Corán

(1) Álif. Lam. Mim. Sad.

(2) Éste es el Libro que te ha sido revelado, no tengas duda en tu corazón sobre ello, para que adviertas con él y como recuerdo para los creyentes.
Éste es el Libro: El Corán.

(3) [Oh, creyentes] Sigan lo que les ha sido revelado por su Señor, y no sigan fuera de Él a ningún aliado-protector. ¡Qué poco reflexionan!

(4) Cuántas ciudades he destruido [en el pasado]. Mi castigo los azotó sorpresivamente mientras dormían por la noche o durante la siesta.

(5) Cuando los alcanzó Mi castigo dijeron: «Éramos de los que cometían injusticias».

(6) He de preguntar a los Mensajeros y a los pueblos donde fueron enviados,

(7) y les informaré acerca de todos sus actos con conocimiento, pues nunca estuve ausente.

(8) Ese día se pesarán las obras con la verdad. Aquellos cuyas [buenas] obras pesen más [en la balanza] serán los bienaventurados.
Ese día: El Día del Juicio Final.

(9) Pero aquellos cuyas [buenas] obras sean las livianas serán los perdedores, porque fueron injustos con Mis signos.

(10) Les he concedido poder en la Tierra y he dispuesto los medios para que vivan en ella. Pero, ¡qué poco agradecen!

(11) Creé [al ser humano] y le di forma [armoniosa]. Luego dije a los ángeles: «¡Hagan una reverencia ante Adán!» Todos se prosternaron excepto el demonio, que se negó a obedecer.

(12) [Dios] le preguntó: «¿Qué te impidió prosternarte cuando te lo ordené?» Respondió: «Yo soy superior a él, pues a mí me creaste de fuego, mientras que a él lo creaste del barro».
El demonio fue el primer ser en discriminar a otro por su origen, aduciendo que su propio origen era superior. En consecuencia, se puede afirmar que cualquier persona que discrimine a otra por el origen con el cual Dios lo creó, como género, color de su piel, nacionalidad, etc., está en realidad siguiendo el ejemplo del demonio.

(13) Dijo [Dios]: «¡Sal de aquí! En este lugar no se permite la soberbia. ¡Vete, pues [a partir de ahora] serás de los humillados!»
¡Sal de aquí!: Es decir, del lugar honorable que Dios le había concedido en el Paraíso.

(14) Dijo [el Demonio]: «Permíteme vivir hasta el Día de la Resurrección».

(15) Dijo [Dios]: «Serás de los que esperen [con vida hasta ese día]».

(16) Dijo [el Demonio]: «Por haberme descarriado los acecharé para apartarlos de Tu sendero recto.
los acecharé: A los seres humanos.

(17) Los abordaré por delante, por detrás, por la derecha y por la izquierda; encontrarás que la mayoría de ellos no serán agradecidos».
por delante, por detrás, por la derecha y por la izquierda: Al Bagawi menciona en su exégesis que Ibn ‘Abbas interpretó este versículo de la siguiente manera: “Por delante, es decir, los haré dudar sobre la vida del más allá; por detrás, es decir, los tentaré con asuntos de este mundo; por la derecha, es decir, los haré dudar sobre su religión; y por la izquierda, es decir, les embelleceré los pecados”.

(18) Dijo [Dios]: «¡Sal de aquí degradado y despreciado! Llenaré el Infierno con todos aquellos que te sigan.

(19) ¡Oh, Adán! Habita el Paraíso con tu esposa. Coman cuanto deseen de lo que hay en él, pero no se acerquen a este árbol, pues de hacerlo se contarían entre los injustos».

(20) Pero el demonio les susurró con el fin de que [desobedecieran a Dios y así] se les hiciera evidente lo que antes estaba oculto [de su desnudez] para ellos, diciéndoles: «Su Señor les prohibió acercarse a este árbol para que no se conviertan en ángeles o en seres inmortales».
Dijo Ibn Al Qaiim: “El demonio examinó a los padres de la humanidad (Adán y Eva) y encontró en ellos la inclinación a permanecer eternamente en el Paraíso. Supo inmediatamente que esa sería la única puerta para seducirlos”.

(21) Y les juró: «Yo solo soy un consejero [sincero]».

(22) Los sedujo con engaños. Cuando ambos comieron del árbol se les hizo manifiesta su desnudez y comenzaron a cubrirse con hojas del Jardín, entonces su Señor los llamó: «¿No les había prohibido comer de este árbol? ¿No les había advertido que el demonio era su enemigo declarado?»

(23) Ellos dijeron [arrepentidos]: «¡Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos; si no nos perdonas y nos tienes misericordia, seremos de los perdidos».

(24) Dijo [Dios]: «¡Desciendan [del Paraíso]! Serán enemigos unos de otros. En la Tierra tendrán morada y deleite por un tiempo».

(25) Dijo [Dios]: «En ella vivirán y morirán, y de ella serán resucitados».

(26) ¡Oh, hijos de Adán! Los he provisto con vestimentas para que cubran sus vergüenzas y para que se vistan con elegancia. Pero vestirse con la piedad es la mejor [vestimenta]. Eso es un signo de Dios para que puedan recapacitar.

(27) ¡Oh, hijos de Adán! Que no los seduzca el demonio como lo hizo con sus padres [Adán y Eva] haciendo que salieran del Paraíso y fueran despojados de lo que los cubría. El demonio y sus secuaces los acechan desde donde no los ven. Hice que los demonios fueran aliados de los que se niegan a creer,

(28) que cuando cometen una obscenidad se excusan diciendo: «Nuestros padres lo hacían y Dios así nos lo ordenó». Diles: «Dios no ordena la inmoralidad. ¿Afirman sobre Dios algo que en realidad ignoran?»

(29) Diles: «Mi Señor solo ordena la justicia, que se mantengan en adoración en las mezquitas, y que Lo invoquen solo a Él practicando sinceramente Su religión». Así como los creó [por primera vez] los hará volver [a la vida].

(30) Un grupo siguió la guía, pero otro grupo se confirmó en su extravío, porque tomaron a los demonios como aliados-protectores en vez de Dios, mientras creían estar en la guía [correcta].

(31) ¡Oh, hijos de Adán! Vistan con elegancia cuando acudan a las mezquitas. Coman y beban con mesura, porque Dios no ama a los derrochadores.
Vistan con elegancia cuando acudan a las mezquitas: En este versículo, Dios nos ordena vestir con elegancia. El término que se utiliza es general (zinatakum زِينَاتَكُم ), no indica una vestimenta en particular, ni túnica ni capa ni pantalón ni camisa. Este texto Coránico nos indica que la vestimenta que usemos debe ser considerada elegante y apropiada por la sociedad del lugar donde vivamos, por la identidad de esa sociedad. Ese concepto se llama, en la terminología islámica, “costumbre” (‘urf عُرْف ).

(32) Diles: «¿Quién les ha prohibido vestir con las prendas elegantes que Dios les ha concedido a Sus siervos y beneficiarse de todo lo bueno que Dios les ha proveído?» Diles: «Pero de todo eso, el Día de la Resurrección, se beneficiarán exclusivamente quienes hayan sido creyentes durante la vida mundanal». Así es como aclaro Mis signos para un pueblo que comprende.

(33) Diles: «Lo que realmente ha prohibido mi Señor son las obscenidades, tanto en público como en privado, la maldad, la opresión sin causa, que Le asocien en la adoración y que afirmen acerca de Él lo que ignoran».

(34) Cada nación tiene un plazo determinado, y cuando éste se cumpla no podrán retrasarlo ni adelantarlo, ni por un instante.

(35) ¡Oh, hijos de Adán! Cuando se les presenten Mensajeros que les transmitan Mis signos, tengan temor [de Dios] y rectifiquen [sus obras], que nada tendrán que temer ni estarán tristes [el Día del Juicio Final].

(36) Pero quienes desmientan Mis signos y tengan una actitud soberbia, esos serán la gente del Fuego, donde morarán por toda la eternidad.

(37) ¿Acaso hay alguien más injusto que quien inventa mentiras acerca de Dios o desmiente Sus signos? A ellos los alcanzará lo que estaba escrito [en la predestinación]. Cuando se les presenten Mis [ángeles] Enviados para tomar sus almas les dirán: «¿Dónde están aquellos [ídolos] que invocaban en vez de Dios?» Ellos responderán: «Nos han abandonado», y atestiguarán contra sí mismos haber sido incrédulos.

(38) Les dirá [Dios]: «Entren al Infierno junto a las comunidades de seres humanos y yinnes que los precedieron». Cada vez que entre una comunidad, maldecirá a su hermana; y cuando todos hayan ingresado, dirán los últimos sobre los primeros: «¡Señor nuestro! Ellos son quienes nos desviaron, duplícales el castigo del Fuego». Pero dirá [Dios]: «A todos les será duplicado, aunque no lo sepan».
a su hermana: La generación anterior, de quien tomó sus creencias y valores. los últimos sobre los primeros: Los términos “primera” y “última” aluden bien a una secuencia en el tiempo (“los primeros en entrar” y “los que llegaron después”) o bien a la categoría (“líderes” y “seguidores”). En ambos casos están relacionados, como indica la frase siguiente, con la influencia perversa que los primeros ejercieron sobre las vidas de estos últimos, o que los líderes políticos o ideológicos ejercieron sobre sus pueblos.

(39) Los primeros dirán a los últimos: «Ustedes no son mejores que nosotros», [pero Dios dirá a ambos grupos]: «Sufran todos el castigo que merecen [por sus obras]».
“Ustedes no son mejores que nosotros”: Porque siguieron ciegamente ideologías y costumbres, sin preguntarse sobre su validez y lógica.

(40) A quienes hayan desmentido Mis signos con soberbia no se les abrirán las puertas del cielo ni entrarán en el Paraíso hasta que un camello pase por el ojo de una aguja. Así castigo a los pecadores.
camello: En idioma árabe la palabra yamal جَمَل puede significar camello, como se ha traducido aquí, pero también puede significar una soga gruesa como las que se usan para los barcos, siendo que ambos significados aluden a la imposibilidad.

(41) Ellos tendrán allí lechos envolventes de fuego. Así es como castigo a los que cometen injusticias.

(42) Pero quienes hayan creído y realizado obras de bien, y a nadie le exijo una carga mayor a la que puede soportar, serán la gente del Paraíso donde morarán por toda la eternidad.

(43) Purificaré sus corazones del rencor que hubiere entre ellos. Vivirán donde corren ríos y dirán [en agradecimiento]: «¡Alabado sea Dios, Quien nos guió!, y no hubiéramos podido encaminarnos de no haber sido por Él. La promesa con la que vinieron los Mensajeros de nuestro Señor era verdad». Se les dirá: «Éste es el Paraíso que han heredado [en recompensa] por lo que solían obrar».

(44) La gente del Paraíso dirá a la gente del Fuego: «Hemos encontrado lo que nuestro Señor nos había prometido. ¿Acaso no están ustedes padeciendo el castigo que su Señor les había advertido?» Responderán: «¡Sí!» Entonces se oirá a un pregonero decir: «¡Qué la maldición de Dios pese sobre los opresores!»,

(45) Los que apartan [a la gente] del sendero de Dios, tratando de complicarlo, y desmienten el Día del Juicio.

(46) Entre ambos [grupos] habrá una separación, y en los lugares elevados habrá personas que serán reconocidas por su aspecto [por la gente del Paraíso y la gente del Infierno], y llamarán a la gente del Paraíso saludándolos: «¡La paz sea con ustedes!» Ellos no han ingresado en él, pero están ansiosos por hacerlo.
habrá personas: Ibn Kazir interpreta que se trata de los creyentes cuyas buenas obras y malas obras se igualan, y por eso no han ingresado al Paraíso, sino que se encuentran en un lugar elevado entre el Paraíso y el Infierno.

(47) Cuando dirijan sus miradas hacia los habitantes del Fuego dirán: «¡Señor nuestro! No nos juntes con la gente que cometió injusticias».

(48) La gente de los lugares elevados llamarán a unas personas [habitantes del Fuego] que serán reconocidas por su aspecto, diciéndoles: «De nada les valieron sus riquezas ni su soberbia.

(49) Observen a quienes ustedes juraban que la misericordia de Dios no los alcanzaría, y [contrario a lo que creían] se les dijo: ‘Ingresen al Paraíso, donde no tendrán nada que temer ni sentirán tristezas’».

(50) La gente del Fuego implorará a la gente del Paraíso: «Dennos un poco de agua o algo [para comer] de lo que Dios les ha proveído». Responderán: «Dios ha vedado esas cosas a los que se negaron a creer».

(51) Aquellos que tomaron su religión como juego y diversión, y les sedujo la vida mundanal, hoy los olvidaré así como ellos olvidaron que se encontrarían con este día, y por haber negado Mis signos.
hoy: El Día del Juicio Final.

(52) Les envié el Libro, en el que detallé todas las cosas con sabiduría, como guía y misericordia para la gente que cree.
el Libro: El Sagrado Corán.

(53) ¿Acaso esperan que suceda lo que se les ha advertido [en el Libro]? El día que llegue [la advertencia] dirán quienes lo ignoraron: «Reconocemos que los Mensajeros de nuestro Señor se presentaron con la Verdad. ¿Acaso habrá quién pueda interceder por nosotros [para salvarnos del castigo] o nos conceda otra oportunidad para volver a la vida mundanal y así poder obrar distinto a lo que hicimos antes?» Se perdieron a sí mismos y no podrán encontrar [a las divinidades] que inventaron.

(54) Su Señor es Dios, Quien creó los cielos y la Tierra en seis eras, y luego se estableció sobre el Trono. Hace que la noche y el día se sucedan. Creó el Sol, la Luna y las estrellas sometiéndolas a Su voluntad. ¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Él quiere? ¡Bendito sea Dios, Señor del universo!
en seis eras: La palara árabe iaum يَوْم implica eras o espacios de tiempo. El detalle de ese proceso de creación es mencionado en Corán 41:9-12.

(55) Invoquen a su Señor con humildad en privado. Él no ama a los transgresores.

(56) No siembren corrupción en la Tierra después de que se haya establecido en ella el orden, e invóquenlo con temor y esperanza. La misericordia de Dios está cerca de los que hacen el bien.

(57) Él es Quien envía los vientos que albrician la llegada de Su misericordia. Cuando éstos reúnen a las nubes, las conduzco hacia una tierra azotada por la sequía donde hago descender la lluvia con la que hago brotar toda clase de frutos. De la misma manera haré resucitar a los muertos; ¡reflexionen!
la llegada de Su misericordia: Alusión a las lluvias.

(58) En una buena tierra crece vegetación abundante por voluntad de su Señor, mientras que en un territorio desértico no brota sino poco. Así explico los signos a la gente agradecida.
Abu Musa relató que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo: “La guía y la sabiduría que Dios envió conmigo es como una lluvia abundante que cae a la tierra. Parte de ésta tierra es fértil, absorbe el agua y produce vegetación y pastos en abundancia. Otra parte es dura y conserva el agua, conteniéndola para beneficio de la gente, que la usa para beber, para sus animales y para riego de los cultivos. Otra porción de la tierra alcanzada era tan estéril que no contuvo el agua ni produjo vegetación. (El primero) es el caso de la persona que comprende la religión de Dios y se beneficia de lo que Dios reveló a través de mí, lo aprende y lo enseña. Y la persona que no se interesa ni acepta la Guía de Dios que reveló a través de mí (es como la tierra estéril)”. Registrado por Al-Bujari

(59) Envié a Noé a su pueblo. Les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Adoren solamente a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. Temo que los azote un castigo terrible [si continúan en la idolatría].
Envié a Noé a su pueblo: La gente de Noé vivió en el sur de Irak, no muy lejos de donde se sitúa la ciudad de Kufa en la actualidad.

(60) Los nobles de su pueblo dijeron [con soberbia]: «Vemos que estás en un error evidente».

(61) Dijo [Noé]: «¡Oh, pueblo mío! No hay en mí extravío alguno, sino que soy un Mensajero del Señor del universo.

(62) Les transmito el Mensaje de mi Señor y les aconsejo para su bien, puesto que sé acerca de Dios lo que ustedes ignoran».

(63) ¿Se asombran de que les llegue el Mensaje de su Señor por intermedio de un hombre igual a ustedes, que les advierte para que tengan temor de Dios y quizás así alcancen la misericordia?

(64) Pero lo desmintieron. Entonces lo salvé junto a quienes estaban con él en el arca, y ahogué a quienes habían desmentido Mis signos. Ellos fueron gente ciega.

(65) Al pueblo ‘Ad le envié a su hermano Hud [como Profeta]. Les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. ¿Acaso no van a tener temor [de Dios]?»

(66) Los nobles que no creyeron de su pueblo le dijeron: «Te vemos en una insensatez, y creemos que eres un mentiroso».

(67) Dijo [Hud]: «¡Oh, pueblo mío! No estoy en ninguna insensatez, solo soy un Mensajero enviado por el Señor del universo,

(68) que les transmito el Mensaje de mi Señor. Yo soy un consejero leal».

(69) ¿Se asombran de que les haya llegado un Mensaje de su Señor a través de un hombre de los suyos para advertirles? Recuerden cuando Dios hizo que sucedieran al pueblo [destruido] de Noé, y les concedió mayor fortaleza física. Recuerden las gracias de Dios para que así tengan éxito.

(70) Dijeron: «¿Acaso has venido para que adoremos a Dios solamente y abandonemos lo que adoraban nuestros padres? Haz que se cumpla el castigo con que nos amenazas si es que dices la verdad».

(71) Dijo: «Los azotará un castigo terrible [por lo que dicen] y habrán caído en la ira de su Señor. ¿Me van a discutir por [ídolos de piedra] a los que han denominado divinidades ustedes y sus padres? Dios no les dio autoridad alguna [para ello], aguarden [el castigo], que yo aguardaré [el socorro de Dios]».

(72) Lo salvé por Mi misericordia junto a los que creyeron, pero destruí a todos los que habían desmentido Mis signos porque se negaron a creer.

(73) A Zamud le envié a su hermano [el Profeta] Sálih. Les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. Ésta es la camella de Dios, es un milagro enviado por su Señor, déjenla comer en la tierra de Dios y no le causen ningún daño, porque si lo hacen los azotará un castigo doloroso.
Zamud: Las moradas de la gente de Zamud se encuentran entre Al Hiyaz y Siria, en la parte sureste de Madián, que está situada al este del Golfo de Al ´Aqabah.

(74) Recuerden que [Dios] los hizo sucesores después de ‘Ad, y los estableció en su tierra. Ustedes construían palacios en sus llanuras y esculpían casas en las montañas. Recuerden las gracias de Dios, y no siembren maldad en la tierra como los corruptos».

(75) Dijeron los nobles soberbios de su pueblo a los más débiles que habían creído: «¿Acaso piensan que Sálih es un Mensajero de su Señor?» Les respondieron: «Creemos en el Mensaje que nos transmite».

(76) Los soberbios dijeron: «Nosotros rechazamos lo que ustedes creen».

(77) Y mataron a la camella, desobedeciendo la orden de su Señor, y dijeron: «¡Oh, Sálih! Haz que se desencadene el castigo con el que nos adviertes, si realmente eres uno de los Mensajeros [de Dios]».

(78) [Como consecuencia] los destruyó un temblor, y amanecieron en sus casas [muertos] caídos de bruces.

(79) [Sálih] se apartó de ellos diciendo: «¡Oh, pueblo mío! Les transmití el Mensaje de mi Señor y les aconsejé para su bien, pero ustedes no aprecian a quienes los aconsejan».

(80) [Envié a] Lot [a Sodoma], le dijo a su pueblo: «¿Cometen una inmoralidad de la que no hay precedentes en la humanidad?

(81) Satisfacen sus deseos con hombres en vez de hacerlo con mujeres, son trasgresores».

(82) Pero la respuesta de su pueblo no fue otra que: «Expúlsenlos de la ciudad, pues son gente que mantiene su pureza [negándose a actuar como nosotros]».

(83) Lo salvé junto a su familia, excepto a su esposa, que se quedó atrás [y no salió de la ciudad].

(84) Envié sobre ellos una lluvia. Observa cómo es el final de los que cometen crímenes [morales].
una lluvia: Una lluvia de piedras calientes.

(85) A Madián le envié [como Profeta] a su hermano Jetró, quien les dijo: «¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. Les ha llegado un milagro de su Señor [que corrobora mi profecía]. Midan y pesen con equidad, no se apropien de los bienes del prójimo, y no siembren mal en la Tierra, corrompiéndola luego de haberse establecido la justicia. Esto es mejor para ustedes, si es que son creyentes.

(86) No embosquen en los caminos a los creyentes para intimidarlos y apartarlos del sendero de Dios con el fin de desviarlos. Recuerden que ustedes eran pocos y Él los multiplicó. Observen cuál fue el destino de los que sembraron la corrupción».

(87) [Jetró dijo:] «Entre ustedes hay quienes creen en el Mensaje con el que fui enviado y quienes no, tengan paciencia hasta que Dios juzgue entre ustedes; y sepan que Él es el mejor de los jueces».

(88) Dijeron los nobles de su pueblo con soberbia: «Te expulsaremos de nuestra ciudad, a ti, ¡oh, Jetró!, y también a los creyentes, a menos que vuelvan a nuestra religión». [Jetró] replicó: «¿Aunque sea en contra de nuestra voluntad?

(89) Estaríamos mintiendo acerca de Dios si volviéramos a su religión después de que Dios nos ha salvado de ella, y no volveremos a ella salvo que fuera la voluntad de Dios, nuestro Señor. Su conocimiento lo abarca todo y a Dios nos encomendamos. ¡Oh, Señor nuestro! Juzga entre nosotros y nuestro pueblo, Tú eres el mejor de los jueces».

(90) Los nobles de su pueblo que rechazaron la verdad dijeron: «Si siguen a Jetró serán de los perdedores».

(91) Entonces los sorprendió un temblor y amanecieron en sus casas [muertos], caídos de bruces.

(92) [Las casas de] quienes desmintieron a Jetró quedaron como si jamás hubieran sido habitadas. Quienes desmintieron a Jetró fueron [realmente] los perdedores.

(93) [Jetró] se alejó de ellos y dijo: «¡Oh, pueblo mío! Les transmití el Mensaje de mi Señor y los aconsejé para su bien. ¿Por qué iba a sentir pena por un pueblo que persistió en la incredulidad?»

(94) Cada vez que envié un Profeta a una ciudad [y lo desmintieron], los azoté con la miseria y los padecimientos para que se volvieran humildes.

(95) Luego les cambié sus dificultades por bienestar. Pero cuando prosperaron, dijeron: «Era común que nuestros padres atravesaran épocas de adversidad y prosperidad»; entonces los castigué sorpresivamente, sin que se dieran cuenta.

(96) Pero si la gente de esas ciudades hubiera creído y tenido temor [de Dios], les habría abierto las bendiciones del cielo y de la Tierra. Pero desmintieron [a Mis Profetas] y los castigué por lo que habían cometido.
si la gente de esas ciudades: A las que envié Mis Profetas y Mensajeros.

