serán recompensados] con Su misericordia, Su complacencia, y con jardines donde gozarán de delicias inagotables.

(22) Vivirán en ellos por toda la eternidad. Dios les tiene reservada una recompensa grandiosa.

(23) ¡Oh, creyentes! No tomen a sus padres y hermanos como aliados si estos prefieren la incredulidad a la fe; quien de ustedes los tome a ellos por aliados será de los opresores.
La obediencia absoluta es debida únicamente a Dios, dice en el Corán: “Deben obediencia absoluta a Dios y a Su Mensajero, y tengan cuidado [de desobedecerlos]. Pero quien se rehúse, sepa que Mi Mensajero solo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.” (5:92). Mientras que la obediencia a los padres, es una obediencia condicionada, como dice en el Corán: “Si tus padres se esfuerzan por hacer que caigas en la idolatría de dedicar actos de adoración a otro que Dios, lo cual es algo que no te he enseñado, no los obedezcan pero trátenlos con respeto. Sigan el camino de los piadosos, pues ante Mí comparecerán y les informaré lo que hacían” (31:15). Es decir, que debemos honrar y obedecer a los padres siempre que no nos pidan algo que claramente contradiga las normas islámicas. De lo contrario, les debemos respeto y atención permanente, pero no obediencia, porque todo lo que provenga de un ser humano debe ser analizado a la luz de las enseñanzas islámicas, ya que Dios dice en el Corán: ¡Oh, creyentes! Obedezcan a Dios, obedezcan al Mensajero y a aquellos de ustedes que tengan autoridad y conocimiento. Si realmente creen en Dios y en el Día del Juicio, cuando tengan discrepancias remítanlas al juicio de Dios y del Mensajero, porque en ello hay bien y es el camino correcto” (4:59). Lo que significa que la obediencia a los seres creados está limitada por la obediencia al Creador. Cabe mencionar también, a modo de reflexión, que Dios cuestionó severamente y criticó a aquellos que siguen a sus padres sin cuestionarse si sus enseñanzas son correctas o no, dice en el Corán: “Y cuando se les dice: “Sigan lo que Dios reveló”, argumentan: “No, seguimos la tradición de nuestros padres”. ¿Acaso imitan a sus padres a pesar de que ellos no seguían una lógica ni una revelación?” (2:170).

(24) Diles [¡oh, Mujámmad!]: «Si sus padres, hijos, hermanos, cónyuges y familiares, los bienes materiales que hayan adquirido, los negocios que teman perder, y las propiedades que posean y les agraden, son más amados para ustedes que Dios, Su Mensajero y la lucha por Su causa, esperen que les sobrevenga el castigo de Dios [que pronto llegará]. Dios no guía a los corruptos.

(25) [Recuerden que] Dios los socorrió en muchas ocasiones, como el día de [la batalla de] Hunain, cuando ustedes se vanagloriaban de su superioridad numérica, pero de nada les valió y les resultó estrecha la Tierra [para escapar cuando los atacaron los idólatras] a pesar de su vastedad, y huyeron.

(26) Pero Dios hizo descender el sosiego sobre Su Mensajero y sobre los creyentes, e hizo descender tropas [de ángeles] que ustedes no pudieron ver y castigó a los que se negaban a creer [con una derrota]. Así es como Dios castiga a los que se niegan a creer.

(27) Luego, Dios perdonó a quienes se arrepintieron [y abrazaron el Islam]. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(28) ¡Oh, creyentes! Los idólatras son impuros, que no se acerquen a la Mezquita Sagrada después de este año. No teman padecer por ello pobreza o necesidad alguna, que si Dios quiere los proveerá con Su gracia. Dios todo lo sabe, es Sabio.
impuros: Impureza espiritual a causa de su incredulidad o idolatría. que no se acerquen a la Mezquita Sagrada: No es lícito que un no musulmán entre en la Mezquita Sagrada de La Meca. En el resto de las mezquitas, en cambio, sí puede entrar, como cuando el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, recibió a los cristianos de Nayrán en su Mezquita de Medina. este año: Este versículo fue revelado en el año noveno de la Hégira.

(29) Luchen contra quienes no creen en Dios ni en el Día del Juicio, no respetan lo que Dios y Su Mensajero han vedado y no siguen la verdadera religión [el Islam] de entre aquellos de la Gente del Libro [que los hayan agredido], a menos que acepten pagar un impuesto con humildad.
impuesto: Lit. Yizia جِزِية , traducido aquí como “impuesto”, aparece solo una vez en el Corán, pero su significado y propósito han sido expuestos claramente por el Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él en su Sunnah. En un Estado Islámico, todo musulmán adulto y sano está obligado a tomar las armas para participar en la defensa de su sociedad, si es atacado por una potencia extranjera, y así defender el derecho a la autodeterminación de su sociedad. Dado que esto es, esencialmente, una obligación religiosa, a los ciudadanos no musulmanes que viven en una sociedad islámica, que no comparten la ideología del Islam, no se les puede exigir, por justicia, que participen de esta batalla. Solo aquellos ciudadanos no musulmanes que podrían participar de un ejército son los que están obligados a pagar este impuesto. Por consiguiente, todos aquellos ciudadanos no musulmanes cuya condición o situación personal los eximiría de ir a la guerra, están legalmente exentos del pago del yizia, como las mujeres, los que no hayan alcanzado la madurez, los ancianos, los hombres enfermos o inválidos, los sacerdotes y los monjes. Ni en el Corán ni en la Sunnah auténtica se determina la cuota a pagar en este impuesto, pero sí está establecido que se trata de una cantidad menor que el zakat (uno de los pilares del Islam) que están obligados a pagar los musulmanes y del que, por ser un deber religioso específicamente islámico, están naturalmente exentos los no musulmanes. Algunos orientalistas sugirieron equivocadamente que algunas conversiones al Islam habrían ocurrido para evitar pagar este impuesto, pero tal afirmación es falsa, porque si un no musulmán que paga el Yizia se convirtiera al Islam, tendría que pagar el zakat, que es más elevado.

(30) Dicen [algunos] judíos: «‘Uzeir es el hijo de Dios», y los cristianos dicen: «El Mesías es el hijo de Dios». Estas son solo palabras [sin fundamento] que salen de sus bocas, asemejándose por ello a los incrédulos que los precedieron. ¡Que Dios los destruya! ¡Cómo pueden ser tan desviados!
hijo de Dios: La utilización de este título, “hijo de Dios”, era muy común entre los judíos del Antiguo Testamento. Para mayor información sobre a quiénes aplicaban este término ver la Enciclopedia Católica, bajo el título Hijo de Dios.