(97) ¿Acaso la gente de esas ciudades se sentían seguros de que Mi ira no podría alcanzarlos por la noche, mientras dormían?

(98) ¿O acaso la gente de esas ciudades se sentían seguros de que no podría llegarles Mi castigo por la mañana, cuando estuvieran distraídos?

(99) ¿Acaso se sentían a salvo del plan de Dios? Solo se sienten a salvo del plan de Dios los que están perdidos.
El versículo muestra que sentirse seguro contra el designio de Dios y perder la esperanza en la ayuda y el socorro de Dios, representan pecados muy graves que anulan la perfección del monoteísmo. Este concepto indica también que el siervo debe dirigirse a Dios entre la esperanza y el temor. Dios nos indica a través de este versículo que los habitantes de aquel pueblo desmintieron a los Profetas, impulsados por la sensación de sentirse seguros contra los designios de Dios y por la inexistencia del temor reverencial. Dijo Al Hasan Al Basri: “A quien Dios atesta de opulencia, y no percibe que ello es una prueba, es una persona sin discernimiento”. Dijo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él: “Si ven que el siervo continúa recibiendo gracias y bondades a pesar de sus continuas desobediencias, no lo duden, está siendo llevado gradualmente a la ruina”. [Ibn Yarir 7/115]

(100) ¿Es que no se les ha evidenciado a quienes les sucedieron, que si quisiera los castigaría por sus pecados, sellando sus corazones para que no escucharan?
para que no escucharan: Las advertencias de su Profeta.

(101) [¡Oh, Mujámmad!] Te he relatado acerca de la gente de aquellas ciudades a las que se les presentaron sus Profetas con milagros y no les creyeron, al igual que no creían antes. Así es como Dios sella los corazones de los que rechazan la verdad.

(102) La mayoría de ellos no cumplían sus compromisos y eran perversos.

(103) Envié, después de ellos, a Moisés con Mis milagros al Faraón y su nobleza, pero los negaron injustamente. Observa cuál fue el final de los corruptos.

(104) Dijo Moisés: «¡Oh, Faraón! Soy un Mensajero del Señor del universo.

(105) Es un deber para mí transmitirte la verdad acerca de Dios. Te traigo milagros evidentes de tu Señor. Deja ir conmigo a los Hijos de Israel».

(106) Dijo [el Faraón]: «Si has traído un milagro, muéstramelo si eres sincero».

(107) Entonces arrojó su vara, y esta se convirtió en una serpiente real.

(108) Luego introdujo su mano por el cuello de su túnica y, al retirarla ante todos los presentes, estaba blanca y resplandeciente.

(109) Dijo la nobleza del pueblo del Faraón: «Él es un hechicero experto.

(110) [En realidad lo que] quiere es expulsarlos de su tierra». [Les preguntó el Faraón:] «¿Cuál es su consejo?»
expulsarlos de su tierra: En la que gobiernan, Egipto.

(111) Dijeron [los nobles]: «Retenlos a él y a su hermano, y envía reclutadores a las ciudades

(112) para que te traigan a todo hechicero experto».

(113) Los hechiceros se presentaron ante el Faraón y dijeron: «Exigimos una recompensa si somos los vencedores».

(114) Dijo el Faraón: «¡Sí! Se los recompensará y serán de mis allegados».

(115) Dijeron [los hechiceros]: «¡Oh, Moisés! Arroja tú o lo hacemos nosotros».

(116) Dijo: «¡Arrojen ustedes!» Cuando los hechiceros arrojaron [sus varas], hechizaron los ojos de la gente y los aterrorizaron. Su hechizo era poderoso.

(117) Pero le revelé a Moisés: «Arroja tu vara», y [al transformarse en serpiente] se tragó [la ilusión que los hechiceros] habían hecho.

(118) Entonces quedó en evidencia la verdad y la falsedad de lo que [los hechiceros] habían hecho.

(119) Y fueron vencidos [los hechiceros] quedando humillados.

(120) Pero los hechiceros se prosternaron.

(121) Dijeron: «Creemos en el Señor del universo,

(122) el Señor de Moisés y de Aarón».

(123) Dijo el Faraón: «¿Acaso van a creer en él sin que yo se los haya autorizado? Esto se trata de una conspiración para expulsar [de Egipto] a sus habitantes, pero ya verán.

(124) Haré que les amputen una mano y el pie del lado opuesto, luego los haré clavar sobre un madero».

(125) Dijeron [los hechiceros]: «A nuestro Señor hemos de retornar.

(126) Solo te vengas de nosotros porque hemos creído cuando llegaron los milagros de nuestro Señor. ¡Señor nuestro! Danos paciencia y haznos morir musulmanes, sometidos a Ti».

(127) Pero la nobleza del pueblo del Faraón dijo: «¿Dejarás a Moisés y a su pueblo sembrar la corrupción en la Tierra, que te abandonen a ti y a tus dioses?» Dijo [el Faraón]: «Mataremos a sus hijos varones y dejaremos con vida a las mujeres, así los subyugaremos».

(128) Moisés dijo a su pueblo: «Busquen la ayuda de Dios y sean pacientes [ante esta prueba]. La Tierra es de Dios, y la dará en herencia a quien quiera de Sus siervos. El buen fin es para los que tienen temor [de Dios]».

(129) Dijeron [sus seguidores]: «Hemos sufrido antes de ti y también ahora que tú has venido». Dijo [Moisés]: «Quiera Dios aniquilar a sus enemigos y hacer que ustedes los sucedan en la Tierra, que Él observará cómo obran ustedes».

(130) Entonces azoté a la gente del Faraón con años de sequía y escasez de frutos, para que reflexionaran.

(131) Pero cuando les llegó nuevamente una época de prosperidad dijeron: «Esto es lo que merecemos». Cuando les acontecía un mal le echaban la culpa a Moisés y a sus seguidores [por considerarlos de mal agüero]; pero cuanto les ocurría era porque Dios así lo decretaba, aunque la mayoría de ellos lo ignoraba.
mal agüero: El agüero es una práctica de adivinación basada principalmente en la interpretación de señales como el canto o el vuelo de las aves, fenómenos meteorológicos, etc. Esta propensión es causada por temor o ignorancia, atribuyendo un carácter sobrenatural u oculto a determinados acontecimientos. Por eso Dios advirtió que tales sucesos no tienen relación con el destino y la suerte de la persona, sino que es Él quien decide y destina todas las cosas. La creencia en los agüeros anula la perfección del monoteísmo.

(132) Dijeron: «Cualquiera que sea el milagro que nos presentes para hechizarnos con él, no creeremos en ti».

(133) Envié entonces contra ellos [las plagas de] la inundación, las langostas, los piojos, las ranas y la sangre, como signos claros, pero se llenaron de soberbia y actuaron como criminales.

(134) Cuando les llegó el castigo, dijeron: «¡Oh, Moisés! Ruega por nosotros a tu Señor, puesto que ha realizado un pacto contigo. Si logras apartar este castigo creeremos en ti y dejaremos ir contigo a los Hijos de Israel».

(135) Pero cuando aparté de ellos el castigo hasta el tiempo fijado, no cumplieron.

(136) Entonces los castigué con justicia e hice que se ahogaran en el mar, porque habían desmentido Mis signos y habían sido indiferentes [ante los milagros].

(137) Le di a los Hijos de Israel, luego de que fueran humillados, las tierras que bendije al este y al oeste [de Egipto], y se cumplió así la promesa de tu Señor con los Hijos de Israel porque fueron pacientes, pero destruí cuanto habían construido el Faraón y su pueblo.

(138) Hice que los Hijos de Israel cruzaran el mar, pero cuando llegaron a un pueblo que se prosternaba ante los ídolos dijeron: «¡Oh, Moisés! Queremos que nos hagas un ídolo similar a los que tienen ellos». Dijo [Moisés]: «Ustedes son gente ignorante.

(139) Ellos serán destruidos por lo que hacen, y sus obras serán en vano».

(140) Dijo: «¿Cómo podría admitir que ustedes adoren ídolos en vez de Dios, siendo que Él los distinguió entre sus contemporáneos?

(141) Recuerden cuando los salvó del Faraón y su ejército, que los castigaba con el peor de los castigos, matando a sus hijos varones y dejando con vida a las mujeres; esa fue una prueba dura de su Señor».

(142) Cité a Moisés durante treinta noches que completé con diez noches más. El encuentro con su Señor duró cuarenta noches. [Antes de partir hacia la cita,] Moisés dijo a su hermano Aarón: «Ocupa mi lugar ante mi pueblo y ordena el bien, y no sigas el sendero de los corruptos».

(143) Cuando Moisés acudió al encuentro y su Señor le habló, [Moisés] le pidió: «Muéstrate para que pueda verte». Dijo [Dios]: «No podrías verme. Pero observa la montaña, si permanece firme en su lugar [después de mostrarme a ella], entonces tú también podrás verme». Y cuando su Señor se mostró a la montaña, ésta se convirtió en polvo y Moisés cayó inconsciente. Cuando volvió en sí exclamó: «¡Glorificado seas! Me arrepiento y soy el primero en creer en Ti».

(144) Dijo [Dios]: «¡Oh, Moisés! Te he distinguido entre las personas con la profecía y por haberte hablado directamente. Aférrate a lo que te he revelado y sé de los agradecidos».

(145) Escribí para él en las tablas instrucción y explicación de todas las cosas. «Aférrate a ellas y ordena a tu pueblo que siga todo lo bueno que hay en ellas. Les mostraré [cómo quedaron] las casas de los desviados».
en ellas: Las tablas.

(146) Alejaré de Mis signos a quienes actúen con soberbia en la Tierra sin razón. Aunque vean todos los milagros no creerán. Si ven el sendero de la guía no lo seguirán y, por el contrario, cuando vean el sendero del desvío se extraviarán. Esto es por haber desmentido Mis signos y haber sido negligentes.

(147) Quienes desmientan Mis signos y no crean en el Día del Juicio sus obras habrán sido en vano. ¿Acaso no se les castigará sino por lo que ellos mismos hicieron?

(148) Cuando [Moisés] partió [hacia el encuentro con su Señor] su pueblo hizo, con las joyas que tenían, un becerro [de oro] que emitía un mugido. ¿Acaso no veían que éste [ídolo] no les podía hablar ni guiarlos? Aun así lo adoraron, cometiendo una injusticia.

(149) Pero cuando se arrepintieron y vieron que se habían desviado, exclamaron: «Si nuestro Señor no tiene misericordia de nosotros y nos perdona, seremos de los perdedores».

(150) Cuando Moisés volvió a su pueblo, [se sintió] enojado y afligido, y dijo: «¡Qué mal está lo que hicieron durante mi ausencia! ¿Acaso pretenden que se les precipite el castigo de su Señor?» Y arrojó las tablas, tomando a su hermano por la cabeza y acercándolo a él. Entonces [su hermano Aarón] le dijo: «¡Oh, hermano mío! Nuestro pueblo me menospreció y por poco me matan. No permitas que los enemigos se regocijen con esta situación y no me consideres de los que cometen injusticias».

(151) Dijo Moisés: «¡Oh, Señor mío! Perdona a mi hermano y a mí, y ten misericordia de nosotros. Tú eres el más Misericordioso».

(152) La ira de Dios azotará a aquellos que adoraron el becerro, y serán humillados en esta vida mundanal. Así es como castigo a quienes inventan mentiras.

(153) Quienes obren mal pero luego se arrepientan y crean, sepan que tu Señor, a pesar de lo que hicieron, es Absolvedor, Misericordioso.

(154) Cuando Moisés calmó su ira recogió las tablas. En ellas hay guía y misericordia para quienes tienen temor de su Señor.

(155) Moisés eligió entre su pueblo a setenta hombres para una cita conmigo, y cuando les azotó un violento temblor, [Moisés] exclamó: «¡Señor mío! Si hubieras querido los habrías aniquilado antes y a mí también. ¿Acaso nos aniquilarás por lo que han cometido los necios que hay entre nosotros? [El becerro] no es sino una prueba con la que extravías y guías a quien quieres. Tú eres nuestro protector, perdónanos y ten misericordia de nosotros. Tú eres el más Indulgente.

(156) Concédenos bienestar en esta vida y en la otra; nos hemos vuelto a Ti arrepentidos». Dijo [Dios]: «Azoto con Mi castigo a quien quiero, pero sepan que Mi misericordia lo abarca todo, y se la concederé a los piadosos que pagan el zakat y creen en Mis signos,

(157) aquellos que sigan al Mensajero y Profeta iletrado [Mujámmad], quien se encuentra descrito en la Tora y el Evangelio; [el Profeta] que les ordena el bien y les prohíbe el mal, les permite todo lo beneficioso y solo les prohíbe lo perjudicial, y les abroga los preceptos difíciles que pesaban sobre ellos [la Gente del Libro]. Y quienes crean en él, lo secunden, defiendan y sigan la luz que le ha sido revelada, serán los bienaventurados».
en la Tora: La Biblia, Deuteronomio 18:15. el Evangelio: La Biblia, Juan 14:16. la luz que le ha sido revelada: El Sagrado Corán.

(158) Di [oh, Mujámmad]: «¡Oh, gente! Soy el Mensajero de Dios para todos ustedes. A Él pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, nada ni nadie merece ser adorado salvo Él, da la vida y la muerte». Crean en Dios y en Su Mensajero y Profeta iletrado que cree en Dios y en Sus palabras, síganlo, pues así estarán bien guiados.
en Sus palabras: El Sagrado Corán.

(159) En el pueblo de Moisés hay una comunidad que se rige por la verdad [revelada] y conforme a ella emiten sus juicios

(160) Los dividí en doce tribus, como naciones; y le inspiré a Moisés cuando su pueblo le solicitó [agua para] beber [diciéndole]: «Golpea la roca con tu vara», y brotaron de ella doce manantiales y cada tribu supo cuál era su abrevadero, y los protegí con la sombra de una nube e hice descender para ellos el maná y las codornices [y les dije]: «Coman de lo bueno con que los he agraciado». Pero no fue contra Mí que cometieron una injusticia, sino que la cometieron contra ellos mismos.

(161) Y se les dijo: «Habiten esta ciudad y coman cuanto quieran de lo que hay en ella, y digan: «¡Perdónanos!», pero entren sumisos por la puerta prosternados, que perdonaré sus pecados, y a los que hagan el bien les concederé aún más.
Habiten esta ciudad: Jerusalén.

(162) Pero los injustos de ellos cambiaron la palabra que se les ordenó decir por otra diferente, y entonces envié sobre ellos un castigo del cielo por haber obrado injustamente.

(163) Y pregúntales [¡oh, Mujámmad!] por [los habitantes de] la ciudad que estaba a orillas del mar que transgredían el sábado, cuando los peces aparecían el sábado y los demás días no; así es como les puse una prueba por haber sido soberbios.

(164) Un grupo de gente justa de entre ellos preguntaron [a quienes exhortaban al bien]: «¿Por qué exhortan a un pueblo al que Dios aniquilará o castigará duramente?» Respondieron: «Para que nuestro Señor no nos castigue por no haber ordenado el bien, y para que quizás tengan temor [de Dios]».
Y dejen de pescar los días sábados.

(165) Pero cuando olvidaron lo que se les había prohibido, salvé a quienes se oponían al mal y azoté a los que cometían injusticias con un castigo terrible a causa de su perversión.

(166) Cuando transgredieron lo que se les había prohibido, les dije: «Conviértanse en monos despreciables».

(167) Tu Señor anunció que les enviaría a quienes les infligieran un castigo severo hasta el Día de la Resurrección. Tu Señor es rápido en aplicar el castigo, pero también es Absolvedor, Misericordioso.

(168) Por eso los dividí en comunidades y los dispersé por la Tierra. Entre ellos hay justos y otros que no lo son. Los probaré con tiempos de prosperidad y otros de adversidad para que recapaciten.

(169) [A ellos] les sucedió una generación que heredó el Libro [la Tora], pero a pesar de eso prefirieron los bienes materiales de este mundo. [Cada vez que cometían un pecado] decían: «[Dios] nos perdonará». Pero cuando se les presentaba una nueva posibilidad volvían a pecar. ¿Acaso no se comprometieron a cumplir con la Tora y no decir acerca de Dios sino la verdad? Aun habiendo estudiado la Tora [desobedecieron], pero para los piadosos la otra vida es preferible. ¿Es que no reflexionan?

(170) Aquellos que se aferran al Libro y realizan la oración prescrita sepan que jamás dejaré de recompensar a los que hacen el bien.

(171) Recuerda cuando elevé la montaña por encima de ellos como si fuese una nube oscura y creyeron que se desplomaría, y [les dije:] «aférrense a lo que les he concedido [la Tora] y obren según sus preceptos, que así serán piadosos».

(172) Cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adán a su descendencia y los hizo dar testimonio [preguntándoles]: «¿Acaso no Soy Yo su Señor?» Respondieron: «Sí, atestiguamos que así es». Esto es para que el Día de la Resurrección no digan: «No sabíamos nada de esto».

(173) O digan: «Nuestros padres eran idólatras, y nosotros solo somos sus descendientes siguiendo lo que ellos hacían. ¿Acaso vas a castigarnos por lo que hicieron los que falsearon [la verdad del monoteísmo]?»

(174) Así es como explico los signos para que recapaciten.

(175) Y relátales la historia de aquel a quien habiéndole concedido el conocimiento de Mis preceptos, los descuidó, el demonio lo sedujo y fue de los extraviados.
la historia de aquel: Los exégetas mencionan que se trata de una persona del pueblo de Israel, llamado Balaam. Ver Números 22, 23, 24 y 31:8-16, y Deuteronomio 23:4-5.

(176) Y si hubiera querido habría elevado su rango [en esta vida y en la otra, preservándolo], pero se inclinó por los placeres de este mundo y siguió sus pasiones. Se comportó como el perro que si lo llamas jadea, y si lo dejas también jadea. Éste es el ejemplo de quienes desmienten Mis signos. Nárrales estas historias a ver si reflexionan.

(177) ¡Qué pésimo es el ejemplo de quienes desmienten Mis signos, y son injustos con ellos mismos!

(178) A quien Dios guíe estará encaminado, pero a quien [Dios] extravíe estará perdido.

(179) He creado muchos yinnes y seres humanos que irán al Infierno [a causa de sus obras]. Tienen corazones pero no pueden comprender, ojos pero no pueden ver y oídos pero no pueden oír. Son como los ganados que no razonan, o peor aún. Ellos son los que se comportan con indiferencia [ante Mis signos].

(180) A Dios pertenecen los nombres más sublimes, invócalo a través de ellos, y apártate de quienes los niegan. Serán castigados por lo que hicieron.
los nombres más sublimes: Conocer y adorar a Dios a través de sus nombres y atributos es uno de los medios que poseemos para llegar al conocimiento de Dios, estudiando sus significados y aplicándolos a nuestra vida. El Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo: “Dios tiene noventa y nueve nombres, cien menos uno; quien los enumere entrará al Paraíso”. Registrado por Al-Bujari y Muslim. El significado de enumerar los nombres de Dios es: 1) Conocer su cantidad y nombres. 2) Conocer sus significados, implicancia y creer en ellos. 3) Invocarlo a través de ellos, y esto es de dos formas: a) La súplica de elogio y alabanza, y b) la súplica de pedido ante la necesidad.

(181) Algunos de Mi creación guían [a la gente] con la Verdad, y acorde a ella establecen justicia.

(182) A quienes desmientan Mis signos los degradaré paulatinamente sin que puedan darse cuenta.

(183) Los toleraré temporalmente [hasta el Día del Juicio], puesto que Mi castigo es una promesa firme.

(184) ¿Acaso no se dieron cuenta de que su Mensajero no es un demente? Él es un claro amonestador.

(185) ¿Acaso no reflexionaron en el reino de los cielos y de la Tierra y lo que Dios creó en él, ni tampoco en que el final de sus vidas pudiere estar próximo? Si no creen en este Mensaje, ¿en qué otro iban a creer?

(186) A quien Dios extravía nadie lo podrá guiar. A éstos Dios los deja que actúen desorientados en su ceguera.

(187) Te preguntan cuándo llegará la Hora [del Día de la Resurrección]. Diles: «Solo mi Señor lo sabe, y nadie salvo Él hará que comience en el momento decretado. Los cielos y la Tierra temen su llegada. Cuando llegue los sorprenderá». Te preguntan como si supieras [cuándo ocurrirá]. Diles: «Su conocimiento solo Le pertenece a Dios, pero la mayoría de la gente no lo sabe».
el momento decretado: Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, fue preguntado acerca de la Hora y respondió: “El que está siendo preguntado no sabe acerca de ella más de lo que sabe el que pregunta”. El que estaba preguntando era el ángel Gabriel, que se presentó ante él en forma humana. Si el más noble de los ángeles y el más noble ser humano, Mujámmad, no sabían cuándo iba a llegar el final del mundo, entonces está claro que ninguna persona ni criatura sabe cuándo ocurrirá. Este punto nos brinda una prueba importante acerca de la falsedad de la creencia en la divinidad de Jesús, porque él mismo afirmó no conocer cuándo llegará la Hora y que solo Dios conoce su tiempo: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (Marcos 13:32). Ver también en La Biblia, Mateo 24:36.

(188) Diles [oh, Mujámmad]: «No poseo ningún poder para beneficiarme ni perjudicarme a mí mismo, salvo lo que Dios quiera. Si tuviera conocimiento de lo oculto tendría abundantes bienes materiales y no me alcanzaría nunca un mal. Yo solo soy un amonestador y albriciador para la gente que cree».

(189) Él es Quien los creó a partir de un solo ser, del cual hizo surgir a su cónyuge para que encontrara en ella sosiego. Y cuando se unió a ella, quedó embarazada y llevó en su vientre una carga liviana con la que podía andar, pero cuando ésta se hizo pesada, ambos invocaron a Dios [diciendo]: «¡Oh, Señor nuestro! Si nos agracias con un hijo sano y virtuoso seremos agradecidos».
a partir de un solo ser: Adán, el primer hombre creado. a su cónyuge: Eva, la primera mujer creada.

(190) Y se les agració con lo que suplicaron, pero [sus descendientes] dedicaron actos de adoración a otros además de Dios; y Dios está por encima de lo que Le asocian.

(191) ¿Acaso adoran a quienes no pueden crear nada, sino por el contrario, ellos mismos fueron creados?

(192) No pueden auxiliarlos, ni tampoco auxiliarse a sí mismos.
Este argumento es un reproche de Dios a los idólatras por adorar junto a Él aquello que no puede crear, sino que ha sido creado. Lo creado no puede jamás asemejarse al Creador, ya que los objetos y los seres creados no pueden ofrecer ayuda a sus adoradores, pues ni siquiera pudieron crearse a sí mismos.

(193) Si ustedes los invitan a seguir la guía, no lo harán. Lo mismo da que los inviten o que se queden callados.
Pues están tan ciegamente aferrados a sus creencias que no reflexionarán en los argumentos.