(31) Tomaron [los judíos] a sus rabinos y [los cristianos] a sus monjes y al Mesías, hijo de María, por divinidades en lugar de Dios. Pero solo se les había ordenado [en la Tora y el Evangelio] adorar a Dios, la única divinidad. No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Él. ¡Glorificado sea! ¡Cómo pueden dedicar actos de adoración a otros!
por divinidades: Este versículo evidencia que quien obedece a una persona, negándose a obedecer al Corán y la Sunnah, haciendo lícito lo prohibido o viceversa, y obedeciéndolo en lo que sabe es una desobediencia a Dios, toma a esa persona como una divinidad junto a Dios, transformándolo en asociado o copartícipe, y esto anula el auténtico monoteísmo (Tauhid), porque Dios denominó tal obediencia como adoración. Dijo el Sheij Al Islam Ibn Taimiah sobre el significado de “han tomado a sus sacerdotes y a sus monjes”: “Estas personas han tomado a sus sacerdotes y monjes como divinidades por haberlos obedecido en cuanto legislaron permitiendo lo que había prohibido Dios y prohibiendo lo que había permitido Dios. Esto puede darse de dos maneras: La primera es que sepan que sus líderes han cambiado la religión tal como la reveló Dios, pero de todas maneras los siguen sabiendo que contradicen las enseñanzas proféticas, considerando lícito lo prohibido e ilícito lo permitido. Esto es, sin dudas, incredulidad (Kufr). Dios y Su Mensajero lo consideran una forma de idolatría, aunque no se postren ante ellos. De la misma manera, aquellos que sigan a algún erudito sabiendo que al hacerlo están contradiciendo a Dios y a Su Mensajero, habrán cometido, tal como los primeros, un acto de idolatría. La segunda es que consideren en su fe que lo prohibido es ilícito (haram) y lo permitido es lícito (halal), pero siguen a sus líderes sabiendo que esto es una desobediencia a Dios. Quien hace esto es igual que aquel musulmán que comete desobediencias (pecados), por lo que son pecadores desobedientes. Sobre esto dijo el Mensajero de Dios, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él: “La obediencia es obligatoria solo en lo lícito”.

(32) Pretenden extinguir la luz de Dios con sus palabras, pero Dios hará que Su luz prevalezca aunque esto desagrade a los que se niegan a creer.
la luz: El Mensaje.

(33) Él es Quien envió a Su Mensajero con la guía y la religión verdadera para que llegue a prevalecer sobre toda religión [falsa], aunque esto disguste a los idólatras.

(34) ¡Oh, creyentes! Muchos de los rabinos y monjes se apropian del dinero ajeno sin derecho, y desvían [a la gente] del sendero de Dios. A aquellos que atesoren el oro y la plata y no contribuyan por la causa de Dios, anúnciales un castigo doloroso.
A aquellos que atesoren: Significa que lo escondan y no paguen el zakat correspondiente para colaborar en la causa de Dios.

(35) El Día del Juicio, lo que atesoraron se tornará incandescente por el fuego del Infierno, y sus frentes, sus costados y sus espaldas serán marcados con ello. [Se les dirá:] «Esto es lo que atesoraron, sufran ahora su castigo».
lo que atesoraron: Es decir, lo que no hayan pagado sobre ello el zakat, negándoselo a los pobres y los necesitados.

(36) El número de meses para Dios es doce, porque así Él lo decretó el día que creó los cielos y la Tierra. De ellos, cuatro son sagrados. Así es en la religión verdadera. No obren en contra de ustedes mismos durante estos meses. Combatan a los idólatras tal como ellos los combaten a ustedes, y sepan que Dios está con los piadosos.
cuatro son sagrados: Mujárram, Rayab, Dhul-Qa‘dah y Dhul-Jíyyah. No obren en contra de ustedes mismos durante estos meses: Desobedeciendo a Dios y cometiendo pecados.

(37) Cambiar los meses sagrados es acrecentar aún más la incredulidad. Así se extraviaron los que se negaron a creer, unos años lo declaraban [al combate] lícito durante determinados meses, mientras que otros años lo declaraban ilícito [durante esos mismos meses], pero siempre hacían que el número de meses sagrados fuera cuatro para que de esta manera coincidiera con el número de meses que Dios había decretado que fueran sagrados. Declaraban lícito lo que Dios había prohibido. [El demonio] les hizo ver sus malas obras como buenas. Sepan que Dios no guía a la gente que se niega a creer.
es acrecentar aún más la incredulidad: Porque los incrédulos los cambiaban a conveniencia para poder combatir en ellos.

(38) ¡Oh, creyentes! ¿Por qué cuando se los convoca a combatir por la causa de Dios, responden con desgano? ¿Acaso prefieren la vida mundanal a la otra? Los placeres mundanos son insignificantes respecto a los de la otra vida.

(39) Si no responden al llamado a combatir los azotará un castigo doloroso, y Dios los sustituirá por otro pueblo [que socorrerá al Profeta y combatirá por Su causa]. Sepan que no perjudicarán a Dios en nada [si se niegan a combatir]. Dios tiene poder sobre todas las cosas.

(40) Si no lo socorren [al Mensajero], sepan que Dios [no necesita de ustedes, pues ya] lo auxilió aquella vez que los incrédulos lo expulsaron [de La Meca], cuando estando en la caverna con su compañero [Abu Bakr], le dijo: «No te entristezcas, pues Dios está con nosotros». Entonces, Dios hizo descender Su sosiego sobre él [Abu Bakr], los socorrió con un ejército [de ángeles] que ellos no veían, y dispuso que la palabra de los incrédulos se desvaneciera, y que la palabra de Dios sea la que prevalezca. Dios es Poderoso, Sabio.
[Abu Bakr]: Abu Bakr fue el mejor amigo del Mensajero de Dios, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, y el mejor de los Sahabah. Fue elegido Califa de los musulmanes tras la muerte del Profeta. Murió en el mes de Yumada Al Awal del año 13 de la Hégira, con la misma edad que el Mensajero de Dios, 63 años.

(41) Salgan a combatir, sea que tengan una situación fácil o difícil. Contribuyan por la causa de Dios con sus bienes y luchen, porque es lo mejor para ustedes, si supieran.

(42) Si hubiera sido por algo mundano fácil de conseguir o un viaje breve, te habrían seguido, pero la distancia [en la batalla de Tabuk] era muy larga [y por ello se negaron a salir a combatir]. Juraron por Dios que si hubieran podido, habrían salido con ustedes. Se destruyeron a sí mismos [con sus excusas falsas], pero Dios sabe que mienten.

(43) ¡Que Dios te disculpe [¡oh, Mujámmad!]! ¿Por qué los has eximido sin antes corroborar quiénes decían la verdad y quiénes estaban mintiendo?

(44) En cambio, aquellos que creen en Dios y en el Día del Juicio no se excusan para que los eximas de la obligación de contribuir con sus bienes materiales y combatir. Dios sabe bien quiénes son los piadosos.

(45) Los que te presentan excusas para no alistarse [en el ejército] no creen en Dios ni en el Día del Juicio, sus corazones están llenos de dudas, y por sus dudas vacilan.

(46) Si [los hipócritas] hubieran querido realmente combatir, se habrían preparado para tal fin; pero Dios no quiso que salieran [con ustedes] y les infundió desgano, y se les dijo: «Permanezcan con quienes se quedan [por estar verdaderamente eximidos]».