(194) Lo que adoran en vez de Dios son seres creados igual que ustedes. [Los desafío:] Invóquenlos y que les respondan, si es verdad lo que dicen.

(195) ¿Tienen acaso piernas con las que caminan? ¿O manos con las que toman? ¿U ojos con los que ven? ¿U oídos con los que oyen? Di: «Invoquen a los que asocian y luego tramen contra mí sin más demora».

(196) Mi protector es Dios, Quien reveló el Libro. Él es Quien protege a los justos.
el Libro: El Sagrado Corán.

(197) Los que ustedes invocan en vez de Dios no pueden auxiliarlos ni auxiliarse a ellos mismos.

(198) Cuando ustedes los invocan pidiendo guía, no los oyen. Pareciera que los miran, pero en realidad no los ven.

(199) [¡Oh, Mujámmad!] Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante.

(200) Si sientes que el demonio te susurra, refúgiate en Dios. Él todo lo oye, todo lo sabe.

(201) Los piadosos, cuando el demonio les susurra, invocan a su Señor y entonces pueden ver con claridad.

(202) Pero los demonios persisten en mantener a sus secuaces en el extravío, y no se cansan de hacerlo.

(203) Cuando no se le revela [al Profeta Mujámmad] un nuevo versículo, le dicen [en tono burlón]: «¿Por qué no has inventado uno?» Diles: «Solo sigo lo que mi Señor me revela. Éste [Corán] es un milagro de su Señor, guía y misericordia para la gente que cree en él».

(204) Cuando el Corán sea leído, escúchenlo con atención y guarden silencio para que se les tenga misericordia.

(205) Recuerda a tu Señor en tu interior con sometimiento y temor, e invócalo con voz baja por la mañana y por la tarde. No seas de los indiferentes.

(206) [Los ángeles] que están junto a tu Señor no tienen ninguna soberbia que les impida adorarlo, Lo glorifican y se prosternan ante Él.
Al llegar a este pasaje, el lector ha de prosternarse como símbolo de humildad por el privilegio de servir y honrar a Dios.

Corán

(1) Alabado sea Dios que creó los cielos y la Tierra, y originó las tinieblas y la luz. Pero los que se niegan a creer igualan [sus ídolos] a su Señor.

(2) Él es Quien los creó de barro y luego decretó el término de cada vida, y también el término que solo Él conoce [sobre el fin del mundo], pero a pesar de eso todavía están indecisos.

(3) Él es Al-lah, el adorado en los cielos y en la Tierra. Sabe lo que esconden y lo que manifiestan, y sabe lo que obtienen [con sus obras].

(4) Cada vez que les llega una prueba de su Señor, se niegan a creer en ella.

(5) Antes ya habían desmentido la Verdad cuando les llegó, pero ya verán el resultado de sus burlas.

(6) ¿Acaso no ven cuántas generaciones anteriores a ellos he destruido? Les había concedido a ellos más poder en la Tierra que el que ustedes tienen, pero hice que las lluvias del cielo se desplomaran sobre ellos y los ríos los anegaron bajo sus pies, y les hice perecer a causa de sus pecados, e hice surgir después de ellos nuevas generaciones.

(7) Y aunque te hubiera hecho descender un libro escrito en un pergamino y lo hubieran podido palpar con sus manos, los que se niegan a creer habrían dicho: «Esto no es más que hechicería».

(8) Ellos dicen: «¿Por qué no hizo descender un ángel junto a él?» Pero si hubiese enviado un ángel el asunto habría quedado decidido, y no se les habría dado ningún plazo de espera [para creer].
el asunto habría quedado decidido: La fe implica creer en asuntos de lo oculto. Cuando tales los asuntos se hacen manifiestos, ya no existe recompensa por “creer” en ellos. Este versículo se refiere a que cuando los ángeles se muestren a las personas y las realidades del más allá sean visibles, dejarán de ser del oculto y por lo tanto significará que su destino estará sellado, porque ya no tendrá recompensa “creer” en ello.

(9) Y si hubiera enviado a un ángel [en lugar de un hombre], le habría dado apariencia humana y estarían en una confusión similar a la que tienen contigo.

(10) Pero también se burlaron de otros Mensajeros anteriores a ti en la antigüedad. A los que se burlaron, les llegó el castigo del que se habían burlado.

(11) Diles [¡oh, Mujámmad!]: «Viajen por el mundo y reflexionen sobre cuál fue el destino de los que desmintieron [a los Mensajeros de Dios]».

(12) Pregúntales [a los idólatras]: «¿A quién pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra?» Diles: «A Dios». Él ha prescrito para Sí mismo la misericordia. Él los reunirá el Día indubitable de la Resurrección, en el que solo serán desventurados quienes se hayan negado a creer.

(13) A Él pertenece lo que habita la noche y el día. Él todo lo oye, todo lo sabe.

(14) Diles: «¿Acaso voy a tomar como protector a otro en lugar de Dios, [siendo que Él es el] Originador de los cielos y la de Tierra, y Quien alimenta y no necesita ser alimentado?» Di: «Se me ha ordenado ser el primero en entregarse a la voluntad de Dios. No sean ustedes de los que dedican actos de adoración a otros [además de Dios]».

(15) Di: «Temo el castigo de un día terrible si desobedezco a mi Señor».

(16) Quien sea eximido [del castigo] ese día será porque Dios se apiadó de él, y ese será un triunfo evidente.

(17) Si Dios te aflige con una desgracia, nadie excepto Él podrá librarte de ella. Pero si te agracia con una bendición, Él tiene poder sobre todas las cosas.

(18) Él tiene total dominio sobre Sus siervos, y Él es el Sabio, el Conocedor.

(19) Pregúntales: «¿Quién es el testigo más creíble?» Di: «Dios es testigo [de la diferencia] entre ustedes y yo. Me ha sido revelado este Corán para advertirles con él a todos aquellos que les llegue el Mensaje. ¿Acaso darían testimonio de que existen otras divinidades junto con Dios?» Diles: «Yo no lo haré». Diles: «Él es la única divinidad, y soy inocente de lo que ustedes Le asocian cometiendo idolatría».

(20) Aquellos a quienes les envié anteriormente el Libro [judíos y cristianos] reconocen [la profecía de Mujámmad] como reconocen a sus propios hijos, pero los que se han desviado a sí mismos se niegan a creer.

(21) ¿Acaso existe alguien más injusto que quien atribuye a Dios sus falsos inventos, o quien desmiente Su Palabra? Los injustos jamás prosperarán.

(22) El día que los resucitemos a todos y le sea dicho a quienes asociaron divinidades a Dios: «¿Dónde están ahora aquellos que en sus fantasías eran socios de Dios en la divinidad?»

(23) Entonces en su confusión dirán: «¡Juramos por Dios, nuestro Señor, que no Le atribuíamos divinidad a nada junto con Él!»

(24) Mira cómo se desmienten a sí mismos, finalmente los desvió aquello que inventaron.

(25) Hay entre ellos quienes [parece] que te prestan atención [cuando recitas el Corán], pero [a causa de su incredulidad] he puesto sobre sus corazones un velo y he ensordecido sus oídos, por ello no pueden comprenderlo. Aunque vieran toda clase de signos, no creerían. Se presentan ante ti solo para debatirte, y dicen: «Esto no es más que una fábula de los antiguos».

(26) Le prohíben a la gente [seguir el mensaje] y se apartan ellos mismos, pero sin darse cuenta solo se perjudican a sí mismos.

(27) Si los vieras cuando sean detenidos ante el Fuego y digan: «¡Ojalá pudiéramos volver [a la vida mundanal], para no desmentir la palabra de nuestro Señor y ser de los creyentes!»

(28) ¡Pero no! Dirán eso porque saldrá a la luz lo que antes ocultaban. Y si se les diera la oportunidad de regresar [a la vida mundanal] volverían a [cometer] lo que se les había prohibido [asociándole divinidades a Dios]. La verdad es que son mentirosos.

(29) Y dicen: «No hay vida después de la muerte, jamás seremos resucitados».

(30) Si los vieras cuando sean llevados ante su Señor y se les diga: «¿Acaso no es ahora verdad [la Resurrección y el Juicio Final]?» Responderán: «¡Sí, por Dios!» Pero entonces se les dirá: «Sufran el castigo por haber negado la verdad».

(31) Los desventurados serán quienes hayan desmentido el encuentro con Dios. Y cuando les llegue por sorpresa la hora [de la Resurrección] dirán: «¡Qué desventurados! ¡Cómo desperdiciamos nuestra vida!» Cargarán con sus pecados sobre sus espaldas. ¡Con que pésima carga irán [al Juicio]!

(32) Esta vida mundanal no es más que juego y disfrute pasajero, pero la otra vida es mejor para los piadosos. ¿Acaso no van a razonar?

(33) Sé muy bien que te apena lo que dicen [sobre ti]. Pero no es a ti a quien desmienten, sino que lo que los injustos rechazan es la palabra de Dios.

(34) Antes de ti [también] fueron desmentidos otros Mensajeros. Ellos soportaron con paciencia que los desmintieran y hostigaran hasta que les llegó Mi auxilio. Porque no hay poder que pueda alterar [el cumplimiento de] las promesas de Dios. Te he relatado las historias de los Mensajeros [para consolar tu corazón].

(35) Te entristece que se nieguen a creer, pues aunque buscaras una entrada a [las profundidades de] la Tierra o una escalera al cielo para traer una señal, no podrías hacerlos creer. Si Dios hubiese querido los habría guiado a todos. No te deprimas a causa de los que no creen.

(36) Solo responden [a tu llamado] los que escuchan, pero a los muertos [de corazón] Dios los resucitará y ante Él comparecerán.

(37) Dijeron: «¿Por qué su Señor no le ha concedido un milagro?» Diles [¡oh, Mujámmad!]: «Dios es capaz de enviar un milagro». Pero la mayoría de ellos no son conscientes [que Dios envía Sus milagros por una sabiduría].

(38) [Y es un milagro de la creación que] no hay criatura que camine en la tierra o vuele con sus dos alas que no forme una comunidad igual que ustedes. No he omitido nada en el Libro. Todos [los seres humanos] serán resucitados ante su Señor [el Día del Juicio].

(39) Quienes desmienten Mis milagros son sordos, mudos y caminan en las tinieblas [de la incredulidad]. Dios extravía a quien quiere, y a quien quiere lo conduce por el sendero recto.

(40) Diles: «Si les llegara el castigo de Dios o los sorprendiera la Hora [del comienzo del fin del mundo], ¿invocarían a otro en lugar de Dios? Respondan con sinceridad».

(41) Es Él a Quien invocan cuando los azota un mal, ahí se olvidan de las divinidades que Le asocian. Y Dios, si Él quiere, es Quien puede librarlos del mal.

(42) Ya había enviado Mensajeros anteriores a ti a otras comunidades, pero [por haberles desmentido] las castigué con miseria y enfermedades, para que así fueran humildes.

(43) Hubiera sido mejor para ellos mostrar humildad e invocarme cuando les llegó Mi castigo. Pero sus corazones se endurecieron y el demonio les hizo parecer bello lo que hacían.

(44) Cuando olvidaron lo que les ocurrió a quienes los precedieron [la miseria y las enfermedades que los azotaron] les abrí las puertas de la fortuna, y cuando estuvieron felices con lo que tenían los sorprendí con el castigo, y fueron presa de la desesperación.

(45) Así fueron destruidos los injustos. ¡Alabado sea Dios, Señor del universo!

(46) Pregúntales: «Si Dios los privara de la audición y la visión, y sellara sus corazones, ¿qué otra divinidad en lugar de Dios se los podría devolver?» Observa cómo les evidencio los signos, pero aun así se apartan con desdén.

(47) Pregúntales: «Si el castigo de Dios llegara repentina o gradualmente, ¿acaso no serían destruidos los injustos?»

(48) He enviado a los Mensajeros para que albricien y adviertan a la gente. Quienes crean y se enmienden no tendrán razón para temer ni estar tristes [el Día del Juicio].

(49) Pero a quienes desmientan Mis signos, los alcanzará el castigo por su perversidad.

(50) Diles: «No les digo que poseo los tesoros de Dios ni que conozco lo oculto, ni tampoco afirmo ser un ángel, solo sigo lo que me fue revelado». Diles: «¿Acaso pueden equipararse el ciego y el vidente? ¿Acaso no van a reflexionar?»

(51) Advierte con el Corán a aquellos que tienen temor del día en que serán congregados ante su Señor, cuando no tendrán fuera de Él protector ni intercesor alguno, para que así tengan temor de Dios.

(52) No rechaces a quienes invocan a su Señor por la mañana y por la tarde anhelando Su rostro. A ti no te corresponde pedirles cuentas de sus obras ni a ellos tampoco pedirte cuenta de las tuyas, porque serías de los injustos.

(53) Así es como los puse a prueba unos con otros, para que [opulentos y arrogantes] dijesen: «¿Son estos [pobres insignificantes] a quienes Dios ha agraciado de entre nosotros?» Pero Dios sabe mejor que nadie quiénes son los agradecidos.

(54) Cuando se presenten ante ti aquellos que creen en Mis signos, diles: «¡La paz sea con ustedes! Su Señor ha prescrito para Sí mismo la misericordia. Quien cometa una falta por ignorancia, y luego se arrepienta y enmiende, sepa que Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(55) Así es como evidencio los signos para que puedan distinguir claramente el camino de los pecadores.

(56) Diles: «Me fue prohibido adorar aquello que invocan en lugar de Dios». Diles: «No voy a ceder a sus pasiones, porque [de hacerlo] me extraviaría y no sería de los bien guiados».

(57) Diles: «Yo sigo la palabra que proviene de mi Señor, que ustedes desmienten. Lo que piden que suceda pronto, no está en mis manos. La decisión pertenece solo a Dios. Él juzga con la verdad y es el mejor de los jueces».
Lo que piden que suceda pronto: El castigo de Dios que desafían.

(58) Diles: «Si estuviera en mis manos acelerar lo que ustedes me piden, ya todo estaría juzgado entre ustedes y yo. Pero Dios conoce mejor que nadie quiénes son los injustos.

(59) Él posee las llaves de lo oculto y nadie más que Él las conoce. Él sabe lo que hay en la costa y en el mar. No hay hoja de árbol que caiga sin que Él lo sepa, ni grano en el seno de la tierra, o algo que esté verde o seco, sin que se encuentre registrado en un libro evidente.

(60) Él es Quien toma sus almas por la noche, sabe lo que han hecho durante el día, y les devuelve el alma al despertar, hasta que se cumpla el plazo prefijado para su muerte. Luego volverán a Él y les informará sobre lo que hacían».

(61) Él tiene total dominio sobre Sus siervos. Les envía ángeles custodios hasta que, cuando les llega la muerte, los ángeles toman sus almas y no pasan por alto a nadie.

(62) Luego serán devueltos a Dios, su verdadero Señor. ¿Acaso no es Él Quien los va a juzgar? ¡Él es el más rápido en ajustar cuentas!

(63) Pregúntales: «¿Quién podrá salvarlos de las tinieblas de la tierra y del mar [cuando viajan] y Lo invocan en público y en secreto, diciendo: ‘Si nos salvas de esta, estaremos agradecidos’?»

(64) Diles: «Solo Dios los puede librar de esas situaciones y de toda otra aflicción. Pero a pesar de eso, luego [cuando se sienten a salvo] vuelven a adorar otras divinidades junto a Él».

(65) Diles: «Él tiene el poder para enviarles un castigo que caiga del cielo o salga de la tierra bajo sus pies, o puede dividirlos en partidos y hacer que se persigan unos a otros con violencia». Observa cómo evidencio los signos para que entiendan.

(66) Pero tu pueblo lo ha negado, siendo que es la verdad. Diles: «Yo no soy responsable de lo que hacen».

(67) Todo lo que he profetizado ocurrirá a su debido tiempo. ¡Ya lo verán!

(68) Cuando veas a los que se burlan de Mis signos, aléjate de ellos hasta que cambien de conversación. Pero si el demonio te hace olvidar, cuando lo recuerdes no permanezcas reunido con los injustos.

(69) A los que tienen temor de Dios no les corresponde pedirles cuentas [a quienes se burlan] por lo que hacen, pero sí exhortarlos [llamándolos a la reflexión] para que tengan temor de Dios.

(70) Pero apártate de quienes toman su vida y sus creencias a la ligera y se dedican a la diversión seducidos por los gozos transitorios de esta vida. Exhorta con el Corán para que comprendan que toda alma responderá por sus obras, y que nadie tendrá fuera de Dios protector ni intercesor. Y aunque ofrezcan toda clase de rescate [para salvarse del castigo] no se les aceptará. Esos serán quienes sufrirán las consecuencias por lo que cometieron, donde se les dará de beber un líquido hirviendo, y tendrán un castigo doloroso por haber negado la verdad.

(71) Di: «¿Acaso debemos invocar en lugar de Dios algo que no puede beneficiarnos ni perjudicarnos? ¿Debemos dar marcha atrás luego de que Dios nos ha guiado? Seríamos como aquel a quien los demonios han seducido y camina desorientado por las pasiones terrenales, a pesar de tener amigos que lo llaman a la guía diciéndole: ‘Ven con nosotros’.» Di: «La guía de Dios es la verdadera guía, y nos ha sido ordenado entregarnos libremente al Señor del universo,

(72) hacer la oración y tener temor de Él, porque es ante Él que seremos resucitados».

(73) Él es Quien creó el cosmos y el planeta Tierra con un fin justo y verdadero. En cualquier momento que diga: «¡Sé!», es. Su palabra es la Verdad. Suya será la soberanía el día que se sople la trompeta [para dar comienzo a la resurrección]. Él es el conocedor de lo oculto y de lo manifiesto, Él es el Sabio y el Conocedor.

(74) Y recuerda cuando Abraham le dijo a su padre Ázar: «¿Tomas a los ídolos por divinidades? Creo que tú y tu pueblo están en un claro extravío».

(75) Así fue que le mostré a Abraham los milagros de los cielos y de la Tierra, para que fuera de los que creen con certeza.

(76) Al llegar la noche vio una estrella y le dijo [a su pueblo]: «¡Este es mi Señor!» Pero cuando desapareció dijo: «No adoro lo que se ausenta».
le dijo [a su pueblo]: El Profeta Abraham, que la paz de Dios sea con él, jamás fue politeísta ni astrólatra, sino que usó el ejemplo y la ironía para mostrarle a su pueblo lo absurdo de la adoración de ídolos.

(77) Luego, al ver la Luna aparecer dijo: «¡Este es mi Señor!» Pero cuando desapareció dijo: «Si no me guía mi Señor, seré de los pueblos extraviados».

(78) Y cuando vio salir el Sol dijo: «¡Este es mi Señor, este es el más grande [de los astros]!» Pero cuando desapareció dijo: «¡Pueblo mío! Yo estoy libre de asociarle, como ustedes, divinidades a Dios.

(79) Me consagro a Quien creó los cielos y la Tierra, soy monoteísta puro. No soy de los que Le asocian divinidades a Dios [en la adoración]».

(80) Pero su pueblo lo desmintió. Él les dijo: «¿Me discuten acerca de Dios siendo que Él me ha guiado? No tengo miedo a sus ídolos, [solo podrá ocurrirme] lo que mi Señor quiera. Mi Señor abarca con Su conocimiento todas las cosas. ¿No van a recapacitar?

(81) ¿Por qué iba a tener temor de sus ídolos siendo que ustedes no tienen temor de Dios y Le asocian divinidades sin que se les haya revelado ningún fundamento para ello? ¿Quién entre ustedes y yo tiene más motivo para sentirse seguro [de Dios]? Respondan, si es que saben».

(82) Quienes crean y no desacrediten su fe cometiendo la injusticia de asociar divinidades a Dios, estarán a salvo, porque son los bien guiados.

(83) Esa es Mi prueba, la que concedí a Abraham para que argumentara contra su pueblo. Así elevo la condición de quien quiero; tu Señor es Sabio, Conocedor.

(84) Lo agracié [a Abraham] con Isaac y [a este con] Jacob, a quienes concedí la guía. A Noé también lo había guiado en la antigüedad. Y de sus descendientes [también guie] a David, Salomón, Job, José, Moisés y Aarón. Así es como recompenso a los que hacen el bien.

(85) Y a Zacarías, Juan, Jesús y Elías; todos ellos se contaron entre los piadosos.

(86) Y a Ismael, Eliseo, Jonás y Lot; a todos ellos los distinguí entre la gente.

(87) También distinguí a algunos de sus antepasados, descendientes y hermanos. Los elegí y los guie por el sendero recto.

(88) Esa es la guía de Dios, guía con ella a quien Él quiere de entre Sus siervos. Pero si Le hubieran asociado divinidades [en la adoración] a Dios, todas sus obras no habrían valido de nada.

(89) A ellos les revelé los Libros y los agracié con la sabiduría y la profecía. Pero si algunos no creen, [sepan que] he enviado este mensaje a otro pueblo que no dejará de creer en él.

(90) Ellos son los que Dios ha guiado, sigue su ejemplo. Y diles [a los que te rechazan]: «No les pido remuneración alguna a cambio, este es un Mensaje para todo el universo».

(91) [Algunas personas] No valoraron ni enaltecieron a Dios como Él merece, y dijeron: «Dios no ha revelado nada a ningún hombre». Pregúntales: «¿Quién ha revelado el Libro que trajo Moisés como luz y guía para la gente, el cual copian en pergaminos y dan a conocer en parte, pero del que ocultan una gran parte? Se les enseñó allí lo que ni ustedes ni sus padres sabían». Di: «Fue Dios [Quien lo reveló]». Luego déjales que sigan jugando con sus palabrerías.

(92) Este es un Libro bendito que he revelado en confirmación de los Libros anteriores, y para que adviertas a la Madre de las Ciudades y a quienes viven en sus alrededores [el resto de la humanidad]. Los que creen en la otra vida creen en él y observan la oración.
Madre de las Ciudades: La Meca. creen en él: El Corán.

(93) No hay nadie más injusto que quien inventa mentiras acerca de Dios o dice: «He recibido una revelación», cuando en realidad no se le ha revelado nada, o dice: «Revelaré algo similar a lo que Dios ha revelado». Si pudieras ver [lo terrible que será] cuando los opresores estén en la agonía de su muerte y los ángeles extiendan las manos [para atormentarlos, y les digan]: «Entreguen sus almas. Hoy se les retribuirá con un castigo denigrante por haber inventado mentiras acerca de Dios y por despreciar con arrogancia Su mensaje».

(94) Han venido ante Mí solos, tal como los creé por primera vez. Han dejado atrás [en la vida mundanal] lo que les concedí [de bienes materiales], y no veo junto a ustedes los intercesores que pretendían eran socios [de Dios en la divinidad]. Se ha roto su vínculo [con ellos] y desvanecido aquello que creían.

(95) Dios hace que germinen el grano y la semilla, y hace surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo. ¡Ese es Dios! ¡Cómo pueden desviarse tanto [de la verdad]!