(47) Si hubieran salido a combatir, los habrían confundido sembrando la discordia, pues entre ustedes hay quienes prestan oído a lo que dicen, pero Dios conoce bien a los injustos.

(48) Ya antes pretendieron sembrar la sedición [cuando arribaste a Medina, ¡oh, Mujámmad!] creando conflictos [entre los creyentes], hasta que la verdad fue revelada y se hizo manifiesta la voluntad de Dios, a pesar de que ellos lo detestaban.

(49) Entre los hipócritas hubo quien te dijo: «[¡Oh, Mujámmad!] Permíteme quedarme y no me expongas a la tentación». ¿Acaso no cayeron en la tentación [del demonio al negarse a combatir]? El Infierno rodeará a los que se niegan a creer.
no me expongas a la tentación: Su excusa era que las mujeres del pueblo que tenían que combatir lo podían tentar con su belleza.

(50) Si obtienes un éxito se disgustan, pero si recibes un revés dicen: «Ya habíamos tomado nuestras precauciones», y se marchan alegres.
se disgustan: Porque son envidiosos y desean el mal a las personas.

(51) Diles [¡oh, Mujámmad!]: «Solo nos sucede lo que Dios decretó para nosotros. Él es nuestro Protector, y a Dios se encomiendan los creyentes».

(52) Diles [a los hipócritas]: «Sepan que solo puede sucedernos una de dos cosas buenas, en cambio a ustedes, o bien Dios les enviará un castigo o hará que nosotros los derrotemos. Aguarden su destino, que nosotros aguardamos el nuestro».
una de dos cosas buenas: El éxito en el emprendimiento o la recompensa por el intento, y en este último caso, significa morir defendiendo una causa justa, dando testimonio de su fe con su valentía.

(53) Diles: «[¡Oh, hipócritas!] Lo que donen, de buena voluntad o por compromiso, no les será aceptado, porque son gente perversa».

(54) Sepan que sus donaciones no son aceptadas porque no creen en Dios ni en Su Mensajero. Ellos realizan la oración con desgano y hacen donaciones con desgano.
no son aceptadas: Por Dios como obras buenas.

(55) Que no te maravillen [¡oh, Mujámmad!] sus bienes materiales ni sus hijos, porque Dios decretó que les sirvan de sufrimiento en esta vida, y que sus almas mueran mientras están hundidos en la incredulidad.

(56) Les juran a ustedes por Dios que son de los suyos, cuando en realidad no lo son, solo actúan por temor:

(57) Si encontraran un refugio, una caverna o algún escondite, se dirigirían hacia allí presurosamente [para ocultarse y no combatir].

(58) De entre ellos hay quienes te critican por cómo repartes las caridades [¡oh, Mujámmad!]. Si les das de ellas [todo lo que pretenden] quedan satisfechos, pero si no lo haces se molestan.
De entre ellos: Los hipócritas.

(59) [Sería mejor para ellos] que se conformaran con el reparto de Dios y Su Mensajero, y dijeran: «Nos basta con Dios, y Dios nos concederá de Su favor y [repartirá entre nosotros] Su Mensajero. De Dios anhelamos que nos conceda bendiciones».

(60) El zakat debe ser distribuido entre los pobres, los menesterosos, los que trabajan en su recaudación y distribución, aquellos de los que se desea ganar sus corazones, la liberación de los prisioneros, los endeudados, la causa de Dios y el viajero insolvente. Esto es un deber prescrito por Dios, y Dios lo sabe todo, es Sabio.
los pobres: Son los que no poseen nada y no alcanzan a vivir con dignidad. los menesterosos: Son los que poseen apenas lo mínimo para vivir con dignidad. los que trabajan en su recaudación y distribución, aquellos de los que se desea ganar sus corazones: Son personas de prestigio entre los suyos, y de quienes se espera que acepten el Islam, detengan su hostilidad, refuercen su fe y su Islam, o se islamice alguno de los suyos. la liberación de los prisioneros: Son los esclavos que están negociando su manumisión con sus amos. Se les ayuda del zakat para lograr su libertad. También aplicable al rescate de cautivos, secuestrados y prisioneros de guerra en campo enemigo. los endeudados: Estos son de dos clases: a) Los que se han endeudado para conciliar entre dos personas en disputa. Se les entrega lo suficiente para saldar su deuda. b) Los que se han endeudado por motivos personales y no pueden saldar sus deudas. la causa de Dios: Son las personas que se dedican a elevar la palabra de Dios, como los que luchan por alguna de sus causas o los que divulgan el Islam. el viajero insolvente: Es el viajero que ha perdido sus posesiones durante el viaje y no puede volver a su tierra. A esta persona se le debe dar lo que necesite para poder regresar a su país, aunque sea rico en su tierra.

(61) Entre ellos hay [hipócritas] quienes critican al Profeta y dicen: «Escucha todo lo que le dicen», pero ello es para su bien. Él cree en Dios, confía en [la palabra de] los creyentes y es una misericordia para quienes de ustedes [realmente] han llegado a creer. Quienes calumnien al Mensajero de Dios recibirán un castigo doloroso.
Él: El Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él.

(62) [Un grupo de hipócritas] les juran por Dios con el fin de que ustedes se complazcan con ellos. Pero es de Dios y Su Mensajero de quienes deberían buscar su complacencia, si es que realmente son creyentes.
les juran por Dios con el fin de que ustedes se complazcan con ellos: Que no querían maltratar al Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él.

(63) ¿No saben acaso que quien se enfrente a Dios y a Su Mensajero estará perpetuamente en el fuego del Infierno? Esa es la humillación más terrible.

(64) Los hipócritas temían que un capítulo [del Corán] como este fuera revelado y pusiera en evidencia lo que [realmente] hay en sus corazones. Diles [¡oh, Mujámmad!]: «Búrlense [de la religión], que Dios pondrá al descubierto lo que tanto temen».

(65) Pero si les preguntas, te dicen: «Solo bromeábamos y nos entreteníamos». Diles: «¿Acaso se burlaban de Dios, de Sus preceptos y de Su Mensajero?
si les preguntas: El porqué de sus injurias sobre el Islam, el Profeta y los creyentes.

(66) No se excusen, han demostrado ahora su incredulidad a pesar de haber expresado su testimonio de fe anteriormente». Perdonaré a un grupo de ustedes, pero castigaré a otro grupo por haber sido transgresor.
su testimonio de fe anteriormente: Mencionó Ibn Kazir en su interpretación de este versículo, que un hipócrita dijo: “No hemos visto gente como estos recitadores del Corán. Siempre tienen apetito, son mentirosos y cobardes en la batalla”. Pero sus palabras le fueron comentadas al Mensajero de Dios, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, quien ya había montado su camella para iniciar el viaje. Entonces el hipócrita intentó excusarse diciendo: “¡Mensajero de Dios! Solamente bromeaba, cosas que se dicen durante el viaje para distraernos”. El Mensajero de Dios, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, recitó entonces este versículo. Perdonaré a un grupo de ustedes: Porque se arrepintieron y enmendaron su error.