(96) Hace que el alba despunte, dispuso que la noche sea para descansar, e hizo que el Sol y la Luna sigan una órbita precisa para que puedan llevar el cómputo [del tiempo]. Esto fue establecido por el Poderoso, el que todo lo sabe.

(97) Él es Quien ha creado las estrellas para que puedan guiarse por ellas en la oscuridad de la tierra y del mar. Dios ha evidenciado los signos para quienes reflexionan.

(98) Y Él es Quien los ha creado [a partir] de un solo ser, y les ha dado un lugar de estancia y otro de destino. Así ha evidenciado los signos para quienes comprenden.

(99) He hecho descender agua del cielo con la cual hago brotar toda clase de vegetación, y de ella resulta la cosecha de la cual saco semillas. De los brotes de la palmera hago salir racimos de dátiles al alcance de la mano. Y [también hago brotar] plantaciones de vides, olivos y granados, [todos de aspecto] similar pero [de frutos con sabores] diferentes. Observen cómo es su fruto cuando aparece y luego cuando madura, en todo ello hay signos para quienes creen.

(100) [Pero los idólatras] asocian a los yinn con Dios [en la divinidad], siendo que Él es Quien ha creado [a los yinn]. Y Le atribuyen [a Dios], en su ignorancia, hijos e hijas. ¡Glorificado y Exaltado sea! Dios está por encima de ser como Lo describen.
los yinn: Ver capítulo 72.

(101) Originador de los cielos y de la Tierra. ¿Cómo podría tener un hijo si no tiene compañera y Él es Quien ha creado todo? Él tiene conocimiento de todas las cosas.

(102) ¡Ese es Dios, su Señor! No hay más divinidad que Él, Creador de todas las cosas. Adórenlo solo a Él. Él es el Protector de todas las cosas.

(103) La vista [de los seres humanos] no puede abarcarlo, pero Él sí ve [a todos Sus siervos]. Él es el Sutil y el Conocedor.

(104) Han recibido evidencias de su Señor. Quien las comprenda será en beneficio propio, pero quien se enceguezca lo hará en detrimento propio. [Diles:] «Yo no soy su custodio».
“Yo no soy su custodio”: No soy responsable de sus elecciones y acciones, solo se me ha encomendado transmitirles el Mensaje.

(105) Así es como evidencio los signos, aunque [los que se niegan a creer] dicen: «Lo has aprendido de otros». Pero lo hago claro para la gente que tiene conocimiento.

(106) Sigue lo que te ha sido revelado por tu Señor, no hay más divinidad que Él, y apártate de los idólatras que dedican actos de adoración a otros además de Dios.

(107) Si Dios hubiera querido no Le hubieran asociado nada. Pero no eres responsable de sus actos ni eres su protector.

(108) Pero no insulten a quienes son invocados en lugar de Dios, porque insultarán a Dios con hostilidad sin tener real conocimiento [acerca de lo que dicen], pues he hecho que a cada pueblo le parezcan buenas sus obras, pero finalmente todos comparecerán ante su Señor, Quien les informará lo que hacían.
quienes son invocados en lugar de Dios: Las falsas divinidades que adoran los idólatras.

(109) [Los que se niegan a creer] juran seriamente por Dios que si se cumpliera uno de los milagros [que solicitaron] creerían. Diles: «Solo Dios dispone de los milagros». ¿Y qué les hará entender, que aun cuando se cumpliera [el milagro que pedían] no creerían?

(110) Desviaré sus corazones y sus ojos [de la verdad], ya que se negaron a creer desde la primera vez. Los dejaré vagar ciegos en su extravío.

(111) Aunque les hubiera enviado ángeles o hecho que los muertos les hablaran, o hubiera reunido ante ellos a todas las naciones, no habrían creído a menos que Dios lo hubiera querido. Sin embargo, la mayoría de ellos lo ignora.

(112) Todos los Profetas tuvieron enemigos que eran demonios de entre los seres humanos y los yinn, que se susurraban mutuamente palabras adornadas con seducción. Pero si tu Señor hubiera querido no lo habrían hecho. Apártate de ellos y sus mentiras.

(113) Para que los corazones de quienes no creen en la otra vida se inclinen hacia esos engaños, para que se complazcan de eso y así obtengan su merecido.

(114) ¿Acaso debo buscar otro juez en lugar de Dios, siendo que Él es Quien ha revelado el Libro donde se detallan todas las cosas? Aquellos a quienes les concedí el Libro anteriormente saben que el Corán ha sido revelado por tu Señor con la Verdad. No seas de los indecisos.

(115) La Palabra de tu Señor es de una veracidad y justicia absolutas. Nadie puede alterar la Palabra de Dios, Él todo lo oye, todo lo sabe.

(116) Si obedecieras a la mayoría [de las personas] en la Tierra, te extraviarían del sendero de Dios, porque siguen solo conjeturas y no hacen más que especular.

(117) Tu Señor bien sabe quién se extravía de Su camino y quiénes siguen la guía.

(118) Coman de aquello sobre lo que se ha mencionado el nombre de Dios, si creen en Su mensaje.

(119) ¿Por qué no habrían de comer de aquello sobre lo que se ha mencionado el nombre de Dios, siendo que Él ya les ha detallado lo que les es prohibido [comer], salvo en caso de extrema necesidad? Muchos se extravían al seguir sus pasiones por ignorancia, pero Dios conoce mejor que nadie a los transgresores.

(120) Eviten el pecado, tanto en público como en privado. Quienes cometan pecados serán retribuidos por lo que hicieron.

(121) No coman sobre lo que no se ha mencionado el nombre de Dios, pues hacerlo es un pecado. Los demonios inspiran a sus aliados para que discutan con ustedes, pero si los siguen se contarán entre quienes les atribuyen divinidad a otros junto a Dios.

(122) ¿Acaso quien estaba muerto [de corazón] y le di vida [guiándolo], y le proporcioné una luz con la cual transita entre la gente, es igual a aquel que se encuentra entre tinieblas y no puede salir de ellas? Por eso es que a los que se niegan a creer les parece bueno lo que hacen.

(123) De igual manera dispuse en cada ciudad que los peores criminales maquinaran intrigas [contra su propia gente]. Pero sin darse cuenta, lo único que logran con sus intrigas es causarse daño a sí mismos.

(124) Cuando se les presenta un milagro dicen: «No creeremos hasta que se nos conceda lo mismo que les ha sido concedido a los Mensajeros de Dios». Pero Dios sabe bien en quién confiar Su Mensaje. Los criminales serán humillados ante Dios y castigados severamente a causa de sus intrigas.

(125) A quien Dios quiere guiar le abre el corazón para que acepte el Islam. En cambio, a quien Él quiere extraviar le oprime fuertemente el pecho como si subiera a un lugar muy elevado. Así es como Dios humilla a quienes se niegan a creer.
Este versículo hace una clara referencia a dos hechos recientemente descubiertos por la ciencia moderna: el primero es la opresión del pecho debida a la carencia de oxígeno y la disminución de presión atmosférica cuando el ser humano asciende y atraviesa las capas de la atmósfera. La segunda es el estado crítico de ahogamiento que precede a la muerte; esto ocurre cuando se sobrepasa los 9.000 metros por encima del nivel del mar, a causa de la disminución drástica de presión y la carencia extrema de oxígeno. Por otra parte, el término árabe yassa’du يَصَّعَدُ que significa “subir con dificultad”, no es más que una descripción precisa del dolor y el sufrimiento producidos por este hecho.

(126) Este es el sendero recto de tu Señor. He hecho claro el mensaje para quienes reflexionan.

(127) Ellos tendrán una morada de paz junto a su Señor, Quien es su Protector, como recompensa por sus obras.

(128) El día que los congregue a todos y les diga: «¡Oh, yinnes! Han extraviado a muchos seres humanos», y sus aliados de entre los seres humanos exclamen: «¡Señor nuestro! Nos hemos beneficiado unos de otros y se ha cumplido el plazo que fijaste [para nuestra muerte]». Les dirá: «El Fuego será su morada por toda la eternidad, salvo que Dios disponga otra cosa». Tu Señor es Sabio, todo lo sabe.

(129) Y así es como hago que los injustos sean unos aliados de otros.

(130) [Y se les preguntará:] «¡Oh, comunidad de yinnes y de seres humanos! ¿Acaso no se les presentaron Mensajeros para transmitirles Mi mensaje y advertirles de este día?» Responderán: «Sí, y atestiguamos en contra nuestra». Los sedujo la vida mundanal y atestiguarán en su propia contra que se negaron a creer.

(131) Esto es porque tu Señor jamás destruiría un pueblo que haya obrado injustamente sin antes haberles advertido.

(132) Cada uno será retribuido conforme a lo que hizo, tu Señor no está desatento a lo que hacen.

(133) Tu Señor es Opulento y Misericordioso. Si quisiera, los exterminaría y los remplazaría, del mismo modo que los hizo surgir a ustedes como descendencia de otro pueblo.

(134) Lo que se les ha prometido ocurrirá [con toda certeza], y no podrán escapar de ello.

(135) Diles: «¡Oh, pueblo mío! Obren como les plazca, que yo también obraré [pero acorde a lo que Dios ordena]. Pronto sabrán quién recibirá el mejor destino. Dios no concede el éxito a los opresores.

(136) Y destinaron para Dios una parte de la cosecha y del ganado, que Él mismo ha creado [y otra parte para sus ídolos], y decían: «Esto es para Dios y esto para nuestros ídolos». Pero lo que ellos destinaban para sus ídolos no los acercaba a la complacencia de Dios, y lo que habían destinado para Dios, sí los acercaba más a sus ídolos. ¡Con qué mal criterio juzgaban!

(137) Así es como a muchos de los idólatras, sus falsas divinidades les hicieron creer que era bueno que mataran a sus propios hijos, para así llevarlos a la perdición y confundirles su religión. Pero si Dios hubiera querido no lo habrían hecho; aléjate de ellos y de sus mentiras.

(138) Y decían, inventando: «Este ganado y esta cosecha están consagrados [a los ídolos] y nadie, excepto quien nosotros queramos, puede comer de ello; y este otro ganado está consagrado y no puede usarse para la carga». Y también había otros ganados sobre los que no mencionaban el nombre de Dios [sino el de sus ídolos], pero todo era una mentira que atribuían a Dios. Pronto Él los castigará por las mentiras que inventaron.

(139) Y decían: «La cría que se encuentra en el vientre de estos ganados es exclusivamente para nuestros varones y está vedada para nuestras esposas. Pero si una de sus crías nace muerta, entonces ambos [hombres y mujeres] pueden comer de ella». Dios los castigará por sus mentiras, Él es Sabio, lo sabe todo.

(140) Están perdidos quienes maten a sus hijos por necedad e ignorancia, y prohíban lo que Dios les ha proveído como sustento, atribuyendo [esas prohibiciones] a Dios. Se han extraviado y no encuentran la guía.

(141) Él es Quien ha creado huertos, unos cultivados y otros silvestres, [y ha creado también] las palmeras, las plantas de diferentes frutos, los olivos y los granados, [todos de aspecto] similar pero distintos. Coman de sus frutos cuando maduren, pero el día de la cosecha den la parte que corresponde [a los pobres] y no derrochen, porque Dios no ama a los derrochadores.
den la parte que corresponde [a los pobres]: El zakat de las cosechas se paga en especies, y como se evidencia en este caso, no es entregado a una institución que alega ser representante de Dios sobre la Tierra ni se entrega a las autoridades religiosas, sino que se entrega directamente a los pobres y necesitados.

(142) De los ganados [Dios creó] algunos para la carga y otros para su consumo. Coman de lo que Dios les ha proveído y no sigan los pasos del demonio, porque él es su enemigo declarado.

(143) [Ellos alegan falsamente que] Ocho reses en parejas [están prohibidas]: del ovino dos y del cabrío dos. Pregúntales entonces: «¿Qué les ha prohibido [Dios], los dos machos, las dos hembras, o lo que se encuentra en el vientre de las dos hembras? Fundamenten lo que afirman, si es que son sinceros».
del ovino dos: Oveja y carnero. del cabrío dos: Cabra y macho cabrío.

(144) Y de los camélidos dos y del bovino dos. Pregúntales: «¿Qué les ha prohibido [Dios], los dos machos, las dos hembras, o lo que se encuentra en el vientre de las dos hembras? ¿Acaso estuvieron presentes cuando Dios les prescribió eso?» No hay nadie más injusto que aquél que inventa mentiras acerca de Dios sin fundamentos, para desviar a la gente. Dios no guía a los opresores.
de los camélidos dos: Camella y camello. del bovino dos: Vaca y toro.

(145) Di: «No encuentro en lo que me ha sido revelado otra cosa que se prohíba comer excepto la carne del animal muerto por causa natural, la sangre derramada, la carne de cerdo porque es una inmundicia, y lo que haya sido ofrendado invocando otro nombre que no sea el de Dios, porque es un pecado. Pero quien [en caso de extrema necesidad] se vea forzado [a ingerir algo de lo vedado] sin intención de pecar o excederse, debe saber que tu Señor es Absolvedor, Misericordioso».

(146) A los que practican el judaísmo les prohibí los animales de pezuñas partidas, y la grasa de ganado bovino y ovino, excepto la que tengan en los lomos, en las entrañas o adheridas a los huesos. Así los retribuí por su maldad. Esto es en castigo a su rebeldía, y soy fiel a Mi promesa.

(147) Y si te desmienten diles: «Su Señor es inmensamente Misericordioso, pero Su castigo caerá con toda certeza sobre los que se hunden en el pecado».

(148) Quienes Le asociaron divinidades a Dios dirán: «Si Dios hubiera querido no Le habríamos asociado nada y no habríamos vedado nada, ni nosotros ni nuestros padres». Así es como desmintieron quienes los precedieron, hasta que sufrieron Mi castigo. Pregúntales: «¿Acaso tienen algún conocimiento que puedan presentar?» Solo siguen conjeturas, y no hacen más que especular.

(149) Di: «Dios posee la Verdad absoluta, y si hubiera querido los habría guiado a todos».

(150) Di: «Traigan a sus testigos, que atestiguan que Dios les ha prohibido [esas cosas]». Si atestiguan, no testifiques tú con ellos ni sigas las pasiones de quienes desmintieron Mi mensaje, no creen en la otra vida y asocian divinidades a su Señor.

(151) Diles: «Vengan, que les informaré lo que su Señor les ha prohibido: No deben asociarle nada, deben hacer el bien a sus padres, no matarán a sus hijos por temor a la pobreza, Yo me encargo de su sustento y el de ellos, no deben acercarse al pecado, ni en público ni en privado, y no matarán a nadie que Dios prohibió matar, salvo que sea con justo derecho. Esto es lo que les ha ordenado para que usen el razonamiento.

(152) No toquen los bienes del huérfano, a menos que sea para acrecentarlos, hasta que alcance la madurez. Deben medir y pesar con equidad. No impongo a nadie una carga mayor de la que puede soportar. Cuando hablen deben hablar con justicia, aunque sea en contra de un pariente. Deben cumplir sus compromisos con Dios. Esto es lo que les ha ordenado para que Lo recuerden.

(153) Este es mi sendero recto, síganlo. Pero no sigan otros caminos, porque si lo hacen, estos los dividirán y los desviarán de Su camino. Esto es lo que les ha ordenado para que tengan temor de Él».

(154) También le he revelado el Libro a Moisés para completar Mi gracia sobre los que obran correctamente, y para que sirva de aclaración de todas las cosas, sea guía y misericordia, y para que creyeran en el encuentro con su Señor.

(155) Este es un Libro bendito que he revelado para que lo sigan, quizás así se les tenga misericordia.
un Libro bendito : El Sagrado Corán.

(156) Y para que no digan: «Solo dos comunidades en la antigüedad recibieron la revelación, pero ignorábamos sus enseñanzas».

(157) O digan: «Si hubiéramos recibido la revelación, habríamos seguido la guía mejor que ellos». Pero ya les llegó de su Señor la evidencia [el Corán], como guía y misericordia. ¿Acaso hay alguien más injusto que quien desmiente los mensajes de Dios y se aparta de ellos? Retribuiré a quienes se apartan de Mi mensaje con el más severo castigo.

(158) ¿Acaso esperan que se presenten ante ellos los ángeles o su Señor mismo o se presente un signo de su Señor? El día que vean el signo de tu Señor, a ningún alma le servirá creer o arrepentirse si no lo ha hecho anteriormente. Diles: «Sigan esperando, que nosotros también lo hacemos».
un signo: Un signo del fin del mundo.

(159) Tú no eres responsable de quienes dividieron su religión y formaron sectas. Dios se hará cargo de ellos, y Él les hará saber lo que hicieron.

(160) Quienes realicen una buena obra serán recompensados como si hubieran hecho diez obras buenas. En cambio, la mala obra será computada como una sola, y nadie será tratado injustamente.

(161) Diles: «Mi Señor me ha guiado por el camino recto, que es el de la verdadera adoración y el de la religión monoteísta de Abraham, quien no era de los que asociaban divinidades a Dios».

(162) Diles: «Mi oración, mi ofrenda, mi vida y mi muerte pertenecen a Dios, Señor del universo,

(163) Quien no tiene iguales. Esto es lo que se me ha ordenado creer, y soy el primero en someterse a Dios».

(164) Diles: «¿Acaso debería adorar a otro que no fuese Dios, cuando es Él el Creador de todo? Quien cometa un pecado lo hace en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados ajenos. Finalmente volverán a su Señor, Quien les informará acerca de lo que solían discrepar.

(165) Él es Quien los ha hecho responsables de la Tierra, y ha agraciado a unos más que a otros para probarlos con ello. Tu Señor es rápido en castigar, pero también es Absolvedor, Misericordioso».

Corán

(1) ¡Oh, creyentes! Cumplan con sus compromisos. Les es lícito comer del ganado excepto lo que esté expresamente prohibido. La caza no está permitida mientras estén consagrados a la peregrinación. Dios legisla lo que Le place [según su sabiduría divina].

(2) ¡Oh, creyentes! No profanen los ritos de Dios ni los meses sagrados ni los animales ofrendados ni los animales marcados para ofrenda ni perjudiquen a quienes se dirigen a la Casa Sagrada buscando el favor y la complacencia de su Señor. [Solo] cuando hayan finalizado la peregrinación podrán cazar. Que el descontento que tengan hacia quienes les impedían el acceso a la Mezquita Sagrada no los lleve a transgredir [la ley], sino que cooperen con ellos a obrar el bien e impedir el mal, pero no cooperen en el pecado y la enemistad. Y tengan temor de Dios; Dios es severo en el castigo.

(3) Les es prohibido [comer] la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo, el animal que haya sido sacrificado invocando otro en lugar de Dios, la del animal muerto por asfixia, golpe, caída, cornada o herido por las fieras, a menos que alcancen a degollarlo [antes de que muera], y lo que es inmolado en altares [en honor a un ídolo]. [También es prohibido] consultar la suerte echando flechas. [Violar alguna de estas leyes] es un pecado. Quienes se empeñan en negar la verdad han perdido la esperanza de [hacerlos renunciar a] su religión. No tengan temor de ellos, sino que tengan temor de Mí. Hoy les he perfeccionado su forma de adoración, he completado Mi gracia sobre ustedes y he dispuesto que el Islam sea su religión. Pero quien, [en caso extremo] por hambre, se vea forzado [y coma de lo prohibido] pero sin intención de transgredir la ley ni excederse, Dios es Perdonador, Misericordioso.

(4) Te preguntan qué es lícito [comer]. Responde: «Se les permite comer todas las cosas buenas [y sanas]. Pueden comer lo que hayan atrapado los animales de caza que han entrenado, conforme a lo que Dios les ha enseñado. Coman de lo que cacen para ustedes, pero mencionen el nombre de Dios sobre esos alimentos, y tengan temor de Dios, porque Dios es rápido en ajustar cuentas.

(5) De hoy en adelante les es permitido todo [alimento] bueno. La carne de los [animales sacrificados] de quienes recibieron el Libro [la Tora y el Evangelio] es lícita, y la carne [de los animales que ustedes sacrifican] es lícita para ellos. También es permitido [para ustedes] casarse con las mujeres creyentes que sean recatadas y las mujeres recatadas que recibieron el Libro anteriormente [judías y cristianas], siempre que cumplan la condición de darle su dote, con intensión [seria] de casarse, no para fornicar o tomarlas como amantes secretas. Pero quien rechace la creencia [monoteísta de Dios], sus obras [en este mundo] habrán sido en vano, y en la otra vida se contará entre los perdedores.

(6) ¡Oh, creyentes! Cuando se dispongan a hacer la oración lávense el rostro y los brazos hasta los codos, pasen las manos [húmedas] por la cabeza y [laven] los pies hasta los tobillos. Si están en estado de impureza mayor, tomen un baño [completo]. Si están enfermos o de viaje o han hecho sus necesidades [biológicas] o han cohabitado con su mujer y no encuentran agua, usen [para la ablución virtual] tierra limpia y pásenla por el rostro y las manos. Dios no quiere imponerles dificultades, solo quiere purificarlos y completar Su favor sobre ustedes para que sean agradecidos.
[para la ablución virtual]: Ver Corán 4:43 y su comentario.

(7) Recuerden la bendición que Dios les concedió, y [recuerden] el pacto que hizo con ustedes cuando dijeron: «Oímos y obedecemos». Tengan temor de Dios, porque Dios bien sabe lo que encierran los corazones.

(8) ¡Oh, creyentes! Sean responsables con [los preceptos de] Dios. Sean justos cuando den testimonio. Que el rencor que sienten no les conduzca a obrar injustamente. Sean justos y equitativos, porque eso es lo más cercano a la piedad. Y tengan temor de Dios, porque Dios está bien informado de lo que hacen.

(9) A los creyentes que obren correctamente Dios les ha prometido el perdón [de sus pecados] y una recompensa generosa.

(10) Pero [en cambio] los que niegan la verdad y rechazan Mi palabra serán los habitantes del fuego del Infierno.

(11) ¡Oh, creyentes! Recuerden las bendiciones que Dios les concedió cuando sus enemigos intentaron agredirlos pero Dios los protegió. Tengan temor de Dios, y que los creyentes solo se encomienden a Dios.

(12) Dios celebró un pacto con los Hijos de Israel y designó de entre ellos doce jefes. Pero Dios les dijo: «Estaré con ustedes siempre que cumplan con la oración, paguen el zakat, crean y apoyen a [todos] Mis Mensajeros, gasten generosamente en Mi causa; entonces perdonaré sus ofensas y los introduciré en jardines en los que corren ríos. Pero quien [después de todo esto] niegue la verdad, se habrá extraviado del camino recto».

(13) Pero por haber violado el pacto los maldije y sus corazones se volvieron insensibles y duros. [Por eso] tergiversan el sentido de las palabras [de la Tora] sacándolas de contexto, y dejan de lado parte de lo que les fue mencionado [en ella]. Descubrirás que la mayoría de ellos, salvo unos pocos, traicionan [a la gente]; pero tu discúlpalos y sé tolerante con ellos, porque Dios ama a los que hacen el bien.

(14) [Dios también tomó un compromiso] con quienes dicen: «Somos cristianos», pero ellos dejaron de lado parte de lo que les había mencionado [en el Evangelio]. Y [por eso] sembré entre ellos la discordia y el odio hasta el Día de la Resurrección, cuando Dios les hará saber el [gran] nivel de desvío que alcanzaron.

(15) ¡Oh, Gente del Libro! Les ha llegado un Mensajero enviado por Mí, cuya misión es traerles a la luz los preceptos más importantes que ocultaron de la Biblia, y facilitar muchos otros preceptos. Dios les ha enviado una luz y un Libro claro [el Corán],

(16) con el cual Dios guía a quienes buscan Su complacencia hacia los caminos de la salvación, los extrae por Su voluntad de las tinieblas hacia la luz, y los dirige por el camino recto.

(17) Son incrédulos quienes dicen: «Jesús hijo de María es Dios». Diles: «¿Quién podría impedir que Dios exterminara al Mesías hijo de María, a su madre y a todo cuanto existe en la Tierra, si así lo quisiera?» A Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, y todo lo que existe entre ambos. Dios crea lo que Le place, porque Él tiene poder sobre todas las cosas.

(18) Dicen judíos y cristianos: «Somos hijos de Dios y sus predilectos». Diles: «Si así fuera, ¿por qué los castigará por los pecados que cometen? No son sino como el resto de la humanidad, seres creados por Él. Dios perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. A Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, y todo lo que existe entre ambos, y ante Él compareceremos [para que nos juzgue por nuestras acciones]».

(19) ¡Oh, Gente del Libro! Luego de que pasara un tiempo desde el último Mensajero, les ha llegado Mi Mensajero para aclararles la verdad, y que no puedan decir [el Día del Juicio Final]: «No se nos presentó nadie que nos albriciara [con el monoteísmo] y nos advirtiera [contra la idolatría]». Pues ahora sí tienen quien les albricia y les advierte, porque Dios es sobre toda cosa Poderoso.
desde el último Mensajero: Jesús, que la paz de Dios sea con él.

(20) [Recuerda] cuando Moisés dijo a su pueblo: «¡Oh, pueblo mío! Recuerden las bendiciones que Dios les concedió al hacer que surgieran entre ustedes Profetas y poderosos, y los bendijo con gracias que no concedió a nadie de sus contemporáneos.

(21) ¡Oh, pueblo mío! Entren en la Tierra Santa que Dios destinó para ustedes y no renieguen [de su fe], porque se convertirían en perdedores».

(22) Respondieron: «¡Oh, Moisés! Allí hay gente poderosa, así que no entraremos hasta que ellos se marchen. Solo cuando abandonen la ciudad entraremos».

(23) Dos hombres que tenían temor de Dios, que habían sido bendecidos [con una fe sólida], dijeron: «Ingresen sorpresivamente por la puerta, porque si lo hacen obtendrán la victoria. Pero encomiéndense solo a Dios, si es que verdaderamente son creyentes».

(24) Dijeron: «¡Oh, Moisés! No ingresaremos mientras ellos permanezcan dentro. Ve tú con tu Señor y combátelos, que nosotros nos quedaremos aquí».

(25) Dijo [Moisés]: «¡Señor mío! Solo tengo control de mis actos y autoridad sobre mi hermano [Aarón], decide Tú entre ellos y nosotros».

(26) Dijo [Dios a Moisés]: «Les estará prohibida [la entrada en Tierra Santa]. Vagarán por la tierra durante cuarenta años. No te aflijas por la gente perversa».

(27) [Oh, Mujámmad:] Cuéntales la auténtica historia de los hijos de Adán, cuando presentaron una ofrenda y le fue aceptada a uno y rechazada al otro. Dijo [Caín]: «Te mataré». Dijo [Abel]: «Dios solo acepta las obras de los que obran con fe sincera.

(28) Aunque levantaras tu mano para matarme, yo no levantaría la mía para matarte, porque yo tengo temor de Dios, Señor del Universo.

(29) Prefiero que seas tú quien cargue con mis pecados y los tuyos, [y si me matas] serás de los moradores del Fuego, porque ese es el castigo para los que cometen esa injusticia».

(30) Pero su ego lo llevó [a Caín] a matar a su hermano, por lo que se arruinó a sí mismo.

(31) Entonces Dios envió un cuervo para que escarbase la tierra y le mostrara cómo enterrar el cadáver de su hermano. Dijo [Caín]: «¡Ay de mí! ¿Acaso no soy capaz de hacer como este cuervo y enterrar el cadáver de mi hermano?» Y sintió un profundo arrepentimiento.

(32) Como consecuencia [de este asesinato], legislé para los Hijos de Israel que: «Quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra, es como si matase a toda la humanidad. Pero quien salva una vida es como si salvase a toda la humanidad». Mis Mensajeros se presentaron ante ellos con pruebas claras [de la ley], pero muchos de ellos siguen cometiendo graves excesos en el mundo.

(33) El castigo para quienes hacen la guerra a [un pueblo que se gobierna por la ley de] Dios y Su Mensajero y siembran en la Tierra la corrupción es que [luego de un juicio justo] se los condene a muerte, se los crucifique, se les ampute una mano y el pie del lado opuesto, o se los condene al exilio. Esto es para que sean denigrados en esta vida, y en la otra tendrán un castigo terrible.

(34) Pero quienes se arrepientan antes de ser apresados [y se entreguen voluntariamente] sepan que Dios es Perdonador, Misericordioso.

(35) ¡Oh, creyentes! Tengan temor de Dios, busquen acercarse a Él [realizando obras de bien] y luchen por Su causa, que así tendrán éxito.

(36) Los que niegan la verdad, aunque tuvieran todo cuanto existe en la Tierra y aún el doble para ofrecerlo como rescate y salvarse del castigo del Día de la Resurrección, no se les aceptará, y recibirán un castigo doloroso.

(37) Querrán salir del Fuego pero nunca lo conseguirán, y tendrán un castigo perpetuo.

(38) Al ladrón y a la ladrona [luego de un juicio justo] córtenles la mano en compensación por su delito. Esta es una sentencia disuasoria dictada por Dios. Dios es Poderoso, Sabio.

(39) Pero a quien se arrepienta luego de cometer un delito o injusticia y enmiende, Dios lo perdonará, porque Dios es Perdonador, Misericordioso.

(40) ¿Acaso no sabes que a Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra? Castiga a quien quiere y perdona a quien quiere. Dios es sobre toda cosa Poderoso.

(41) ¡Oh, Mensajero! No te entristezcas por quienes se precipitan a negar la verdad, como quienes dicen: «Creemos», pero sus corazones no creen. Entre los judíos hay quienes prestan oídos a cualquier falsedad que se diga, escuchan ávidamente sin venir a pedirte aclaración. Tergiversan el sentido de las palabras [reveladas] sacándolas de su contexto, y dicen: «Si se les dice así [acorde a su tergiversación] acéptenlo; caso contrario, rechácenlo». A quien Dios pone a prueba con una tentación, no podrás hacer nada para salvarlo. Dios no ha querido purificar sus corazones. Ellos serán denigrados en esta vida, y en la otra tendrán un castigo terrible.
Dios no ha querido purificar sus corazones: A causa de sus pecados.

(42) Prestan oídos a la mentira y se benefician vorazmente del soborno. Si se presentan ante ti [para que juzgues] sobre un pleito entre ellos, puedes juzgar o abstenerte. Si te abstienes no podrán perjudicarte en nada; pero si juzgas entre ellos, hazlo con equidad y justicia, porque Dios ama a los justos.

(43) ¿Y por qué necesitan pedirte a ti que juzgues entre ellos si tienen la Tora en la que se encuentra el juicio de Dios? Si tu veredicto no les agrada lo rechazan [a pesar de que coincide con la Tora], esos de verdad no son creyentes [en Dios ni en la Tora].

(44) He revelado la Tora, en la que hay guía y luz. Los Profetas entregados [a la voluntad de Dios] juzgaban entre los judíos. Lo mismo hicieron los rabinos y juristas en cumplimiento de su misión de custodiar el Libro de Dios y ser testigos de él [en sus enseñanzas]. No teman a la gente sino que tengan temor de Mí. No vendan Mis preceptos por un precio vil. Quienes no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado [por considerarlo inferior], ésos son los verdaderos incrédulos.
ésos son los verdaderos incrédulos: Cita Ibn Kazir que Ibn Abbas dijo: “Quien niegue y rechace la ley de Dios deviene incrédulo, y quien la reconozca y acepte, pero no juzgue con ella en alguna ocasión, es un opresor perverso”.

(45) He prescrito en ella [la Tora, la justicia retributiva]: Vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente, y con las heridas una similar. Pero si la víctima perdona [que se aplique la pena al culpable] esto le servirá de expiación. Quienes no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado [por considerarlo inferior], ésos son los verdaderos ofensores.

(46) Hice que Jesús hijo de María siguiera [el ejemplo de los Profetas anteriores], en confirmación de la verdad que aún quedaba en la Tora. A él le he revelado el Evangelio en el que había guía y luz, como confirmación de lo que aun quedaba de la Tora, y como guía y exhortación para los que tienen temor de Dios y piedad.

(47) Que los seguidores del Evangelio juzguen según lo que Dios ha revelado en él, porque los que no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado, ésos son los verdaderos perversos.

(48) [Y a ti, ¡oh, Mujámmad!] Te he revelado el Libro que contiene la verdad definitiva [el Corán], que corrobora los Libros revelados anteriormente y es juez de lo que es verdadero en ellos. Juzga conforme a lo que Dios ha revelado y no te sometas a sus deseos transgrediendo la Verdad que has recibido. A cada [comunidad religiosa] le he dado una legislación y una metodología [norma]. Si Dios hubiera querido habría hecho de ustedes una sola comunidad, pero quiso probar su fe en lo que les reveló. Apresúrense a realizar obras de bien, porque todos comparecerán ante Dios, y Él les informará acerca de lo que discrepaban.

(49) Juzga entre ellos conforme a lo que Dios ha revelado, no te sometas a sus deseos y ten cuidado con ellos, no sea que te aparten con engaños de lo que Dios te ha revelado. Si ellos se rehúsan [a seguir lo que has dictaminado], sabe que Dios, a causa de sus pecados, quiere afligirlos. Pero muchas personas [a pesar de las advertencias] son perversas.

(50) ¿Acaso prefieren un juicio según las leyes paganas? Pero, ¿qué mejor juicio que el de Dios para quienes están convencidos de su fe?

(51) ¡Oh, creyentes! No tomen a los judíos ni a los cristianos por aliados, porque ellos son aliados entre sí. Quien les dé lealtad se convierte en uno de ellos. Dios no guía a un pueblo opresor.

(52) Verás que quienes tienen una enfermedad en sus corazones [la hipocresía] se apresuran buscando su complacencia y dicen: «Tenemos miedo de que nos sorprenda una derrota». Pero puede que Dios les tenga deparada la victoria o algún otro decreto, y entonces tengan que arrepentirse de lo que pensaban.
buscando su complacencia: La de judíos, cristianos y paganos.

(53) Los creyentes dirán entonces: «¿Son éstos quienes juraban solemnemente por Dios que nos apoyaban?» Sus obras habrán sido en vano y se contarán entre los fracasados.

(54) ¡Oh, creyentes! Si apostatan de su religión, Dios los suplantará por otros a quienes amará y ellos Lo amarán, que serán compasivos con los creyentes, severos con los que niegan la verdad, y combatirán por la causa de Dios sin temor a los reproches. Esas son las cualidades de quienes Dios ha bendecido. Dios es Vasto, todo lo sabe.

(55) Sus únicos aliados deben ser Dios, Su Mensajero y los creyentes que hacen la oración prescrita, pagan el zakat y se inclinan [ante Dios en la oración].

(56) Quienes tomen por aliados a Dios, a Su Mensajero y a los creyentes, son de la comunidad de Dios, quienes serán en definitiva los vencedores.

(57) ¡Oh, creyentes! No tomen por aliados a quienes toman a burla y broma su religión, sean gente del Libro o de los que niegan la verdad. Tengan temor de Dios si es que son creyentes.

(58) Cuando ustedes convocan a la oración, ellos se burlan y la toman a broma, porque son gente que no razona.

(59) Di: «¡Oh, Gente del Libro! ¿Acaso nos reprochan que creamos en Dios, en la revelación que nos fue enviada y lo que fue revelado anteriormente, o lo hacen solamente porque la mayoría de ustedes son perversos?»

(60) Di: «¿No quieren acaso que les informe quiénes tendrán peor retribución que éstos ante Dios? Son quienes maldijo Dios, los que incurrieron en Su ira, los que convirtió en monos y cerdos, y los que adoran a los falsos dioses. Esos son los que se encuentran en una situación peor y son los más extraviados del camino recto.
los que convirtió en monos y cerdos: Ver Corán 2:65.

(61) Cuando se encuentran con ustedes dicen: «Creemos», pero cuando entraron [al Islam en apariencia] traían la incredulidad consigo, y al abandonarlo [al Islam] salieron igual. Dios sabe bien lo que ocultan.

(62) Verás a muchos de ellos precipitarse en el pecado, la injusticia y apoderarse de los bienes ajenos. ¡Qué mal está lo que hacen!

(63) ¿Por qué sus maestros y rabinos no les prohíben mentir y usurpar los bienes ajenos? ¡Qué mal está lo que hacen!

(64) Estos judíos dijeron: «La mano de Dios está cerrada». Son sus manos las que se cerraron, y cayeron en la maldición de Dios por su blasfemia. Por el contrario, Sus dos manos están extendidas y dispensa [generosamente] según Su voluntad. Lo que te ha sido revelado por tu Señor acrecentará en muchos de ellos la arrogancia y la negación de la verdad. Hemos previsto entre ellos la enemistad y el odio hasta el Día de la Resurrección. Siempre que enciendan el fuego de la guerra [contra ustedes], Dios lo apagará. Ellos se esfuerzan por sembrar la corrupción en la Tierra, pero Dios no ama a los que siembran la corrupción.
“La mano de Dios está cerrada”: Expresión árabe que indica la falta de generosidad.

(65) Pero si la Gente del Libro creyera y tuviera temor de Dios, Yo les borraría sus pecados y los introduciría en los Jardines de las Delicias.

(66) Si se hubiesen atenido a la Tora, el Evangelio y lo [último] que les ha sido revelado por su Señor [el Corán], recibirían las bendiciones que caen del cielo y las que brotan de la tierra. Entre ellos hay quienes son moderados, pero la mayoría obra de forma perversa.

(67) ¡Oh, Mensajero! Comunica [completamente] lo que te ha sido revelado por tu Señor. Si no lo haces, no habrás hecho llegar Su Mensaje. Dios te protegerá de la gente [que intenta impedir que cumplas con tu misión]. Dios no guía a un pueblo que niega la verdad.

(68) Di: «¡Oh, Gente del Libro! No tendrán fundamento alguno mientras no se atengan a [la ley de] la Tora, el Evangelio y lo que les ha sido revelado por su Señor». Lo que te ha sido revelado por tu Señor acrecentará en muchos de ellos la arrogancia y la negación a reconocer la verdad, pero no te aflijas por un pueblo que se niega a reconocer la verdad.

(69) Los creyentes [en el Islam], los judíos, los sabeos y los cristianos, quienes crean en Dios [sin asociarle nada] y en el Día del Juicio y obren rectamente, no deben sentir temor ni tristeza [por su futuro].
los sabeos: Los monoteístas que no siguen una religión determinada.

(70) Celebré un pacto solemne con los Hijos de Israel y les envié Mensajeros. Siempre que un Mensajero se presentaba ante ellos con algo que no les gustaba, lo desmentían o lo mataban.

(71) Creían que no les alcanzaría ninguna calamidad [por sus crímenes] y se volvieron ciegos y sordos [de corazón], pero Dios los perdonó, aunque muchos de ellos reincidieron. Dios ve todo lo que hacen.

(72) Quienes dicen: «Dios y el Mesías hijo de María son una misma persona» niegan la verdad, porque el mismo Mesías dijo: «¡Oh, Hijos de Israel! Adoren solo a Dios, que es mi Señor y el suyo». A quien atribuya actos de adoración a otros además de Dios, Él le vedará el Paraíso y su morada será el Infierno. Los injustos no tendrán quién los socorra.
Adoren solo a Dios, que es mi Señor y el suyo: Irónicamente los cristianos encuentran esa enseñanza en las palabras mismas de Jesús, pero prefieren seguir la deformación que hicieron otras personas de esa creencia clara y evidente en el monoteísmo. En Marcos 12:28-31 dice: “Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? —El más importante es: ‘Oye, Israel. El Señor nuestro Dios, el Señor es uno —contestó Jesús. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’

(73) Quienes dicen: «Dios es una de las tres personas de la trinidad», niegan la verdad, porque no hay más que una sola divinidad. Si no desisten de sus palabras, un castigo doloroso azotará a quienes se obstinan en negar la verdad.

(74) ¿Acaso no van a arrepentirse y pedir perdón a Dios? Dios es Perdonador, Misericordioso.

(75) El Mesías hijo de María es solo un Mensajero, como los otros Mensajeros que le precedieron. Su madre fue una creyente devota. Ambos necesitaban alimentos [como el resto de los seres humanos]. Observa cómo les aclaré las evidencias, y cómo [a pesar de eso] rechazan la verdad.

(76) Di: «¿Acaso van a adorar, en lugar de Dios, lo que no puede causarles perjuicio ni beneficio? Dios todo lo oye, todo lo sabe».

(77) Di: «¡Oh, Gente del Libro! No se excedan en sus creencias tergiversando la verdad, y no sigan ideas personales de gentes que se desviaron en el pasado, que hicieron que muchos se extraviaran y se desviaran del camino recto.

(78) Los Hijos de Israel que se obstinaban en negar la verdad ya fueron maldecidos por David y por Jesús hijo de María, porque transgredían los límites de la ley y se rebelaban [contra Dios].

(79) No se reprochaban unos a otros los pecados que cometían. ¡Qué perversa era su forma de actuar!

(80) Verás que muchos de ellos toman a los que rechazan la verdad por aliados. ¡Qué perverso es a lo que les indujo su ego! La ira de Dios cayó sobre ellos, y sufrirán eternamente en el castigo.

(81) Si realmente hubieran creído en Dios, en el Profeta y en lo que le fue revelado, no los hubieran tomado por aliados, pero muchos de ellos son perversos.

(82) Verás que los peores enemigos de los creyentes son los judíos y los idólatras, y los más amistosos son quienes dicen: «Somos cristianos». Esto es porque entre ellos hay sacerdotes y monjes que no se comportan con soberbia.

(83) Cuando escuchan lo que le ha sido revelado al Mensajero, ves que sus ojos se inundan de lágrimas porque reconocen la verdad, y entonces dicen: «¡Señor nuestro! Creemos, cuéntanos entre quienes dan testimonio [de la verdad del Islam].

(84) ¿Y por qué no íbamos a creer en Dios y en lo que nos ha llegado de la verdad? Esperamos que nuestro Señor nos introduzca [al Paraíso] junto a los justos».

(85) Dios les recompensará por su testimonio con jardines por los que corren ríos, en los que estarán por toda la eternidad. Ésa es la recompensa de los que hacen el bien.

(86) Pero quienes rechacen la verdad y desmientan Mi mensaje morarán en el fuego del Infierno.

(87) ¡Oh, creyentes! No prohíban las cosas buenas que Dios les ha permitido, pero tampoco se excedan. Dios no ama a los que cometen excesos.

(88) Coman de lo lícito y bueno que Dios les ha proveído, y tengan temor de Dios, en Quien creen.

(89) Dios no va a pedirles cuentas por los juramentos [que hagan] sin intención, pero sí [va a preguntarles] por los que hayan pronunciado reflexionando sobre su implicancia. En estos casos deberán expiarlos alimentando a diez pobres como alimentan a su familia, o dándoles vestimenta, o liberando a un esclavo. Quien no encuentre los medios [económicos para una de estas tres opciones] deberá ayunar tres días. Ésta es la expiación de los juramentos [si no los cumplen]. Sean cuidadosos con sus juramentos, pero cuando los hagan deben cumplirlos. Así es cómo Dios explica Su mensaje, para que sean agradecidos.
Sean cuidadosos con sus juramentos: Esta frase implica: 1) Solo pueden jurar por Dios. 2) Deben abandonar la costumbre de jurar por cosas sin importancia. 3) Si han jurado, cumplan con el juramento. 4) Si no pueden o no quieren cumplir con el juramento, deben cumplir con la expiación.

(90) ¡Oh, creyentes! Los embriagantes, las apuestas, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte [por ejemplo] con flechas, son una obra inmunda del demonio. Aléjense de todo ello, que así tendrán éxito [en esta vida y en la próxima].

(91) El demonio pretende [con esas cosas] sembrar entre la gente la discordia y el odio, y apartarlos del recuerdo de Dios y la oración valiéndose de los embriagantes y las apuestas. ¿No van a dejarlo ya?

(92) Deben obediencia absoluta a Dios y a Su Mensajero, y tengan cuidado [de desobedecerlos]. Pero quien se rehúse, sepa que Mi Mensajero solo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.

(93) Quienes creen y hacen buenas obras no serán reprochados por lo que disfrutaron [de lo que era lícito] antes [de su prohibición] siempre que tengan temor de Dios, crean y obren rectamente, luego tengan temor de Dios y crean [en las leyes], luego tengan temor de Dios y hagan el bien [manteniéndose firmes], porque Dios ama a los que hacen el bien.

(94) ¡Oh, creyentes! Dios los pone a prueba prohibiendo la caza que puedan obtener con las manos o lanzas [mientras estén consagrados a la peregrinación] para distinguir quién Le teme en secreto. Quien transgreda [las leyes] tendrá un doloroso castigo.

(95) ¡Oh, creyentes! No cacen mientras estén consagrados a la peregrinación. Quien lo haga deliberadamente deberá compensarlo sacrificando una res de ganado equivalente a la que mató, la que será determinada por dos personas justas y será ofrendada [a Dios] ante la Ka‘bah [y repartida entre los necesitados], o deberá hacer una expiación alimentando a pobres o ayunando un plazo equivalente, para que sufra y comprenda las consecuencias de sus ofensas. Dios no les pedirá cuentas por lo que hayan hecho antes de descender la legislación. Pero quien reincida, sepa que Dios lo retribuirá con lo que se merece. Dios es Poderoso, Dueño de la retribución.

(96) Es permitido [durante la peregrinación comer de] lo que pesquen en el mar, para los residentes y los viajeros. Pero está prohibida la caza mientras estén consagrados a la peregrinación. Tengan temor de Dios, ante Quien serán congregados [para ser juzgados por sus obras].

(97) Dios designó a la Ka‘bah, la Casa Sagrada, como un lugar de devoción y adoración. Los meses sagrados, las ofrendas y los animales marcados para ofrenda son sagrados. Esto para que sepan que Dios conoce cuanto hay en los cielos y la Tierra, y que Dios todo lo sabe.