(67) Los hipócritas y las hipócritas son aliados unos de otros, incitan al mal y prohíben hacer el bien, y se niegan a hacer caridades. Se olvidaron de Dios y por eso Él se olvidó de ellos [dejándolos fuera de Su misericordia]. Los hipócritas están en el desvío.

(68) Dios ha prometido a los hipócritas, a las hipócritas y a los que se niegan a creer que serán castigados con el fuego del Infierno donde sufrirán eternamente; eso será suficiente [castigo] para ellos. Dios los maldecirá y recibirán un castigo incesante.

(69) De la misma manera Dios castigó a otros pueblos del pasado que eran más fuertes que ustedes, tenían más riquezas y más hijos, y disfrutaban de lo que Dios les había concedido. Ahora ustedes disfrutan [de lo que Dios les concedió], pero se sumergen en la injusticia tal como ellos lo hicieron. Sus obras no les servirán en esta vida ni en la otra. Ellos son los verdaderos perdedores.

(70) ¿Acaso no les fueron relatadas las historias de otros pueblos del pasado, como el pueblo de Noé, ‘Ad, Zamud, el pueblo de Abraham, la gente de Madián y las dos ciudades que fueron destruidas? Se les presentaron sus Mensajeros con las pruebas evidentes [pero los rechazaron]. Dios no fue injusto con ellos [al castigarlos], sino que ellos fueron injustos consigo mismos.
las dos ciudades que fueron destruidas: Sodoma y Gomorra, a las que el Profeta Lot intentó, sin éxito, apartar de la inmoralidad del abuso homosexual.

(71) Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el zakat y obedecen a Dios y a Su Mensajero. De ellos Dios tendrá misericordia. Dios es Poderoso, Sabio.

(72) A los creyentes y a las creyentes Dios prometió jardines [en el Paraíso] por donde corren ríos, en los que disfrutarán por toda la eternidad, y hermosas moradas en los jardines del Edén. Pero alcanzar la complacencia de Dios es aún superior. ¡Ese es el éxito grandioso!

(73) ¡Oh, Profeta! Lucha contra los incrédulos y los hipócritas [que te ataquen], y sé severo con ellos. Su morada será el Infierno. ¡Qué pésimo destino!

(74) [Los hipócritas] juran por Dios que no dijeron nada [en contra de la religión de Dios y de Su Mensajero], y he aquí que sí dijeron palabras que evidenciaban su incredulidad, y así renegaron después de haber aceptado el Islam [exteriormente]. También se complotaron para algo que finalmente no pudieron conseguir. ¡Y nada pueden objetar [a la Fe] excepto que Dios los ha enriquecido y [ha hecho que] Su Mensajero [los enriquezca] de Su favor! Mejor sería que se arrepintieran, porque si no lo hacen, Dios les infligirá un castigo doloroso en esta vida y en la otra, y no tendrán en la Tierra protector ni defensor alguno.
no pudieron conseguir: Asesinar al Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, durante la batalla de Tabuk.

(75) Entre ellos hay quienes hacen una promesa a Dios diciendo: «Si Dios nos agracia haremos caridades y seremos de los virtuosos».

(76) Pero cuando Dios los bendijo con bienes materiales, se mostraron avaros y le dieron la espalda con desdén.
le dieron la espalda: A las obras de caridad y a pagar el zakat.

(77) Dios les infundió la hipocresía en sus corazones, que perdurará hasta el día en que se encontrarán con Él. Eso fue por no cumplir su promesa con Dios y por haber mentido.

(78) ¿Acaso no saben que Dios conoce sus intenciones y sus conspiraciones? Dios conoce bien lo oculto.

(79) Ellos critican a los creyentes que hacen obras voluntarias dando donaciones generosas, y se burlan también de quienes no encuentran qué dar, salvo con un gran esfuerzo. Dios los pondrá a ellos en ridículo y recibirán un castigo doloroso.
dando donaciones generosas: Diciendo que lo hacen para ostentar. con un gran esfuerzo: Debido a su pobreza.

(80) Es igual [¡oh, Mujámmad!] que pidas perdón por ellos o que no lo hagas. Aunque pidieras perdón por ellos setenta veces, Dios no los perdonaría, porque no creyeron en Dios ni en Su Mensajero, y Dios no guía a los perversos.

(81) Los que no participaron [en la batalla de Tabuk] se alegraron por rezagarse contrariando las órdenes del Mensajero. Se negaron a contribuir y luchar por la causa de Dios, y dijeron: «No marchen [a combatir] con este calor». Diles [¡oh, Mujámmad!]: «El calor del fuego del Infierno es más intenso aún». Si comprendieran.

(82) Que rían un poco [en este mundo], porque llorarán mucho [en el Infierno] como retribución por lo que cometieron.

(83) Si Dios te trae nuevamente [luego de la batalla de Tabuk] ante un grupo de ellos [los hipócritas], y ellos te piden permiso para salir a combatir [en otra batalla], diles: «No marcharán ni combatirán conmigo contra un enemigo jamás, porque se complacieron en rezagarse la primera vez; quédense entonces con los que se rezagan».

(84) Cuando alguno de ellos muera, no ores ni te detengas junto a su tumba [para rogar por él], porque no creyeron en Dios ni en Su Mensajero, y murieron en la desobediencia [a Dios].

(85) Que no te maravillen sus bienes materiales ni sus hijos, pues Dios quiso castigarlos con ellos en esta vida, y que mueran [hundiéndose] en la incredulidad.

(86) Cuando es revelado un capítulo [del Corán] en el que se les ordena creer en Dios y combatir junto al Mensajero, los que están en condiciones de ir se excusan diciéndote: «Permítenos quedarnos con los eximidos».

(87) Por haber preferido quedarse con los eximidos, Dios bloqueó sus corazones y no pueden discernir.

(88) El Mensajero y quienes creen en él luchan con sus bienes materiales y sus personas. Ellos recibirán las bondades [en esta vida y en la otra], y serán quienes [finalmente] triunfen.

(89) Dios tiene reservado para ellos jardines [en el Paraíso] por donde corren ríos, donde morarán por toda la eternidad. Ese es el triunfo grandioso.

(90) Se presentaron algunos beduinos [ante ti, ¡oh, Mujámmad!] pidiéndote permiso para no ir a luchar sin excusa válida, pero los [hipócritas] que mintieron a Dios y a Su Mensajero se quedaron sin excusarse siquiera. A estos incrédulos Dios les infligirá un castigo doloroso.

(91) Los débiles, los enfermos y los que carecen de recursos no tienen nada que reprocharse por no poder salir [a combatir], si son sinceros con Dios y Su Mensajero. A los que hacen el bien no hay motivo para censurarlos si en algún momento no pueden hacerlo. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(92) Tampoco deben ser reprochados aquellos que cuando se presentaron ante ti [¡oh, Mujámmad!] para que les proveyeras de montura [y así poder combatir por la causa de Dios], les informaste que no contabas con ninguna cabalgadura para ellos, y entonces se retiraron con los ojos inundados de lágrimas, tristes por no poder contribuir [a la causa de Dios].