(98) Sepan que Dios es severo en el castigo, pero también es Perdonador, Misericordioso.

(99) El Mensajero solo tiene la obligación de transmitir el Mensaje, Dios es Quien sabe lo que manifiestan y lo que ocultan.

(100) Di: «No se puede equiparar lo malo y lo bueno, así que no te dejes engañar por la abundancia de lo malo. Tengan temor de Dios, ¡oh, gente que reflexiona!, que así tendrán éxito».

(101) ¡Oh, creyentes! No ahonden en asuntos que si fueran revelados [en forma de ley] les causarían dificultad [en la práctica de la religión]. Pero si los indagan cuando hayan sido revelados en el Corán, les serán explicados. Dios los perdona por sus indagaciones [fuera de lugar] porque es Perdonador, Tolerante.

(102) Estas mismas indagaciones fueron hechas por otros pueblos en la antigüedad, y [cuando les fueron reveladas como leyes] las rechazaron.

(103) No es prescripción de Dios que ciertas clases de ganado sean marcadas por superstición y costumbres paganas, como la camella que se consagra a los ídolos por lo que no debe ser ordeñada, ni la que también es consagrada a los ídolos y se la deja pastar libremente, ni la oveja que si en su séptimo parto pare un macho y una hembra se la consagra a los ídolos y no se la debe sacrificar, ni el camello semental que luego de servir diez veces se consagra a los ídolos por lo que no se lo utiliza para montura. Son los paganos supersticiosos quienes han inventaron estos ritos, mintiendo acerca de Dios. La mayoría de ellos no usa el razonamiento.

(104) Cuando se les dice: «Tomen lo que Dios ha revelado y sigan al Mensajero», dicen: «Nos basta con lo que nos transmitieron nuestros padres», a pesar de que sus padres eran ignorantes y no estaban bien encaminados.

(105) ¡Oh, creyentes! Ustedes son responsables por sus almas en el cumplimento de sus deberes para con Dios. Nos les perjudica quien elige el camino del desvío si ustedes están en el camino recto. A Dios regresarán y Él les informará el resultado de sus obras.

(106) ¡Oh, creyentes! Ante la inminencia de la muerte deben declarar su testamento ante dos testigos confiables conocidos, o bien dos extraños si están de viaje y les sobreviene la [agonía de la] muerte. Si dudan [del testimonio] de los testigos, reténganlos hasta después de la oración para que juren por Dios: «No pretendemos, con nuestro testimonio, ningún provecho personal ni beneficiar a un pariente. No ocultamos el testimonio que Dios nos ordenó declarar, porque de hacerlo nos contaríamos entre los pecadores».

(107) Si se descubre que cometieron un pecado [al mentir sobre los términos del testamento], otros dos los sustituirán, y éstos serán [elegidos] de entre los parientes con más derecho [a su herencia] y jurarán por Dios: «Nuestro testimonio es más digno de ser creído que el de ellos y no los agredimos [al acusarlos de falso testimonio], porque de hacerlo nos contaríamos entre los injustos».

(108) Esto es lo más adecuado para lograr que presten un testimonio exacto o que teman que se refuten su juramento con un juramento contrario. Tengan temor de Dios y obedezcan [Sus leyes], porque Dios no guía a los perversos.

(109) [Teman] el día que Dios reúna a los Mensajeros y diga: «¿Cómo respondieron [aquellos a quienes fueron enviados]?» Dirán: «No sabemos, Tú eres Quien conoce lo oculto».

(110) Dios dirá: «¡Oh, Jesús hijo de María! Recuerda las bendiciones que te concedí a ti y a tu madre, cuando te fortalecí con el Espíritu Santo para que pudieras hablar a la gente desde la cuna y de adulto, y te enseñé la escritura, la sabiduría, la Tora y el Evangelio. Cuando modelaste con arcilla un pájaro con Mi anuencia, y luego soplaste en él y se convirtió en un pájaro real con Mi permiso, y curaste al ciego de nacimiento y al leproso con Mi permiso, y resucitaste al muerto con Mi permiso. Te protegí de los Hijos de Israel cuando te presentaste ante ellos con las evidencias, y los que negaron la verdad dijeron: «Esto es hechicería pura».
el Espíritu Santo: Así es llamado el ángel Gabriel, encargado de hacer llegar la revelación de Dios a Sus profetas.

(111) [Recuerda] cuando inspiré a los discípulos para que creyeran en Mí y en Mi Mensajero. Ellos dijeron: «¡Creemos! Sé testigo de que somos musulmanes [en sumisión a Dios]».

(112) Cuando los discípulos de Jesús dijeron: «¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Tu Señor podría hacernos descender del cielo una mesa servida?» Dijo: «Tengan temor de Dios, si es que son verdaderos creyentes».

(113) Dijeron [los discípulos]: «Queremos comer de ella para que nuestros corazones se sosieguen, saber [con certeza] que nos has dicho la verdad y dar testimonio de ella».

(114) Jesús hijo de María rezó: «¡Oh Dios, nuestro señor! Haz que descienda una mesa servida del cielo que sea para nosotros un acontecimiento festivo, tanto para los primeros como para los últimos [de nuestra nación], y un milagro proveniente de Ti. Concédenos Tu favor, pues Tú eres el mejor de los sustentadores».

(115) Respondió Dios: «La haré descender; pero si después alguno de ustedes reniega [de su fe], lo castigaré como no he castigado a nadie en el mundo».

(116) [El Día del Juicio Final] Dios dirá: «¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Acaso tú dijiste a la gente: «Adórenme a mí y a mi madre como divinidades junto con Dios?» Dirá [Jesús]: «¡Glorificado seas! No me corresponde decir algo a lo que no tengo derecho. Si lo hubiera dicho Tú lo sabrías. Tú conoces lo que encierra mi alma, mientras que yo ignoro lo que encierra la Tuya. Tú eres Quien conoce lo oculto.

(117) No les transmití sino lo que Tú me has ordenado: ‘Adoren solo a Dios, mi Señor y el suyo’. Fui testigo de sus acciones mientras estuve con ellos; pero después de que me elevaste, fuiste Tú Quien los vigiló. Tú eres testigo de todas las cosas.

(118) Si los castigas, lo haces con derecho, pues son Tus siervos; pero si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sabio».
son Tus siervos: Todos los seres humanos somos siervos de Dios. Los creyentes someten espontáneamente su voluntad a la voluntad de Dios, y eso los hace Sus siervos por elección; y los que no creen en Dios o Le asocian ídolos a los que adoran, igualmente están sometidos a la predestinación y el juicio de Dios y, por lo tanto, son Sus siervos, aunque no lo acepten.

(119) Dios dirá [el Día del Juicio]: «Este es el día en que los sinceros disfrutarán su sinceridad. Tendrán jardines por donde corren ríos, en los que estarán por toda la eternidad. Dios estará complacido de ellos y ellos con Él. Esa será la bienaventuranza.

(120) A Dios pertenece el reino de los cielos y de la tierra, y cuanto existe entre ambos. Él tiene poder sobre todas las cosas.

Corán

(1) ¡Oh, seres humanos! Tengan temor de su Señor, Quien los ha creado de un solo ser, del que creó a su cónyuge e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres. Tengan temor de Dios, en Cuyo nombre se reclaman sus derechos, y respeten los lazos familiares. Dios los observa.

(2) Reintegren los bienes materiales a los huérfanos [cuando alcancen la pubertad]. No les cambien lo bueno de ellos por lo malo de ustedes, ni se apropien de los bienes materiales de ellos agregándolos a los de ustedes, porque es un gran pecado.

(3) No se casen con las huérfanas que han criado si temen no ser equitativos [con sus dotes], mejor cásense con otras mujeres que les gusten: dos, tres o cuatro. Pero si temen no ser justos, cásense con una sola o con una esclava, porque es lo mejor para evitar cometer alguna injusticia.

(4) Den a las mujeres la dote con buena predisposición. Pero si ellas renuncian a parte de ella en favor de ustedes, dispongan de ésta como les plazca.

(5) No confíen a los [huérfanos menores de edad que sean] derrochadores los bienes materiales cuya administración Dios les ha confiado. Denles alimentación y vestimenta, y háblenles con cariño.

(6) Pongan a prueba la madurez de los huérfanos cuando alcancen la pubertad, y si los consideran maduros y capaces, entréguenles sus bienes. No los derrochen antes de que alcancen la mayoría de edad. El [administrador] que sea rico, que se abstenga [de cobrar honorarios por su administración]; y el pobre que cobre lo mínimo. Cuando les entreguen su patrimonio, háganlo ante testigos. Es suficiente con que Dios les pedirá cuentas.

(7) A los varones les corresponde un porcentaje de la herencia que dejen los padres y parientes más cercanos, y a las mujeres otro porcentaje de lo que los padres y parientes más cercanos dejen. Fuere poco o mucho, les corresponde [por derecho] un porcentaje determinado de la herencia.

(8) Si algunos [otros] parientes, huérfanos o pobres, asisten al reparto de la herencia, denles algo y trátenlos con amabilidad.

(9) Que [los apoderados de los huérfanos] se preocupen [por ellos] igual que si dejasen tras de sí a sus propios hijos menores huérfanos y temiesen por ellos. Que tengan temor de Dios y digan la verdad.

(10) Quienes se apropien injustamente de los bienes de los huérfanos, estarán llenando sus entrañas con fuego y arderán en el Infierno.

(11) Dios prescribe respecto a [la herencia de] sus hijos: Al varón le corresponde lo mismo que a dos mujeres. Si las hermanas son más de dos, les corresponderán dos tercios de la herencia. Si es hija única, le corresponde la mitad. A cada uno de los padres [del difunto] le corresponderá un sexto, si deja hijos; pero si no tiene hijos y le heredan solo sus padres, un tercio es para la madre. Si tiene hermanos, un sexto es lo que corresponde para la madre. Esto luego de cumplir con sus legados y pagar sus deudas. Ustedes ignoran quiénes tienen más derecho al beneficio de la herencia, si sus padres o sus hijos, de ahí este precepto de Dios. Dios es Sabio, todo lo sabe.

(12) A los hombres les corresponde la mitad de lo que dejaran sus esposas si no tuvieran hijos. Si tuvieran hijos les corresponde un cuarto, luego de cumplir con sus legados y pagar sus deudas. Si no tuvieran hijos, a las mujeres les corresponde un cuarto de lo que dejaran. Si tuvieran hijos, entonces un octavo de lo que dejaran, luego de cumplir con sus legados y pagar las deudas. Si [el difunto] no tiene padres ni hijos, pero sí un hermano o una hermana, entonces les corresponde a cada uno de ellos un sexto. Si son más, participarán del tercio de la herencia, luego de cumplir con los legados y pagar las deudas, siempre que los legados no causen perjuicio a los herederos. Esto es un precepto de Dios. Dios es Sabio, Generoso.

(13) Estas son las leyes de Dios. A quien obedezca a Dios y a Su Mensajero, Él lo introducirá en jardines donde corren ríos, donde vivirá por toda la eternidad. Éste es el éxito supremo.

(14) Pero a quien desobedezca a Dios y a Su Mensajero y no cumpla con Sus leyes, Él lo introducirá en el Infierno donde morará por toda la eternidad y sufrirá un castigo humillante.

(15) Si una mujer es acusada de fornicación, deben declarar en su contra cuatro testigos [presenciales del acto]. Si los testigos confirman el hecho, condénenlas a reclusión perpetua en sus casas o hasta que Dios les conceda otra salida.
Esta primera pena fue luego remplazada por 24:2.

(16) El castigo se aplica a los dos que lo cometen [hombre y mujer]. Pero cuando se arrepientan y enmienden, déjenlos en paz. Dios es Indulgente, Misericordioso.

(17) Dios solo perdona a quienes cometen el mal por ignorancia y se arrepienten antes de morir. A éstos Dios los absuelve porque es Sabio y todo lo sabe.

(18) Mas no serán perdonados quienes sigan obrando mal [por rebeldía contra Dios] hasta que los sorprenda la muerte y recién entonces digan: «Ahora me arrepiento». Ni tampoco quienes mueran negando la verdad; a éstos les tenemos reservado un castigo doloroso.

(19) ¡Oh, creyentes! Quedan abolidas las costumbres [paganas preislámicas] de heredar a las mujeres como un objeto y de obligarlas a casarse y retenerlas por la fuerza para recuperar parte de lo que les habían dado, a menos que ellas cometan un acto de inmoralidad. En lugar de eso, traten amablemente a las mujeres en la convivencia. Y si algo de ellas les llegara a disgustar [sean tolerantes], puede ser que les desagrade algo en lo que Dios ha puesto un bien para ustedes.
parte de lo que les habían dado: Como dote o para heredarla cuando muera. un acto de inmoralidad: Si a una mujer se le comprueba la infidelidad el esposo tiene derecho a reclamar la devolución de lo que hubiese regalado como dote.

(20) Y si te decides a divorciarte de tu esposa, a la que has dado una fortuna como dote, para casarte con otra [mujer], no le pidas que te devuelva nada de su dote. ¿Acaso pensabas hacerlo calumniándola, cometiendo un claro delito?

(21) ¿Acaso pretendes que se te devuelva [la dote] después de haberse entregado uno al otro [en la intimidad] a través de un solemne contrato matrimonial?

(22) Salvo hechos consumados, les está prohibido casarse con las exesposas de sus padres, porque es algo obsceno, aborrecible e inmoral.

(23) Se prohíbe contraer matrimonio con sus madres, hijas, hermanas, tías, sobrinas por parte de hermano o de hermana, madres de leche, hermanas de leche, sus suegras, hijastras que están bajo su tutela nacidas de esposas con las que han consumado el matrimonio; pero si no han consumado el matrimonio, no incurren en falta al casarse con ellas. Salvo en casos consumados, también se prohíbe la nuera y casarse con dos hermanas a la vez. Dios es Perdonador, Misericordioso.

(24) Las mujeres decentes y honestas son prohibidas, excepto que sea tomando su mano a través de un contrato de matrimonio. Esta es la ley de Dios. Fuera de las prohibiciones, es lícito que busquen casarse pagando la dote correspondiente, pero con intensión de matrimonio y no de fornicar. Es una obligación dar a la mujer la dote convenida una vez consumado el matrimonio. Pero no incurren en falta si después de haber cumplido con esta obligación legal, deciden algo distinto de mutuo acuerdo. Dios es Sabio, todo lo sabe.

(25) Quien no disponga de los medios necesarios para casarse con una creyente libre, podrá hacerlo con una esclava creyente. Dios conoce bien la fe de ustedes, y todos proceden de un mismo ser. Cásense con ellas con el permiso de sus tutores, y denles la dote legítima y de buen grado. Tómenlas como mujeres honestas, no como fornicadoras o amantes. Si estas mujeres se casan y cometen una deshonestidad, se les aplicará la mitad del castigo que a las mujeres libres. Esto es para los que teman caer en la fornicación, pero tener paciencia es mejor. Dios es Absolvedor, Misericordioso.
podrá hacerlo con una esclava creyente: Esta fue otra de las herramientas del Islam para dar dignidad a la mujer, que dejaba de ser esclava para ser esposa y así alcanzar la libertad.

(26) Dios quiere aclararles la ley, mostrarles el camino correcto de quienes los precedieron, y perdonarlos. Dios todo lo sabe, es Sabio.

(27) Dios quiere perdonarlos, mientras que quienes siguen sus pasiones solo quieren extraviarlos lejos del camino recto.

(28) Dios facilita las cosas, ya que el ser humano fue creado con una naturaleza débil.

(29) ¡Oh, creyentes! No estafen ni usurpen injustamente, sino que comercien de mutuo acuerdo. No se maten a ustedes mismos. Dios es Misericordioso con ustedes.

(30) Quien quebrante estas leyes agresiva e injustamente, terminará en el Fuego. Eso es fácil para Dios.

(31) Si se apartan de los pecados más graves, perdonaré sus faltas menores y los introduciré con honra en el Paraíso.

(32) No codicien lo que Dios ha concedido a unos más que a otros. Los hombres obtendrán una recompensa conforme a sus méritos, y las mujeres obtendrán una recompensa conforme a sus méritos. Rueguen a Dios para que les conceda de Sus favores. Dios conoce todas las cosas.

(33) Cada uno de ustedes tiene derecho a heredar de lo que dejen sus padres y sus parientes más cercanos. Aquellos con quienes hayan celebrado un pacto, también tienen derecho a heredar. Dios es testigo de todas las cosas.
tienen derecho a heredar: Referencia a los esposos, que no se heredan por consanguinidad, sino por el pacto de matrimonio que los une.

(34) Los hombres son responsables del cuidado de las mujeres debido a las diferencias [físicas] que Dios ha puesto entre ellos, y por su obligación de mantenerlas con sus bienes materiales. Las mujeres piadosas e íntegras obedecen a Dios y en ausencia de su marido se mantienen fieles, tal como Dios manda. A aquellas de quienes teman maltrato y animadversión, exhórtenlas, tomen distancia no compartiendo el lecho, y por último pongan un límite físico; si les obedecen [en lo que Dios ordena], no les reclamen ni recriminen más. Dios es Sublime, Grande.
pongan un límite físico: Iniciando una separación de hecho por un tiempo, para que ambos tengan posibilidad de reflexionar.

(35) Si temen la ruptura del matrimonio, apelen a un mediador de la familia de él y otro de la familia de ella. Si tienen el deseo íntimo de reconciliarse, Dios los ayudará a llegar a un acuerdo. Dios todo lo sabe y está bien informado.
Estos dos versículos enseñan la metodología de solución de conflictos dentro del matrimonio. Primero la exhortación, que es la comunicación, el diálogo comprensivo, la exposición de los argumentos y la clarificación de los asuntos. Si esta instancia falla, el segundo paso es dormir separados y no mantener relaciones sexuales; si eso falla, entonces el tercer paso es una separación temporal, como expresión de que el divorcio es una opción ante este problema. En caso de que nada de esto funcione, y la pareja no pueda solucionar los problemas por sí mismos, el Islam recomienda una ayuda externa, de los familiares, si son competentes, o de mediadores para intentar solucionar el problema. Si los esposos son sinceros y quieren solucionar el conflicto y reconciliarse, aceptan de buena fe esta ayuda externa.

(36) Adoren solamente a Dios y no dediquen actos de adoración a otros. Hagan el bien a sus padres, a sus familiares, a los huérfanos, a los pobres, a los vecinos parientes y no parientes, al compañero, al viajero insolvente y a quienes están a su servicio. Dios no ama a quien se comporta como un arrogante jactancioso.

(37) Que los avaros, los que incitan a otros a la avaricia, y los que ocultan el favor que Dios les ha concedido, sepan que Dios ha preparado para los ingratos un castigo humillante.

(38) También para los que hacen caridad solo para ser vistos por la gente, y no creen [de corazón] en Dios ni en el Día del Juicio Final. ¡Quien tome al demonio por compañero, qué pésimo es su consejero!

(39) ¿Qué les habría costado creer en Dios y en el Día del Juicio y dar caridades de aquello que Dios les concedió? Dios los conoce perfectamente.

(40) Dios no es injusto con nadie ni en el peso de la más ínfima partícula. Por el contrario, retribuye generosamente toda obra de bien, y concede de Su parte una recompensa magnánima.

(41) ¿Qué pasará cuando traiga a un testigo de cada comunidad y te traiga a ti [¡oh, Mujámmad!] como testigo contra los que niegan la verdad [y las gracias de Dios]?

(42) Ese día, los que negaron la verdad y se opusieron al Mensajero, querrán que la tierra se los trague. No podrán ocultar ni una de sus palabras ante Dios.

(43) ¡Oh, creyentes! No hagan la oración si están bajo el efecto de embriagantes [o narcóticos] hasta que sepan lo que están diciendo. Tampoco [hagan la oración] si están impuros hasta que se hayan bañado, excepto quien solo necesite pasar por la mezquita. Pero si se encuentran enfermos o de viaje, o si han hecho sus necesidades o han tenido relación sexual con su mujer y no encuentran agua [para la ablución], busquen tierra limpia y pásensela por el rostro y las manos. Dios es Remisorio, Absolvedor.

(44) ¿No te asombra el caso de quienes recibieron algo de la revelación pero la cambiaron por el extravío? Ellos anhelan que ustedes también se desvíen del camino recto.

(45) Dios conoce bien a los enemigos de ustedes. Dios es suficiente como Protector y Socorredor.

(46) Algunos judíos tergiversan el sentido de las palabras sacándolas de contexto, como cuando dicen: «Te oímos [y al mismo tiempo les dicen a otros], pero no te seguiremos en nada de lo que digas». [O como cuando dicen:] «Óyenos tú, que no aceptamos oírte». Te llaman con doble sentido en sus palabras ofendiendo la religión [de Dios]. Si hubieran dicho: «Te oímos y te seguiremos. Escúchanos y sé paciente con nosotros», sería mejor para ellos y más correcto. Pero Dios los alejó de Su misericordia por negarse a aceptar la verdad, poco es lo que creen.

(47) ¡Oh, Gente del Libro! Crean en lo que he revelado ahora, que confirma lo que ya tenían [de la verdad], antes de que borre los rasgos de su identidad y terminen en su propia perdición, o los maldiga como maldije a los que profanaron el sábado. Lo que Dios dispone es ineludible.

(48) Dios no perdona la idolatría, pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a Dios comete un pecado gravísimo.
Dios no perdona: A quien muera sin arrepentirse.

(49) ¿No has visto a los que se jactan de puritanos? En realidad es Dios Quien concede la pureza [librando del egocentrismo] a quien Le place. Nadie será tratado injustamente [en cuanto a la recompensa que sus obras merezcan].

(50) Observa cómo inventan mentiras y las atribuyen a Dios. Eso es en sí mismo un pecado evidente.

(51) ¿Acaso no te sorprende que quienes habiendo recibido algo de la revelación, siguen la hechicería y a los demonios y dicen sobre los idólatras: «Ellos están mejor guiados que los creyentes»?

(52) Ellos fueron apartados de la misericordia de Dios, y a quien Dios aparta de Su misericordia no tendrá quién lo socorra.

(53) ¿Acaso comparten [con Dios] la soberanía? [No la tienen, pero] si la tuvieran, no darían lo más mínimo a la gente [debido a su avaricia].

(54) ¿Es que envidian a la gente porque Dios les ha concedido de Su favor? Porque concedí a la familia de Abraham el Libro y la sabiduría, y les he concedido un dominio inmenso.

(55) Entre ellos hay quienes creyeron y quienes los combatieron. [A estos últimos] el Infierno les bastará como castigo.

(56) A quienes nieguen la revelación los arrojaré al Fuego. Cada vez que se les queme la piel, se la cambiaré por otra nueva para que continúen sufriendo el castigo. Dios es Poderoso, Sabio.

(57) [En cambio] los creyentes que obren correctamente estarán en jardines por donde corren ríos, en los que morarán eternamente, donde tendrán esposas purificadas bajo buena sombra.