(93) Los que deben ser censurados son aquellos [hipócritas] que te pidieron permiso para rezagarse [sin excusa válida y no contribuyeron ni siquiera con sus bienes materiales] a pesar de ser ricos. Ellos prefirieron quedarse con los eximidos, y por ello Dios bloqueó sus corazones y no pueden discernir.

(94) Pretendieron excusarse cuando ustedes regresaron a ellos [de la batalla]; ahora diles [¡oh, Mujámmad!]: «No se excusen, pues no les creeremos, Dios ya nos informó sobre ustedes». Dios y luego Su Mensajero observarán lo que hacen [y ello dejará al descubierto si son sinceros o no], finalmente comparecerán ante el Conocedor de lo oculto y lo manifiesto, que les revelará lo que solían hacer.

(95) Cuando ustedes retornaron [después de la batalla], ellos les juraron por Dios [que no pudieron acompañarlos] para que los excusaran; pero apártense de ellos, pues son gente repugnante. En pago por cuanto cometieron, su morada será el Infierno.

(96) Les juran por Dios para que se conformen con ellos; pero aunque ustedes se complacieran con ellos, sepan que Dios no Se complace con los corruptos.

(97) Algunos beduinos son más incrédulos e hipócritas [que los habitantes de las ciudades], y es más probable que no conozcan los preceptos que Dios reveló a Su Mensajero. Dios todo lo sabe, es Sabio.

(98) Entre los beduinos hay quienes consideran que toda donación es una pérdida, y esperan que ustedes sean azotados por un infortunio [para librarse de tener que hacer una contribución]. ¡Que los azote a ellos un infortunio! Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(99) Pero también hay entre los beduinos quienes creen en Dios y en el Día del Juicio, y hacen caridades anhelando acercarse más a Dios y merecer las súplicas del Mensajero. Así es como lograrán estar más próximos a Dios. Él los introducirá en Su misericordia. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(100) Dios se complace con los primeros que aceptaron el Islam y emigraron [a Medina], se complace con aquellos que los socorrieron, y con todos los que sigan su ejemplo [en la fe y las buenas obras], y todos ellos se complacen con Dios. Él les ha reservado jardines por donde corren ríos, donde morarán por toda la eternidad. Ese es el triunfo grandioso.

(101) Entre la gente de Medina y los beduinos que habitan a su alrededor hay hipócritas. Estos persisten en la hipocresía, tú no los conoces [¡oh, Mujámmad!], pero Yo sí los conozco. Los castigaré dos veces [una en esta vida con adversidades y la otra en la tumba], luego [el Día del Juicio] sufrirán un terrible castigo.

(102) Otros, en cambio, reconocen sus pecados [y se arrepienten], pues realizaron obras malas que empañaron sus obras buenas. A estos Dios les aceptará su arrepentimiento, porque Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(103) [¡Oh, Mujámmad!] Toma una parte de sus bienes materiales [como zakat] para expurgarles [con ello sus pecados] y purificarlos [de la avaricia], y ruega por ellos, que tus súplicas les transmiten paz. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(104) ¿Acaso no saben que Dios acepta el arrepentimiento de Sus siervos y sus caridades [y les multiplica su recompensa por ellas]? Dios es el Indulgente, el Misericordioso.

(105) Diles [¡oh, Mujámmad!, a los hipócritas]: «Obren como quieran, pero sepan que Dios, Su Mensajero y los creyentes verán sus obras». Luego comparecerán ante el Conocedor de lo oculto y lo manifiesto, y Él les informará lo que cometieron.

(106) Otros esperan el designio de Dios, Quien los castigará [si no se arrepienten] o los perdonará [si lo hacen]. Dios lo sabe todo, es Sabio.

(107) Quienes [de los hipócritas] construyeron una mezquita para hacer daño, difundir la incredulidad, sembrar la discordia entre los creyentes y dar refugio a quienes combaten a Dios y a Su Mensajero, desde hace tiempo juran que la construyeron para hacer un acto de beneficencia, pero Dios atestigua que mienten.
una discordia entre los creyentes: En el año 9 de la Hégira, justo antes de la batalla de Tabuk, un grupo de 12 hipócritas construyeron la “mezquita de la discordia (Masyid Dirar)”. El propósito fue promover la discordia y desunir a los creyentes. Le pidieron al Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, que rezara en esa mezquita, pero respondió: “Estoy en un viaje (por la Batalla de Tabuk) y estoy muy ocupado; si hubiera llegado (allí), hubiéramos rezado”. Pero después que partió hacia Tabuk, estos versículos fueron revelados.

(108) No ores [¡oh, Mujámmad!] en ella nunca, y sabe que una mezquita construida con piedad desde el primer día es más digna de que ores en ella, pues allí hay gente que desea purificarse, y Dios ama a quienes se purifican.
una mezquita construida con piedad desde el primer día: La mezquita de Quba’.

(109) ¿Acaso no es mejor quien construye sobre la base de la piedad y la complacencia de Dios que quien construye sobre un acantilado arenoso a punto de desplomarse, que pronto precipitará a sus constructores al Infierno? Dios no guía a los opresores.

(110) La mezquita que construyeron no dejará de sembrar dudas e hipocresía [entre los incrédulos] hasta que sus corazones se detengan. Dios lo sabe todo, es Sabio.

(111) Dios ha comprado a los creyentes, a cambio del Paraíso, sus vidas y sus bienes materiales que ofrecen por la causa de Dios hasta vencer o morir. Esta es una promesa verdadera que está mencionada en la Tora, el Evangelio y el Corán. ¿Quién es más fiel a su promesa que Dios? Bienaventurados sean por ofrecer [sus placeres mundanos] para comprar [los placeres de la otra vida]. Ese es el triunfo grandioso.

(112) [El triunfo es de quienes] se arrepienten [ante Dios], Lo adoran, Lo alaban, ayunan, se inclinan y se prosternan [en las oraciones], ordenan el bien y prohíben el mal, y respetan los preceptos [de Dios]. ¡Albricia a los creyentes!

(113) No corresponde que el Profeta ni los creyentes pidan perdón por los idólatras aunque se trate de sus parientes, una vez que se haga evidente que serán de la gente del Infierno.
Se hace evidente que es una persona del Infierno cuando rechaza el mensaje y lucha contra él, muriendo en esa causa injusta.

(114) Abraham solo pidió perdón por su padre porque se lo había prometido, pero cuando se dio cuenta de que era un enemigo de Dios, se desentendió de él. Abraham era manso de corazón y paciente.

(115) Dios no desviaría a un pueblo luego de haberlo guiado, sin antes haberles transmitido Sus preceptos. Dios es Conocedor de todas las cosas.

(116) A Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, Él da la vida y la muerte, y no tienen fuera de Dios protector ni defensor alguno.

(117) Dios perdonó al Profeta, a los creyentes que habían emigrado y a quienes los socorrieron, cuando lo siguieron en los momentos difíciles [de la expedición a Tabuk], y aceptó el arrepentimiento de aquellos cuyos corazones estuvieron a punto de desviarse [al ausentarse de la expedición]. Él es Compasivo y Misericordioso con Sus siervos.

(118) También aceptó el arrepentimiento de los tres que se rezagaron [de la expedición]. A estos les resultó estrecha la Tierra a pesar de su vastedad [por la vergüenza que sentían], estaban acongojados y finalmente comprendieron que no tenían más refugio que Dios. Luego [de un tiempo] Él les aceptó su arrepentimiento para que regresaran [a Dios]. Dios es el Indulgente, el Misericordioso.

(119) ¡Oh, creyentes! Tengan temor de Dios y permanezcan junto a los que dicen siempre la verdad.

(120) La gente de Medina y los beduinos que habitan a su alrededor no debían negarse a combatir con el Mensajero de Dios [si eran convocados] ni preferir sus propias vidas a la de él, ya que les es registrada una buena obra cada vez que sufren sed, cansancio y hambre mientras luchan por la causa de Dios, y cuando pisan terreno que enfurezca a los incrédulos, cuando los alcanza alguna hostilidad de los enemigos. Dios no deja que se pierda la recompensa de los que hacen el bien.

(121) Cuando contribuyen mucho o poco, o atraviesan un valle, les es registrada [una buena obra]. Así Dios los recompensa más de lo que han hecho.

(122) No deben salir a combatir todos los creyentes en una expedición. Que de cada región, algunos se queden para estudiar la religión y así puedan exhortar a su gente cuando regresen, para que de este modo se preserve [el conocimiento].

(123) ¡Oh, creyentes! Combatan a aquellos incrédulos enemigos que habitan a su alrededor [y los combaten], que comprueben su severidad. Dios está con los piadosos.

(124) Cuando un capítulo [del Corán] es revelado, hay entre ellos quienes dicen: «¿A quién le aumenta su fe?» Mientras que a los verdaderos creyentes sí les aumenta la fe, y se alegran por eso.
entre ellos: Los hipócritas.

(125) En cambio, a aquellos cuyos corazones están enfermos [de hipocresía], este [nuevo capítulo] les aumenta maldad a la maldad [espiritual] que ya tienen, y mueren negando la verdad.

(126) ¿Acaso no ven que son puestos a prueba cada año una o dos veces? Pero aun así no se arrepienten ni reflexionan.

(127) Cuando un capítulo [del Corán] es revelado, [los hipócritas] se miran entre sí [y susurran]: «¿Acaso alguien puede ver [lo que hay en nuestros corazones]?», y se alejan. Pero Dios ha alejado sus corazones [de la verdad] porque son gente que no la comprenden.

(128) Se les ha presentado un Mensajero de entre ustedes mismos que se apena por sus adversidades, se preocupa y desea que alcancen el bien [e ingresen al Paraíso]; es compasivo y misericordioso con los creyentes.

(129) [¡Oh, Mujámmad!] Si rechazan [el Mensaje] diles: «Me es suficiente con Dios, no hay otra divinidad salvo Él, a Él me encomiendo y Él es el Señor del Trono grandioso».

Corán

(1) Te preguntan acerca de los botines [de guerra, cómo se distribuyen]. Diles [¡oh, Mujámmad!]: «Los botines son para Dios y el Mensajero. Tengan temor de Dios, solucionen sus conflictos y obedezcan a Dios y a Su Mensajero, si es que son creyentes».

(2) Los creyentes son aquellos que cuando les es mencionado el nombre de Dios sus corazones se estremecen, y que cuando les son recitados Sus versículos les aumenta la fe y se encomiendan a su Señor.

(3) [Los creyentes] son quienes realizan la oración y dan en caridad parte de lo que les he proveído.

(4) Estos son los verdaderos creyentes, que alcanzarán grados elevados ante su Señor, el perdón y un sustento generoso.

(5) Tu Señor te hizo salir de tu casa [para luchar] por la verdad, pero eso le disgustó a un grupo de los creyentes.
En un comienzo, el pequeño ejército de creyentes se había mentalizado para intervenir una caravana perteneciente a Quraish y así recuperar algunos de los bienes que la tribu de Quraish había usurpado a los creyentes que emigraron. Pero cuando se hizo evidente que en lugar de enfrentar a una caravana escasamente armada, deberían enfrentar a un ejército tres veces superior en número y mejor armado, algunos creyentes cuestionaron al Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. Esta revelación descendió para evidenciar lo que había en los corazones de los creyentes y corregir su actitud.

(6) Te discuten sobre el verdadero motivo [del enfrentamiento] luego de habérseles evidenciado la verdad, como si fueran arrastrados a la muerte ante sus propios ojos.

(7) Pero [recuerda] cuando Dios les prometió [la victoria] sobre uno de los dos grupos. Ustedes deseaban enfrentar al menos poderoso, pero Dios quería hacer prevalecer la verdad con Sus Palabras y erradicar a los que se niegan a creer,
deseaban enfrentar al menos poderoso: Los creyentes preferían enfrentar a la caravana en lugar del ejército de Quraish; pero Dios, que les había prometido una victoria, los hizo enfrentar a un enemigo muy superior, para establecer un objetivo mucho mayor que recuperar algunos bienes mundanos, el cual era evidenciar el coraje de esta nueva comunidad de creyentes, para detener el maltrato y persecución a los creyentes y fortalecerlos ante sus enemigos.

(8) para que así prevalezca la Verdad y se desvanezca la falsedad, aunque ello les disguste a los criminales.

(9) [Recuerden] cuando pedían socorro a su Señor y Él les respondió: «Los auxiliaré con mil ángeles que descenderán uno tras otro».

(10) Dios los envió como una albricia y para infundir el sosiego en sus corazones, pero sepan que la victoria depende de Dios. Dios es el Poderoso, el Sabio.

(11) [Y recuerden] cuando los envolvió un sueño ligero dándoles una calma interior, e hizo descender una llovizna del cielo para purificarlos con ella y apartar de ustedes la mancha del demonio, afirmar sus corazones y afianzar sus pasos.

(12) Y cuando tu Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con ustedes, denle valor a los creyentes, infundiré terror en los corazones de los que se niegan a creer. Golpeen sobre sus cuellos y golpeen todos sus dedos».
La orden de Dios dirigida a los ángeles es golpear al enemigo en sus altos mandos y en sus combatientes armados.

(13) Esto [es lo que merecen] porque combatieron a Dios y a Su Mensajero. Quien combata a Dios y a Su Mensajero sepa que Dios es severo en el castigo.

(14) Eso es lo que merecen recibir, y sepan que los que se niegan a creer recibirán el castigo del Infierno.

(15) ¡Oh, creyentes! Cuando se enfrenten con los que se niegan a creer, no les den la espalda [para huir].

(16) Pero quien huya, a menos que fuera por una maniobra de batalla o para unirse a otra tropa, incurrirá en la ira de Dios y su morada final será el Infierno. ¡Qué pésimo destino!

(17) No fueron ustedes quienes los mataron [a sus enemigos] sino que fue Dios quien les dio muerte, y no fuiste tú [¡oh, Mujámmad!] quien arrojó [el polvo que llegó a los ojos del enemigo en el combate], sino que fue Dios Quien lo hizo. Dios agracia así a los creyentes. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(18) Eso fue para que Dios desbaratara las confabulaciones de los que se niegan a creer.