(58) Dios les ordena que restituyan a sus dueños originales lo que se les haya confiado, y que cuando juzguen entre las personas lo hagan con equidad. ¡Qué excelente es aquello a lo que Dios los convoca! Dios todo lo oye, todo lo ve.

(59) ¡Oh, creyentes! Obedezcan a Dios, obedezcan al Mensajero y a aquellos de ustedes que tengan autoridad y conocimiento. Si realmente creen en Dios y en el Día del Juicio, cuando tengan discrepancias remítanlas al juicio de Dios y del Mensajero, porque en ello hay bien y es el camino correcto.
Dijo el exégeta Ibn Kazir: “Dijo Muyahid al igual que muchos de los Salaf: ‘Es decir, al Corán y la Sunnah de Su Mensajero, lo que es un mandato de Dios ante cualquier asunto por el que disputen las personas, ya sea en los fundamentos de la religión o en sus ciencias auxiliares, se debe remitir la disputa al Corán y la Sunnah’”. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo: “Les he dejado dos referencias, nunca se desviarán si se aferran a ellas: el Libro de Dios y la tradición de Su Profeta”. Registrado por Ahmad. Este versículo establece que la obediencia a Dios y a Su Mensajero es absoluta, pero que la obediencia a las personas de autoridad y conocimiento es relativa, y es debida siempre que no contradiga los principios establecidos en el Corán y la Sunnah.

(60) ¿No te causan asombro quienes dicen creer en lo que se te ha revelado y en lo que había sido revelado anteriormente, y sin embargo recurren a la justicia de quienes gobiernan con principios injustos y paganos, a pesar de que se les ha ordenado no creer en eso? El demonio solo quiere que se pierdan lejos [de la fe monoteísta].
gobiernan con principios injustos y paganos: Tagut تَغُوطْ , dijo el Imam Malik: “Tagut es todo aquello que es adorado fuera de Dios”. Dijo Ibn Kazir: “Este versículo critica y reprocha a quienes se apartan del Corán y la Sunnah, y recurren al arbitraje y juicio de sistemas falsos, y ese es el significado de Tagut aquí”. Dijo Ibn Al-Qaiim: “Esto prueba que quien es invitado al juicio del Corán y la Sunnah y se rehúsa, es un hipócrita”.

(61) Cuando se les dice: «Acepten lo que Dios ha revelado y las enseñanzas del Mensajero», ves a los hipócritas apartarse de ti con aversión.

(62) ¿Qué será de ellos cuando los aflija una desgracia por lo que hicieron y vengan a ti jurando por Dios: «Solo intentábamos hacer el bien y ayudar»?

(63) Dios sabe lo que encierran sus corazones. Apártate de ellos, exhórtalos y amonéstalos sobre la gravedad de lo que hicieron.

(64) Hemos enviado a los Mensajeros para que sean obedecidos con el permiso de Dios. Si [los hipócritas] después de haber cometido esas injusticias hubieran recurrido a ti, se hubieran arrepentido ante Dios, y el Mensajero hubiera pedido perdón por ellos, habrían comprobado que Dios es Indulgente, Misericordioso.

(65) Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán [realmente] a menos que te acepten como juez de sus disputas, y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente.

(66) Si les hubiera prescrito que sacrificaran sus vidas o que abandonaran sus hogares, no lo habrían hecho, salvo unos pocos. Pero si hubieran cumplido con lo que se les ordenó, habría sido mejor para ellos y les habría fortalecido la fe,

(67) les habría concedido una magnífica recompensa,

(68) y los habría guiado por el sendero recto.

(69) Los que obedezcan a Dios y al Mensajero estarán con los bienaventurados: los Profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio [de su fe] y los justos. ¡Qué excelentes compañeros!

(70) Esa es la generosidad de Dios. Y Dios es el único que todo lo sabe.

(71) ¡Oh, creyentes! Tomen precaución. Salgan en grupos o todos juntos [en defensa del Islam y la verdad].

(72) Habrá entre ustedes quien se rezague, y si sufren un revés dirá: «Dios me ha concedido la gracia de no estar con ellos».
entre ustedes: Los hipócritas.

(73) Pero si por la gracia de Dios alcanzan la victoria, dirá como si no hubiera amistad entre ustedes: «¡Ojalá hubiera estado con ellos!, así habría obtenido un éxito grandioso».

(74) Que luchen por la causa de Dios quienes son capaces de sacrificar la vida mundanal por la otra. Pues a quien luche por la causa de Dios, sea que caiga abatido o que obtenga la victoria, le daré una magnífica recompensa.

(75) ¿Qué les impide combatir por la causa de Dios, siendo que hay hombres, mujeres y niños oprimidos que imploran: «¡Señor nuestro! Sácanos de esta ciudad de opresores. Concédenos, por Tu gracia, quién nos proteja y socorra»?

(76) Los creyentes combaten por la causa de Dios. Los incrédulos, en cambio, combaten por la de los ídolos y la injusticia. ¡Combatan a los secuaces del demonio, y [sepan que] las artimañas del demonio son débiles!

(77) ¿Acaso no te sorprende la actitud de aquellos a quienes se les dijo: «No tienen permiso para combatir ahora, sino que cumplan la oración y hagan caridades?» Pero cuando se les llamó a combatir, algunos de ellos temieron a la gente como se debe temer a Dios o aún más, y dijeron: «¡Señor nuestro! ¿Por qué nos llamas a combatir? Si lo dejaras para más tarde…». Diles: «El goce de la vida mundanal es pasajero; en cambio, la otra vida es superior para los piadosos, en la que no serán tratados injustamente en lo más mínimo.

(78) La muerte los alcanzará donde quiera que se encuentren, aunque se refugien en fortalezas inexpugnables. Si les acontece algo bueno dicen: «Esto proviene de Dios». Pero si los alcanza un perjuicio dicen: «Esto es a causa de ti [¡oh, Mujámmad!]». Diles: «Todo proviene de Dios». ¿Qué le sucede a esta gente que no comprenden lo que se les dice?

(79) Todo bien que te alcance proviene de Dios, mientras que todo mal que te aflija es consecuencia de tus propias obras. Te he enviado [¡oh, Mujámmad!] como Mensajero a todas las personas. Dios es suficiente testigo.

(80) Quien obedezca al Mensajero obedece a Dios. Pero no te he enviado como custodio de quien te rechace.

(81) [Los hipócritas] te juran obediencia, pero cuando salen de tu presencia, un grupo de ellos pasa la noche tramando contradecirte. Dios registra lo que traman. Aléjate de ellos y encomiéndate a Dios, porque Dios te es suficiente como protector.

(82) ¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Dios encontrarían en él numerosas contradicciones.

(83) Cuando escuchan un rumor que pudiere atentar contra la seguridad y sembrar el temor, lo divulgan inmediatamente. Pero lo que debían hacer era remitirlo al Mensajero y a quienes tienen autoridad y conocimiento, que son quienes pueden investigar la información y comprender su magnitud, y sabrían qué hacer. Si no fuera por el favor y la misericordia de Dios para con ustedes, habrían seguido la voluntad del demonio, salvo algunos pocos.

(84) Lucha por la causa de Dios, tú solo eres responsable por ti mismo. Exhorta a los creyentes a combatir; puede que Dios detenga el hostigamiento de los que niegan la verdad, pues Dios tiene mayor poderío y fuerza de disuasión.

(85) Quien interceda por una causa justa obtendrá parte de la recompensa [de Dios], y quien interceda por una causa injusta obtendrá parte del pecado [que implica]. Dios tiene poder sobre todas las cosas.

(86) Si los saludan respondan con un saludo igual o mejor. Dios tiene en cuenta todas las cosas.

(87) Dios, nadie merece ser adorado sino Él. [Dios] los reunirá el Día del Juicio sobre el cual no hay duda que sucederá. ¿Y qué es más veraz que la palabra de Dios?

(88) [Creyentes,] ¿Por qué se dividen respecto a los hipócritas? Dios ha designado Su desvío a causa de su desobediencia. ¿Acaso intentan guiar a quien Dios extravió? Quien ha sido desviado por Dios no tiene salvación.

(89) [Los hipócritas] quieren que ustedes rechacen la verdad, tal como ellos hicieron. No se alíen con ellos hasta que hayan emigrado por la causa de Dios [demostrando su fe]. Pero si se vuelven [abiertamente] hostiles, aprésenlos y ajustícienlos donde quiera que los encuentren. No los tomen jamás por aliados ni confidentes

(90) salvo a quienes busquen asilo en un pueblo con el que tengan un pacto [de no agresión], o con aquellos que están apesadumbrados por tener que combatirlos o combatir a su propia gente. [A ellos no los combatan porque] si Dios hubiera querido, les habría otorgado valor de combatir contra ustedes. Si ellos los dejan tranquilos y no los combaten y proponen la paz, sepan que Dios no los autoriza a agredirlos.

(91) Pero encontrarán a otro grupo que desea estar a salvo de ustedes [aparentando ser creyentes] y a salvo de su gente [manifestando la incredulidad que hay en sus corazones]. Cada vez que su pueblo los incita a combatir contra ustedes se precipitan a agredirlos. A estos, si no dan la palabra de que no combatirán contra ustedes, proponen la paz y contienen la agresión, aprésenlos y ajustícienlos [en el curso del combate] donde quiera que los encuentren. A ellos se les permite combatirlos.

(92) No es propio de un creyente matar a otro creyente, salvo que sea por accidente. Quien mate a un creyente accidentalmente deberá liberar a un esclavo creyente y pagar una indemnización a la familia de la víctima, a menos que ésta la condone. Si [quien muere accidentalmente] era creyente y pertenecía a un pueblo enemigo, [el que causó la muerte accidental] deberá liberar un esclavo creyente. Pero si pertenecía a un pueblo con el que se tiene un pacto [de no agresión], deberá pagarle la indemnización a la familia de la víctima y liberar a un esclavo creyente. Y quien no esté en condiciones [económicas] de hacerlo [o no encuentre,] deberá ayunar dos meses consecutivos para alcanzar el perdón de Dios. Dios todo lo sabe, es Sabio.

(93) Quien asesine a un creyente con premeditación será condenado a permanecer eternamente en el Infierno, además caerá en la ira de Dios, y recibirá Su maldición y un castigo terrible.

(94) ¡Oh, creyentes! Cuando salgan a combatir por la causa de Dios, asegúrense de no combatir contra los creyentes, y no digan a quien los saluda con la paz [expresando su Islam]: «¡Tú no eres creyente!», para así combatirlo y conseguir algo de los bienes perecederos de la vida mundanal, pues junto a Dios hay grandes botines. Ustedes eran así [en la época pagana], pero Dios los agració [con el Islam]. Usen su discernimiento, porque Dios está bien informado de lo que hacen.

(95) Los creyentes que permanecieron pasivos [ante la llamada a luchar por la justicia y la seguridad] no pueden ser equiparados con quienes combatieron por la causa de Dios con sus bienes y sus vidas, excepto los que tengan excusa válida. Dios considera superiores a quienes combaten [por la justicia] con sus bienes y sus vidas, por sobre quienes permanecen pasivos [ante la injusticia]. Pero a todos Dios ha prometido un buen fin [el Paraíso], aunque Dios ha preferido conceder una recompensa más grandiosa a quienes lucharon que a quienes no lo hicieron.

(96) Son grados que Él concede, junto con Su perdón y misericordia. Dios es Indulgente y Misericordioso.

(97) Aquellos que mueran siendo injustos consigo mismos [cometiendo pecados influenciados por la sociedad pagana], los ángeles al tomar sus almas les preguntaran: «¿Qué les pasó?» Responderán: «Nos sentíamos débiles y oprimidos [por los incrédulos]». Les dirán: «¿Acaso la tierra de Dios no era suficientemente vasta como para que emigraran [a otra sociedad]?» Su morada será el Infierno. ¡Qué mal fin!
“¿Qué les pasó?»: ¿Por qué no apoyaron claramente la causa de la verdad?

(98) Excepto los hombres, mujeres y niños débiles que no eran capaces [de emigrar] ni les fue mostrado el camino recto.

(99) A ellos Dios los perdonará, porque Dios es Remisorio, Indulgente.

(100) Quien emigre por la causa de Dios encontrará en la Tierra muchos lugares para refugiarse y también sustento. A quien emigre de su hogar por la causa de Dios y la de Su Mensajero, pero lo sorprenda la muerte [antes de llegar a su destino], sepa que Dios le garantiza Su recompensa. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(101) Cuando estén de viaje o si temen que los agredan los que niegan la verdad, que son sus enemigos, no incurren en falta si abrevian la oración.

(102) Cuando estés con ellos [¡oh, Mujámmad! en el campo de batalla] y establezcas la oración, que un grupo permanezca de pie contigo tomando las armas. Cuando hagan la prosternación, que ellos se pongan detrás; luego el grupo que aún no haya orado se adelante y ore contigo, tomando precauciones y portando sus armas. Los [enemigos] que niegan la verdad desean que descuiden sus armas para atacarlos sorpresivamente. No cometen falta alguna si la lluvia los molesta o están enfermos y dejan las armas [mientras rezan], pero tomen precauciones. Dios ha reservado un castigo denigrante para los que niegan la verdad.

(103) Cuando hayan terminado la oración recuerden a Dios de pie, sentados o recostados. Y cuando estén fuera de peligro hagan la oración [normalmente]. La oración ha sido prescrita a los creyentes para ser realizada en horarios específicos.

(104) No se desanimen en la lucha contra ese pueblo [de opresores], porque así como ustedes tienen dificultades, ellos también las tienen. Pero ustedes anhelan [una recompensa] de Dios que ellos no pueden esperar. Dios todo lo sabe, es Sabio.

(105) Te he revelado el Libro que contiene la verdad para que juzgues entre la gente con lo que Dios te ha enseñado. No seas abogado de los hipócritas.

(106) Pide perdón a Dios, porque Dios es Perdonador, Misericordioso.

(107) Pero no intentes justificar la conducta de quienes son desleales consigo mismos. Dios no ama a quien traiciona y comete injusticias.

(108) [Los hipócritas] pueden engañar a la gente, pero no pueden engañar a Dios, porque Él está con ellos cuando pasan la noche tramando lo que no Le complace. Dios bien sabe cuanto hacen.

(109) [Creyentes,] pueden defenderlos en esta vida; pero, ¿quién los defenderá de Dios el Día de la Resurrección? Y, ¿quién abogará por ellos?

(110) Quien obre mal o sea injusto consigo mismo, pero pida perdón a Dios, encontrará que Dios es Perdonador, Misericordioso.

(111) Quien cometa una falta, en realidad lo hace en su propio perjuicio. Dios todo lo sabe, es Sabio.

(112) Quien cometa una falta o un delito y acuse de ello a un inocente, cargará con su calumnia y con un pecado manifiesto.

(113) Si no fuera por el favor [de la infalibilidad] y la misericordia de Dios contigo [oh, Mujámmad], un grupo [de los hipócritas] te habría extraviado; pero solo se extravían a sí mismos y en nada pueden perjudicarte. Dios te ha revelado el Libro [el Corán] y la sabiduría [la Sunnah] y te ha enseñado lo que no sabías. ¡El favor de Dios sobre ti es inmenso!

(114) En la mayoría de las conversaciones secretas no hay ningún bien, excepto las que sean para coordinar una ayuda social, hacer una buena acción o reconciliar entre las personas. A quien lo haga anhelando complacer a Dios, lo agraciaré con una grandiosa recompensa.

(115) Quien se aparte de las enseñanzas del Mensajero después de habérsele evidenciado la guía, y siga otro camino distinto al de los creyentes, lo abandonaré y lo ingresaré al Infierno. ¡Y qué mal destino!

(116) Dios no perdona la idolatría, pero perdona, fuera de ello, a quien Le place. Quien atribuya actos de adoración a otros además de Dios se habrá desviado profundamente [del camino de los Profetas].

(117) [Los paganos] invocan en vez de Dios a deidades femeninas. En realidad solo invocan a un demonio rebelde.

(118) Dios maldijo al demonio, pero éste replicó: «Seduciré a la mayoría de Tus siervos,

(119) los desviaré, les daré falsas expectativas, les ordenaré cortar las orejas del ganado [marcándolas como ofrenda para los ídolos] y que alteren la naturaleza de la creación de Dios». Quien tome al demonio como aliado en lugar de Dios estará evidentemente perdido.

(120) Les hará falsas promesas y les dará esperanzas; el demonio no hace sino engañar.

(121) Su morada será el Infierno del que no encontrarán escapatoria.

(122) [En cambio] a los creyentes que obren rectamente los ingresaré en jardines donde corren ríos, en los que vivirán por toda la eternidad. La promesa de Dios es auténtica. ¿Qué palabra es más verídica que la palabra de Dios?

(123) No se trata de lo que ustedes deseen o lo que desee la Gente del Libro. Quien haya obrado mal será retribuido por ello, y no encontrará fuera de Dios protector ni socorredor.
No se trata de lo que ustedes deseen: Dios aclara que la salvación no se alcanza por pertenecer a un grupo determinado, sino por la creencia y las buenas obras. o lo que desee la Gente del Libro: Alusión tanto a la idea de los judíos de ser “el pueblo elegido de Dios” y de que, por ello, tienen asegurada Su misericordia en la otra vida, como al dogma cristiano de la “redención”, que promete la salvación a todos los que creen en Jesús como “hijo de Dios” y que este fue crucificado en la cruz para expiar los pecados de la humanidad.

(124) Al creyente que haga obras de bien, sea hombre o mujer, lo ingresaré al Paraíso y no será privado de su recompensa en lo más mínimo.

(125) ¿Quién practica una religión mejor que aquel que entrega su voluntad a Dios, hace el bien y sigue la creencia monoteísta de Abraham? Dios tomó a Abraham como uno de Sus siervos más amados.

(126) A Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. El conocimiento de Dios todo lo abarca.

(127) Te preguntan acerca de las mujeres. Diles: «Dios les responde y explica lo que se encuentra mencionado en el Libro [el Corán] sobre las huérfanas a las que no han dado lo que les corresponde [como dote] siendo que les gustaría casarse con ellas, [así como les informa] acerca de los menores indefensos y [la obligación de] ser equitativos con los huérfanos. Sepan que toda obra de bien que hagan Dios la conoce.

(128) Si una mujer teme de su marido maltrato o rechazo, no incurrirán en falta si ambos llegan a un acuerdo, pues un acuerdo [justo] es lo mejor. El alma es propensa a la avaricia, pero si hacen el bien y tienen temor de Dios, sepan que Dios sabe bien cuanto hacen.

(129) No podrán ser [completamente] equitativos con sus esposas por mucho que lo intenten. Pero no por eso vulneren los derechos [de una de ellas] dejándola como abandonada. Si se rectifican y tienen temor de Dios, Dios es Perdonador, Misericordioso.

(130) Pero si se divorcian, Dios proveerá a cada uno de Su abundancia. Dios es Vasto, Sabio.

(131) A Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. He ordenado a quienes recibieron el Libro anteriormente y también a ustedes tener temor de Dios, pero si se rehúsan, a Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Dios es Opulento, Loable.

(132) A Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Dios es Quien vela por ellos.

(133) ¡Oh, gente! Si Él hubiera querido los habría exterminado y remplazado por otros. Dios tiene el poder para hacerlo.

(134) Quien anhele la recompensa de esta vida mundanal, sepa que Dios dispone de la recompensa de esta vida y de la otra. Dios todo lo oye, todo lo ve.

(135) ¡Oh, creyentes! Sean responsablemente equitativos cuando den testimonio por Dios, aunque sea en contra de ustedes mismos, de sus padres o parientes cercanos, no importa si [el acusado es] rico o pobre: Dios está por encima de ellos. Que los sentimientos no los hagan ser injustos. Si dan falso testimonio o rechazan prestar testimonio [ocultando la verdad], sepan que Dios está bien informado de cuanto hacen.

(136) ¡Oh, creyentes! Crean en Dios, en Su Mensajero, en el Libro que fue revelado a Su Mensajero y en los Libros que fueron revelados en el pasado. Quien no crea en Dios, en Sus ángeles, en Sus Libros, en Sus Mensajeros y en el Día del Juicio, habrá caído en un desvío profundo.

(137) A quienes crean y luego renieguen, después vuelvan a creer y luego renieguen nuevamente, aferrándose tercamente en su rechazo de la verdad [hasta su muerte], Dios no ha de perdonarlos ni guiarlos [por la senda al Paraíso].

(138) Anuncia a los hipócritas que recibirán un castigo doloroso.

(139) Los que toman a los incrédulos como aliados en vez de tomar a los creyentes, ¿pretenden acaso así alcanzar poder y gloria? Sepan que el poder y la gloria pertenecen solamente a Dios.

(140) [Musulmanes:] Se les informa en el Libro revelado que cuando escuchen que se blasfema o que se burlan de la revelación de Dios, no se queden en esa reunión con quienes lo hagan, a menos que cambien de tema, porque de lo contrario serán iguales a ellos. Dios se encargará de congregar a los hipócritas y los que niegan la verdad en el Infierno.

(141) [Los hipócritas] siempre especulan. Si ustedes obtienen una victoria con la ayuda de Dios, les dicen: «¿Acaso no estábamos de su lado?» Pero si los que niegan la verdad logran un triunfo parcial, les dicen a ellos: «¿Acaso no los ayudamos a vencer y los defendimos de los creyentes?» Dios los juzgará el Día de la Resurrección. Dios no ha de conceder a los que rechazan el mensaje la supremacía absoluta sobre los creyentes.

(142) Los hipócritas pretenden engañar a Dios, pero Él hace que ellos se engañen a sí mismos. Cuando se levantan para hacer la oración lo hacen con desgano, solo para ser vistos por la gente, sin apenas acordarse de Dios.

(143) [Los hipócritas] vacilan entre los creyentes y los incrédulos, no se inclinan por unos ni por otros. A quien Dios desvíe no encontrará camino.

(144) ¡Oh, creyentes! No tomen a los que niegan la verdad como aliados en vez de a los creyentes. ¿Acaso pretenden darle a Dios una prueba en contra de ustedes mismos?

(145) Los hipócritas estarán en el abismo más profundo del Fuego y no encontrarán quién los socorra.

(146) Excepto aquellos [hipócritas] que se arrepientan, rectifiquen, se aferren a Dios y practiquen la fe sinceramente. Ellos estarán junto a los creyentes, y Dios tiene preparado para los creyentes una recompensa grandiosa.

(147) ¿Para qué iba Dios a castigarlos [por sus ofensas pasadas] si son [ahora] agradecidos y creyentes? Dios es Agradecido, todo lo sabe.

(148) A Dios no Le complace que se hagan públicos los errores de otros, excepto que sea para denunciar o detener una injusticia. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(149) Si hacen públicas sus buenas obras o si las esconden, o si perdonan una ofensa, sepan que Dios es Perdonador, Poderoso.