(19) [¡Oh, incrédulos!] Ustedes pidieron que triunfara quien estuviera en la verdad, y esto fue lo que ocurrió. Sepan que si desisten [de combatir al Islam y a los creyentes] será mejor para ustedes; pero si vuelven a hacerlo volveré [a castigarlos] y de nada les servirán sus ejércitos, aunque fueran numerosos. Porque Dios está con los creyentes.

(20) ¡Oh, creyentes! Obedezcan a Dios y a Su Mensajero, y no le den la espalda al escuchar [el mensaje].

(21) No sean como quienes dicen: «Oímos», pero no prestan atención.

(22) Las peores criaturas para Dios son los sordos [que no quieren oír la Verdad] y los mudos [que no quieren atestiguar la Verdad], los que no razonan.

(23) Si Dios supiera que en ellos hay algún bien los haría oír, pero aun si los hiciera oír le darían la espalda, desentendiéndose.

(24) ¡Oh, creyentes! Obedezcan a Dios y al Mensajero cuando los invitan a practicar aquello que les da vida, y sepan que Dios se interpone entre la persona y [los deseos de] su corazón. Ante Dios comparecerán.

(25) Tengan cuidado de una prueba que afligirá no solamente a los opresores, sino a todos. Dios es severo en el castigo.

(26) Recuerden cuando eran solo unos pocos, eran perseguidos y oprimidos donde estuvieran, y temían que la gente los apresara. Pero Dios los protegió, los fortaleció con Su auxilio y los agració con un sustento lícito, para que sean agradecidos.

(27) ¡Oh, creyentes! No traicionen a Dios y al Mensajero, ni traicionen la confianza que se depositó en ustedes.

(28) Sepan que sus posesiones y sus hijos son una prueba. Dios tiene reservada junto a Él una recompensa inmensa.

(29) ¡Oh, creyentes! Si tienen temor de Dios, Él les concederá el criterio, perdonará sus faltas y aceptará su arrepentimiento. Dios es el dueño de un favor inmenso.

(30) Y recuerda [¡oh, Mujámmad!] cuando se confabularon contra ti los incrédulos para capturarte, matarte o expulsarte [de tu ciudad]. Ellos planearon en tu contra, pero Dios desbarató sus planes, porque finalmente Dios es el que mejor planea.

(31) Cuando se les recitan Mis versículos, dicen [los que se niegan a creer]: «Oímos, pero si quisiéramos podríamos decir palabras similares. Son fábulas de nuestros ancestros».

(32) Y alguien dijo: «¡Señor nuestro! Si esto [que transmite Mujámmad] es la Verdad que dimana de Ti, te desafío a que hagas llover sobre nosotros piedras del cielo o nos azotes con un castigo doloroso».

(33) Pero Dios nunca los castigaría estando tú [¡oh, Mujámmad!] entre ellos, ni tampoco mientras haya quienes Le pidan perdón.

(34) ¿Por qué no iba Dios a castigarlos si ellos impiden [a los creyentes] el ingreso a la Mezquita Sagrada, sin ser los protectores [legítimos de la Mezquita Sagrada]? Sepan que los [legítimos] protectores son los piadosos. Pero la mayoría de los idólatras no lo sabe.

(35) Su oración ante la Casa Sagrada [de La Meca] no era más que silbidos y aplausos. Sufran [¡oh, idólatras!] el castigo por su rechazo obstinado a la verdad.

(36) Los que se niegan a creer gastan su dinero para apartar a la gente del sendero de Dios. Seguirán gastando hasta que lo lamentarán, y finalmente serán vencidos. Los que se niegan a creer serán finalmente congregados en el Infierno.

(37) Así Dios diferenciará al corrupto del honesto, y reunirá a los perversos unos con otros y los congregará en el Infierno. Esos serán los perdedores.

(38) Diles a los que se niegan a creer que si desisten [y abrazan el Islam] les será perdonado cuanto cometieron en el pasado; pero si persisten, tendrán el mismo destino de los pueblos que los precedieron.

(39) Combatan [a los criminales] hasta que cese la opresión y todos puedan adorar libremente a Dios. Pero si ellos desisten [de perseguir a los creyentes] Dios bien ve lo que hacen.

(40) Pero si ellos se niegan [y prefieren seguir persiguiendo a los creyentes], sepan ustedes que Dios es su Protector. ¡Qué excelente Protector y qué excelente Defensor!

(41) Sepan que un quinto del botín Le corresponde a Dios, al Mensajero, a sus familiares, a los huérfanos, a los pobres y a los viajeros insolventes [y el resto a los soldados], si es que creen en Dios y en lo que le he revelado a Mi siervo el día que se evidenció la verdad de la falsedad: el día que se enfrentaron los dos ejércitos. Dios tiene poder sobre todas las cosas.
los dos ejércitos: El de los creyentes y el de los incrédulos.

(42) [Recuerda] cuando se encontraban en el valle más cercano [a Medina] y el ejército de los idólatras en el más lejano, y la caravana de camellos más abajo [en dirección al mar]. Y si ustedes hubieran sabido que se habría de producir una batalla, se habrían negado a aceptar el desafío. Pero [la batalla fue provocada aun así] para que Dios llevara a cabo algo [que Él había dispuesto] que ocurriera, y para que quien hubiera de perecer [en ese día], pereciera ante una prueba clara de la verdad; y quien hubiera de sobrevivir, sobreviviera ante una prueba clara de la verdad. Dios todo lo oye, todo lo sabe.
cuando se encontraban: El día de la batalla de Bader.

(43) Dios hizo que en un sueño vieras a los enemigos como si fueran pocos, pues si se los hubiera mostrado como un ejército numeroso se habrían acobardado, dudando sobre combatir o no. Pero Dios los protegió. Él bien sabe lo que hay en los corazones.

(44) Cuando estuvieron frente a frente, Dios hizo que ustedes los vieran poco numerosos, e hizo que ellos los vieran poco numerosos a ustedes, de manera que sucediese lo que Dios había decretado. A Dios se remiten todos los asuntos.

(45) ¡Oh, creyentes! Cuando se enfrenten a un ejército [de incrédulos] manténganse firmes y recuerden permanentemente a Dios, que así alcanzarán el triunfo.

(46) Obedezcan a Dios y a Su Mensajero y no discrepen, porque se debilitarían y serían derrotados. Sean pacientes, porque Dios está con los pacientes.

(47) Pero no sean como aquellos [incrédulos] que salieron de sus hogares con arrogancia y ostentación ante su gente, para apartar a las personas del sendero de Dios. Dios está bien enterado de lo que hacen.

(48) El demonio les hizo ver que lo que hacían era lo correcto, y les dijo: «Hoy nadie los podrá vencer, yo estoy junto a ustedes». Pero cuando los dos bandos se divisaron, [el demonio] huyó diciendo: «Yo no soy responsable de lo que hacen, pues veo lo que ustedes no pueden ver, yo tengo temor de Dios, y Dios es severo en el castigo».

(49) En ese momento los hipócritas y quienes tenían el corazón enfermo [con incertidumbre] dijeron [acerca de los creyentes]: «Estos están enceguecidos por su religión». Quienes se encomienden a Dios sepan que Él es Poderoso, Sabio.

(50) Si vieras [qué terrible es] cuando los ángeles toman las almas de los que mueren habiéndose negado a creer, y les golpean sus rostros y sus espaldas, y les dicen: «Sufran el tormento del Infierno.

(51) Este es el castigo que merecieron por sus obras. Dios no es injusto con Sus siervos».

(52) El pueblo del Faraón y quienes los precedieron fueron castigados, pues tampoco creyeron en los signos de Dios, y Dios los condenó por sus pecados. Dios tiene poder sobre todas las cosas y es severo en el castigo.

(53) Dios no quita a ningún pueblo las gracias con las que lo ha bendecido, a menos que este se pervierta. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(54) Por lo mismo castigué a la gente del Faraón y a quienes los precedieron, pues desmintieron los signos de su Señor y entonces los aniquilé por sus pecados: por eso ahogué a la gente del Faraón. Sepan que todos [estos pueblos] eran opresores.

(55) Las peores criaturas ante Dios son los incrédulos, pues se negaron a creer,

(56) aquellos que siempre quebrantan los pactos que tú [¡oh, Mujámmad!] celebras con ellos y no tienen temor [del castigo de Dios].

(57) Si enfrentas a algunos de ellos durante la guerra, dales un escarmiento que sirva de ejemplo a quienes sigan sus pasos. Puede que así reconsideren.

(58) Si te traiciona un pueblo, hazles saber que rompes el pacto igual que ellos. Dios no ama a los traidores.
un pueblo: Con el que se haya realizado un pacto de no agresión.

(59) Que no piensen los incrédulos que podrán huir de Mi castigo. No tienen salvación.

(60) Preparen contra ellos cuanto puedan de fuerzas [de combate] y caballería, para que así amedrenten a los enemigos de Dios que también son los suyos, y a otros enemigos que aún no conocen, pero Dios los conoce bien. Sepan que aquello con lo que contribuyan en la causa de Dios les será recompensado generosamente, y no serán jamás tratados injustamente.

(61) Si [los incrédulos] se inclinan por la paz, acéptala tú también y encomiéndate a Dios. Él todo lo oye, todo lo sabe.

(62) Pero si quieren engañarte, sabe que la protección de Dios es suficiente. Él es Quien te ha fortalecido con Su auxilio y con los creyentes,
si quieren engañarte: Simulando un cese de hostilidades para aprovechar la oportunidad y atacar.

(63) Él es Quien unió sus corazones, y tú no habrías podido hacerlo aunque hubieras gastado todo lo que hay en la Tierra, pero Dios los reconcilió. Él es Poderoso, Sabio.

(64) ¡Oh, Profeta! La protección de Dios es suficiente para ti y para los creyentes que te sigan.

(65) ¡Oh, Profeta! Exhorta a los creyentes a combatir [por la causa de Dios]. Por cada veinte pacientes y perseverantes de entre ustedes, vencerán a doscientos; y si hubiere cien, vencerán a mil de los que se negaron a creer, porque ellos no razonan.
vencerán a doscientos: Combatientes enemigos. porque ellos no razonan: Que su causa es injusta.

(66) Pero Dios les alivia la carga, por compasión ante su debilidad: Por cada cien pacientes vencerán a doscientos enemigos, y si hubiere mil vencerán a dos mil, con el permiso de Dios. Dios está con los pacientes.

(67) No le es permitido al Profeta [ni a los creyentes] tomar prisioneros si antes no combaten en la Tierra. Pretenden algunos obtener un beneficio mundanal, mientras Dios quiere para ustedes la recompensa de la otra vida. Dios es Poderoso, Sabio.
si antes no combaten en la Tierra: Este versículo prescribe que nadie puede ser tomado prisionero o cautivo, a menos que haya sido capturado durante una guerra y que, por tanto, la adquisición de un esclavo por medios “pacíficos”, y su retención una vez adquirido, están totalmente prohibidas: esto supone la prohibición de la esclavitud. Respecto a aquellos prisioneros capturados en la guerra, el Corán ordena en 47:4 que han de ser liberados una vez finalizada la guerra. beneficio mundanal:Cobrando un rescate por su liberación.

(68) Si Dios no hubiera prescrito que el botín de guerra fuera lícito, habrían sufrido un terrible castigo por lo que tomaron de él.

(69) Disfruten de todo lo lícito y bueno que han ganado como botín de guerra, y tengan temor de Dios. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(70) ¡Oh, Profeta! Diles a los prisioneros que hayan capturado: «Si Dios encuentra en sus corazones algo de bien, les concederá algo mejor que los bienes que se les han quitado y los perdonará. Dios es Absolvedor, Misericordioso».

(71) Pero si quieren engañarte aduciendo que son creyentes, recuerda que ya antes habían traicionado a Dios y Él los sometió ante ustedes. Dios todo lo sabe, es Sabio.
habían traicionado a Dios: Al negarse a creer en Él.

(72) Los creyentes que emigraron, contribuyeron con sus bienes y combatieron por la causa de Dios, son aliados de aquellos que les dieron refugio y socorro. En cambio, a quienes no emigraron no tienen la obligación de socorrerlos hasta que emigren. Pero si piden que los auxilien para preservar su religión, deben hacerlo, salvo que se encuentren en un pueblo con el que ustedes hayan celebrado un pacto. Dios ve bien lo que hacen.
un pacto: Un pacto de no agresión.

(73) Los que se niegan a creer son aliados unos de otros. Si no obran de la misma manera [siendo los creyentes aliados unos de otros], se propagarán los conflictos en la Tierra y habrá una gran corrupción.

(74) Los creyentes que emigraron y lucharon por la causa de Dios, y aquellos que les dieron refugio y los socorrieron, esos son los verdaderos creyentes. A ellos les serán perdonados sus pecados y recibirán una recompensa generosa.

(75) Y aquellos que posteriormente crean [abrazando el Islam], emigren y luchen con ustedes, serán de los suyos. Sepan que Dios ha prescrito en Su Libro que sus parientes tienen más derecho a la herencia que sus hermanos en la fe, y Dios es conocedor de todas las cosas.
serán de los suyos: Pertenecerán a la comunidad de los musulmanes. la herencia que sus hermanos en la fe: Este versículo deroga una ley temporal, a comienzos del Islam, por la cual los creyentes se heredaban unos a otros a pesar de que no eran parientes. Esto era a causa de que los creyentes habían emigrado dejando a sus espaldas todos los bienes materiales, y el Islam los recompensaba de esta manera; pero luego de establecida la comunidad y afianzada tras la victoria de la batalla de Bader, Dios evidencia que la ley de Su Libro establece que los que tienen más derecho a la herencia son los familiares. Para más detalles sobre la división de la herencia, ver Corán: 4:11-12.

Corán