(150) Quienes no creen en Dios ni en Sus Mensajeros y pretenden hacer distinción entre [la fe en] Dios y [la fe en] Sus Mensajeros diciendo: «Creemos en algunos, pero en otros no», pretendiendo tomar un camino intermedio,

(151) ellos son auténticos incrédulos. Y a los que nieguen la verdad les tenemos reservado un castigo denigrante.

(152) Pero quienes crean [realmente] en Dios y en Sus Mensajeros sin hacer distinciones entre ellos, Él les concederá Sus recompensas. Dios es Perdonador, Misericordioso.

(153) [Los judíos entre] la Gente del Libro te piden que les hagas descender un Libro del cielo. Ya le habían pedido a Moisés algo peor cuando dijeron: «Haz que podamos ver a Dios con los ojos». Pero fueron fulminados por un rayo debido a las injusticias que cometían. Luego comenzaron a adorar al becerro [de oro] a pesar de haber recibido las evidencias [del monoteísmo]. Pero les perdoné [esa ofensa] y concedí a Moisés un milagro evidente.

(154) Para que respetaran el pacto [de seguir la Tora] elevé la montaña por encima de ellos y les dije: «Ingresen por la puerta [principal de la ciudad], prostérnense [en señal de humildad] y no quebranten el sábado». Celebré con ellos un pacto solemne.

(155) [Y no te sorprendas, ¡oh, Mujámmad! de que te pidan que hagas descender un Libro del cielo, cuando ellos] Quebrantaron el pacto, no creyeron en los signos de Dios, mataron a los Profetas injustamente, y [además] dicen: «No podemos comprender tus palabras». No es eso, sino que Dios endureció sus corazones porque negaron la verdad evidente, y no van a creer sino unos pocos de ellos.

(156) Tampoco creyeron [en el Mesías] y manifestaron contra María una calumnia gravísima [acusándola de fornicadora].

(157) Y dijeron: «Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Dios». Pero, aunque así lo creyeron, no lo mataron ni lo crucificaron. Quienes discrepan sobre él [Jesús] tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, pero en la realidad no lo mataron.

(158) Dios lo ascendió al cielo [en cuerpo y alma]. Dios es Poderoso, Sabio.

(159) La Gente del Libro comprenderá, antes de la muerte, la verdad sobre Jesús, y el Día del Juicio él testificará en contra [de quienes lo negaron y de quienes lo adoraron].
Jesús: Que no era un impostor como alegaron algunos judíos, ni una deidad, como alegan los cristianos, sino un profeta enviado por Dios.

(160) Debido a las injusticias que cometían los judíos, y porque constantemente obstaculizaban el camino de Dios, les prohibí cosas buenas que antes les eran permitidas.

(161) Lucraban con la usura siendo que les estaba prohibido, y estafaban engañando a la gente. Les tenemos reservado un castigo doloroso a quienes de entre ellos negaron la verdad [a pesar de conocerla].

(162) Pero a los que están afianzados en el conocimiento y creen en lo que te fue revelado y lo que fue revelado anteriormente, hacen la oración prescrita, pagan el zakat, creen en Dios y en el Día del Juicio Final, les daremos una recompensa grandiosa.

(163) Te he descendido la revelación como lo hice con Noé y con los Profetas que le sucedieron, con Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, las doce tribus, Jesús, Job, Jonás, Aarón y Salomón. A David le he revelado los Salmos.

(164) Te he mencionado [¡oh, Mujámmad!] algunos de los Mensajeros que envié [a la humanidad] y otros no. Y sabe que Dios habló con Moisés directamente.

(165) A los Mensajeros los envié como anunciadores de albricias y como amonestadores, para que [la humanidad] no tuviera argumento alguno ante Dios [por haber rechazado el mensaje]. Dios es Poderoso, Sabio.

(166) [Si te acusan de mentiroso, ¡oh, Mujámmad! sabe que] Dios mismo atestigua que lo que te reveló es con Su sabiduría, y los ángeles también lo atestiguan, aunque es suficiente con Dios como testigo.

(167) Los que negaron la verdad y además impidieron a la gente seguir la guía de Dios, están profundamente extraviados.

(168) A los que negaron la verdad y cometieron injusticias, Dios no ha de perdonarlos ni guiarlos por el buen camino,

(169) Excepto por el camino que conduce al Infierno, en donde morarán eternamente. Eso es fácil para Dios.

(170) ¡Oh, seres humanos! Les ha llegado un Mensajero con la Verdad sobre su Señor. Crean [en Dios y sigan el Islam], eso es lo mejor para ustedes. Pero si no creen, sepan que a Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Dios todo lo sabe y es Sabio.

(171) ¡Oh, Gente del Libro! No se extralimiten en las creencias de su religión. No digan acerca de Dios sino la verdad: Porque el Mesías, Jesús hijo de María, es un Mensajero de Dios y Su palabra [¡Sé!] que depositó en María; un espíritu creado por Él. Crean en [la unicidad de] Dios y en Sus Mensajeros. No digan que [Dios] es una parte de la trinidad, abandonen esa idea, es lo mejor para ustedes. Dios es una única divinidad. Lejos está, Glorificado sea, de tener un hijo. A Él pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Dios es suficiente como protector.

(172) Ni el Mesías ni los ángeles allegados menosprecian ser siervos de Dios. Quien desdeñe adorar a Dios y se comporte con soberbia, sepa que todos serán resucitados y congregados ante Él [para ser juzgados por sus actitudes].

(173) Los creyentes que hayan obrado correctamente serán retribuidos con generosidad y se les concederá aún más de Su favor. Pero quienes hayan rechazado adorarlo [solo a Él] y hayan sido soberbios, sufrirán un castigo doloroso, y no encontrarán, fuera de Dios, protector ni socorredor.

(174) ¡Oh, seres humanos! Les ha llegado una prueba de su Señor [el Profeta], y les he hecho descender una luz que ilumina [el Corán].

(175) A quienes creyeron y se aferraron a Dios, Él tendrá compasión de ellos, los agraciará y los guiará por el camino recto.

(176) Te piden una respuesta [sobre la herencia]. Diles: «Dios dictamina sobre quien no tiene padre ni hijo. Si un hombre muere sin dejar hijos, pero sí una hermana, ésta heredará la mitad de lo que dejare, y si ella muere sin dejar hijos, él la heredará. Si el difunto deja dos hermanas, éstas heredarán dos tercios de lo que dejare. Si tiene hermanos, varones y mujeres, a cada varón le corresponderá lo mismo que a dos mujeres. Dios se los aclara para que no se desvíen [de lo que es justo]. Dios todo lo sabe.
a cada varón le corresponderá lo mismo que a dos mujeres: La mujer en el Islam tiene asignada su parte en la división de la herencia. En este versículo se establece que las hijas reciben la mitad que sus hermanos varones. Esta mitad, aunque en apariencia pueda verse como injusto, es un porcentaje generoso y justo, ya que en la legislación islámica para la familia, los hombres son los que tienen que asumir las obligaciones de manutención de la misma. Por ejemplo, sobre el hombre pesa la responsabilidad de entregar la dote a su futura esposa, asumir los gastos de su esposa e hijos y, en algún momento, de mantener también a sus padres. En el caso de la mujer, acorde a la legislación islámica para la familia, ella no es responsable de mantener económicamente a nadie, excepto que lo haga de buena voluntad y como colaboración para el hogar, porque su padre, sus hermanos o su esposo son los responsables de mantenerla, sin importar qué tan rica sea ella. Aun así, existen escenarios en los que la mujer recibe de herencia una porción igual a la del hombre.

Corán

(1) Álif. Lam. Mim.

(2) Dios, no hay otra divinidad que Él, el Viviente, se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación.

(3) Él te reveló [¡oh, Mujámmad!] el Libro con la Verdad, para confirmar los mensajes anteriores, y ya había revelado la Tora y el Evangelio

(4) como guía para la gente, y reveló el criterio por el cual se discierne lo verdadero de lo falso. Quienes no crean en la palabra de Dios tendrán un castigo severo. Dios es Poderoso y Señor de la retribución Justa.
el criterio por el cual se discierne lo verdadero de lo falso: El Sagrado Corán.

(5) No hay nada en la Tierra ni en el cielo que pueda esconderse de Dios.

(6) Él es Quien, acorde a Su voluntad, les da forma en el útero. No hay otra divinidad salvo Él, el Poderoso, el Sabio.

(7) Él es Quien te ha revelado el Libro [¡oh, Mujámmad!]. En él hay versículos categóricos de significado evidente, que son la base del Libro, y otros que aceptan interpretaciones. Los que tienen el corazón extraviado siguen solo los interpretables con el fin de sembrar la discordia y hacer una interpretación interesada. Pero Dios conoce su verdadero significado. Los que tienen un conocimiento afirmado, dicen: «Creemos en todos los versículos por igual, todos proceden de nuestro Señor. Aunque solo los dotados de intelecto tienen esto presente.
En lengua árabe el término mujkam مُحْكَم significa perfeccionado y claro. En este sentido todo el Corán es mujkam, ya que a través de sus versículos, puede distinguirse lo verídico de lo falso. El término mutashabih مُتَشَابِه significa que tiene más de un sentido, uno que concuerda con el mujkam y otro que no. La metodología correcta según este versículo implica interpretar los versículos de esta categoría con base en los versículos mujkam. Quien hace lo contrario, comete un gran error que lo llevará al desvío. Los “arraigados en el conocimiento” son los que siguen el camino de la Verdad, interpretando los versículos mutashabih basados en los versículos mujkam. En cambio, quienes buscan interpretaciones rebuscadas basándose solamente en su comprensión y pasión, se desvían y desvían a otros. Dijo el Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, después de recitar este versículo: “Cuando vean a los que buscan recurrir a los versículos mutashabih, tengan cuidado de ellos”. Registrado por Al-Bujari

(8) ¡Señor nuestro! No permitas que nuestros corazones se desvíen después de habernos guiado. Concédenos Tu misericordia, Tú eres el Dadivoso.

(9) ¡Señor nuestro! [Atestiguamos que] Tú reunirás a los seres humanos para un Día ineludible. Dios no falta jamás a Su promesa».

(10) A los que rechacen la verdad, de nada les servirán sus bienes materiales ni sus hijos ante Dios. Serán combustible del Fuego.

(11) Les sucederá lo mismo que a la gente del Faraón y quienes les precedieron. Ellos desmintieron Mis signos. Pero Dios los castigó por sus pecados. Dios es severo en el castigo.

(12) Di a los que rechazan la verdad: «Serán vencidos y congregados en el Infierno». ¡Qué pésima morada!

(13) Ya fue una clara evidencia los dos grupos que se enfrentaron [en la batalla de Bader]: uno combatía por la causa de Dios y el otro la rechazaba. Este último, al ver el grupo de creyentes le pareció [milagrosamente] que era dos veces más numeroso de lo real. Dios fortalece con Su auxilio a quien Él quiere. En ello hay una enseñanza para quienes observan con atención.

(14) Se encuentra en el corazón de las personas la inclinación por los placeres: las mujeres, los hijos, la acumulación de riquezas en oro y plata, los caballos de raza, los ganados y los campos de cultivo. Ese es el breve goce de esta vida, pero lo más hermoso se encuentra junto a Dios.
las mujeres, los hijos, la acumulación de riquezas en oro y plata, los caballos de raza, los ganados y los campos de cultivo: Ese es el conjunto de lo que ama el ser humano: una mujer en el caso del hombre, y un hombre en el caso de la mujer; hijos que llenen de alegría el hogar, riquezas con las que obtener lujos, los mejores medios de transporte y empresas que le generen riqueza y bienestar.

(15) Di: ¿Quieren que les informe sobre algo mejor que los placeres mundanos? Aquellos que tengan temor de Dios encontrarán junto a su Señor jardines por donde corren los ríos, con esposas inmaculadas, donde obtendrán la complacencia de Dios por toda la eternidad. Dios conoce a Sus siervos,

(16) quienes dicen: «¡Señor nuestro! Creemos en Ti. Perdónanos nuestros pecados y líbranos del castigo del Fuego».

(17) [Los creyentes] son los pacientes, los que cumplen su palabra, los piadosos, los caritativos y los que hasta el alba imploran el perdón.

(18) Dios atestigua, y con Él los ángeles y los dotados de cono-cimiento, que no existe más divinidad que Él, y que Él vela por la justicia [y mantiene el equilibrio]. No hay otra divinidad salvo Él, el Poderoso, el Sabio.

(19) Para Dios la verdadera religión es el Islam. Los que habían recibido el libro anteriormente discreparon por soberbia a pesar de haberles llegado la revelación. Quienes rechacen los signos de Dios, sepan que Dios es rápido en ajustar cuentas.
Islam: Islam إسْلام en el idioma del Corán, no es el nombre de una religión en particular, sino que es el nombre de la religión común de monoteísmo, devoción y comportamiento social correcto que predicaron todos los Profetas.

(20) Si te discuten [¡oh, Mujámmad! acerca de tu mensaje], diles: «Me entrego sinceramente a Dios y así hacen quienes me siguen». Y pregúntales a quienes recibieron el Libro y a los analfabetos [árabes paganos]: «¿Han aceptado el Islam [sometiéndose a Dios]?» Si lo aceptan habrán seguido la guía, pero si lo rechazan, tú solo tienes la obligación de transmitirles el mensaje. Dios conoce a Sus siervos.

(21) Anuncia un castigo severo a quienes rechazan los preceptos de Dios, asesinan a los Profetas y matan a las personas que luchan por la justicia.

(22) Sus obras serán vanas en esta vida y en la otra, y no tendrán quién los auxilie.

(23) ¿No te sorprende que quienes recibieron parte del Libro [judíos y cristianos] rechazan juzgar sus asuntos según el Libro de Dios?

(24) Eso es porque dicen: «El fuego no nos tocará más que por días contados». Las falsas creencias que ellos mismos inventaron terminaron apartándolos de su religión.
“El fuego no nos tocará más que por días contados”: La posición judía mayoritaria actual es que el Infierno es un lugar de purificación para el malvado, en el que la mayoría de los castigados permanece hasta un año, aunque algunos estarán eternamente”. Mishnah Eduyot 2:9, Shabbat 33ª.

(25) ¿Qué será de ellos cuando los reunamos el Día inevitable, en el que cada individuo reciba lo que merece de acuerdo a sus acciones? No serán tratados injustamente.

(26) Di: «¡Oh, Dios, Soberano Absoluto! Tú concedes el poder a quien quieres y se lo quitas a quien quieres, fortaleces a quien quieres y humillas a quien quieres. Todo el bien descansa en Tus manos. Tú tienes poder sobre todas las cosas.

(27) Tú haces que la noche entre en el día y el día en la noche. Tú haces surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo. Tú sustentas sin medida a quien quieres».

(28) Que los creyentes no tomen como aliados a los que niegan la verdad en lugar de a los creyentes. Quien así lo haga no tendrá nada que ver con Dios, a menos que lo haga para preservar la vida. Dios los exhorta a que Le teman a Él. Ante Dios comparecerán.

(29) Di: «Tanto si ocultan cuanto hay en sus corazones como si lo manifiestan, Dios lo sabe». Él conoce todo lo que hay en los cielos y en la Tierra. Dios tiene poder sobre todas las cosas.

(30) El día que cada ser vea el registro de todo bien y de todo mal que haya producido, deseará que se interponga una gran distancia entre sí y ese momento. Dios los exhorta a que Le teman a Él. Dios es Compasivo con Sus siervos.

(31) Di: «Si verdaderamente aman a Dios, ¡síganme!, que Dios los amará y perdonará sus pecados». Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(32) Di: «¡Obedezcan a Dios y al Mensajero!» Pero si se niegan, sabe que Dios no ama a los que rechazan la verdad.

(33) Dios escogió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la de ‘Imrán de entre todos los seres.

(34) Familias descendientes unas de otras. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(35) Cuando la esposa de ‘Imrán dijo: «¡Señor mío! He realizado el voto de entregar a Tu exclusivo servicio lo que hay en mi vientre. ¡Acéptalo de mí! Tú todo lo oyes, todo lo sabes».

(36) Y cuando dio a luz dijo: «¡Señor mío! He tenido una hija», y Dios bien sabía lo que había concebido. «No puede servirte una mujer [en el templo] como lo habría hecho un varón. La he llamado María, y Te imploro que la protejas a ella y a su descendencia del maldito demonio».

(37) El Señor la aceptó complacido, e hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías. Cada vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y le preguntaba: «¡María! ¿De dónde obtuviste eso?» Ella respondía: «Proviene de Dios, porque Dios sustenta sin medida a quien quiere».
Dios sustenta sin medida a quien quiere: Dios otorga dones extraordinarios a algunos de Sus siervos para honrarlos debido a su rectitud y firmeza en la fe. Se relata que María recibía frutos de invierno en verano, y frutos de verano en invierno, y por eso el asombro de Zacarías.

(38) En el templo, Zacarías invocó a su Señor diciendo: «¡Señor mío! Concédeme una descendencia piadosa, Tú escuchas los ruegos».

(39) Entonces los ángeles lo llamaron cuando oraba en el templo diciendo: «Dios te anuncia el nacimiento de Juan, quien corroborará la Palabra de Dios, será noble, casto y un Profeta virtuoso».

(40) Exclamó: «¡Señor mío! ¿Cómo podré tener un hijo si soy anciano y mi mujer estéril?» Le respondió [el ángel]: «¡Así será! Porque Dios hace lo que quiere».

(41) Dijo [Zacarías]: «¡Señor mío! Dame una señal [de que me has concedido un hijo]». Dijo Dios: «La señal será que durante tres días, no podrás hablar con la gente salvo por señas. Adora mucho a tu Señor y glorifícalo al anochecer y al alba».

(42) Y [recuerda] cuando los ángeles dijeron: «¡María! Dios te ha elegido por tus virtudes y te ha purificado. Te ha elegido entre todas las mujeres del mundo.

(43) ¡María! Conságrate a tu Señor, prostérnate e inclínate con los orantes».

(44) [¡Oh, Mujámmad!] Éstas son historias que te he revelado porque no eran conocidas [por tu gente]. Tú no estabas presente cuando sorteaban con sus plumas [de escritura] quién de ellos sería el tutor de María, ni tampoco cuando se lo disputaban.

(45) Entonces los ángeles dijeron: «¡María! Dios te albricia con Su Palabra [¡Sea!] será conocido como el Mesías Jesús, hijo de María. Será noble en esta vida y en la otra, y se contará entre los próximos a Dios.

(46) Hablará [milagrosamente] a la gente desde la cuna, y predicará siendo adulto. Será de los virtuosos».

(47) Dijo [María]: «¡Señor mío! ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado hombre?» Le respondió: «¡Así será! Dios crea lo que quiere. Cuando decide algo, solo dice: ¡Sea!, y es.

(48) Él le enseñará la escritura, le concederá la sabiduría, le enseñará la Tora y el Evangelio.

(49) Y será Profeta para los hijos de Israel, a quienes dirá: «Les he traído un milagro de su Señor. Modelaré para ustedes un pájaro de barro. Luego soplaré en él y, con el permiso de Dios, tendrá vida. Con la anuencia de Dios, curaré al que nació ciego y al leproso, y resucitaré a los muertos. Les revelaré lo que comen y guardan dentro de sus casas. Esos milagros son suficientes para que crean en mí, si es que son creyentes.

(50) He venido para confirmar [las enseñanzas originales de] la Tora y para permitirles algunas de las cosas que les estaban prohibidas. He venido con un milagro de su Señor. Tengan temor de Dios y obedezcan.

(51) Dios es mi Señor y el de ustedes. ¡Adórenlo! Ese es el sendero recto».»

(52) Pero cuando Jesús advirtió que su pueblo rechazaba la verdad, dijo: «¿Quiénes me ayudarán en mi misión de transmitir el Mensaje de Dios?» Dijeron los discípulos: «Nosotros te ayudaremos. Creemos en Dios. Atestigua [¡oh, Jesús!] que solo a Él adoramos.

(53) ¡Señor nuestro! Creemos en lo que has revelado y seguimos a Tu Profeta. Cuéntanos entre los que dan testimonio de fe».

(54) Cuando [los conspiradores] maquinaron planes contra Jesús, Dios desbarató sus planes, porque Dios es el sumo planificador.

(55) Cuando Dios dijo: «¡Oh, Jesús! Te haré morir [algún día como a todos, pero ahora] te ascenderé a Mí. Te libraré de los que rechazan la verdad y haré prevalecer a los que te han seguido por sobre los incrédulos hasta el Día de la Resurrección. Luego, todos volverán a Mí para que juzgue entre ustedes sobre lo que discrepaban.

(56) A los que se obstinan en negar la verdad los castigaré severamente en este mundo y el otro, y no tendrán quién los auxilie».

(57) Mientras que a los creyentes que obren rectamente Dios les dará su recompensa con generosidad. Dios no ama a los injustos.

(58) Esta historia te la he revelado como parte de los milagros y de la sabia amonestación del Corán.

(59) El ejemplo [de la creación] de Jesús ante Dios es como el de Adán, a quien creó del barro y luego le dijo: «¡Sea!», y fue.

(60) Ésta es la verdad que proviene de tu Señor [sobre la historia de Jesús]. No seas de los indecisos.

(61) Si te disputan acerca de esta verdad [la historia de Jesús] después de haberte llegado el conocimiento, diles: «¡Vengan! Convoquemos a nuestros hijos y a los suyos, a nuestras mujeres y a las suyas, y presentémonos todos. Luego invoquemos que la maldición de Dios caiga sobre los que mienten».

(62) Ésta es la verdadera historia. No hay otra divinidad más que Dios. Dios es el Poderoso, el Sabio.

(63) Pero si la niegan, Dios sabe quiénes son los que siembran la desviación.

(64) Di: «¡Oh, Gente del Libro! Convengamos en una creencia común: No adoraremos sino a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie como divinidad fuera de Dios». Pero si no aceptan digan: «Sean testigos de que nosotros solo adoramos a Dios».
Gente del Libro: Ahlul-kitab أهل ألكِتَابْ : El Corán usa este término para referirse a los judíos, los cristianos y los seguidores de toda religión originalmente revelada por Dios. El objetivo de llamarlos así es recordar el concepto de la creencia común en un solo Dios trascendente, el respeto a todos los Profetas y la obligación de obedecer las reglas establecidas por Dios.

(65) ¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué se disputan a Abraham, siendo que la Tora y el Evangelio fueron revelados después de él? ¿Es que no razonan?

(66) Ustedes discuten sobre los asuntos de los que tienen conocimiento, aun teniendo la revelación. Pero ahora discuten sobre lo que no conocen siquiera. Dios sabe y ustedes no.

(67) Abraham no fue judío ni cristiano, sino que fue un monoteísta creyente en Dios, y no fue jamás de los idólatras.

(68) Los más cercanos a Abraham son los que siguen sus enseñanzas, así como el Profeta y los creyentes [musulmanes]. Dios es el Protector de los creyentes.

(69) Un grupo de la Gente del Libro desea extraviarlos, pero sin darse cuenta, solo se extravían a sí mismos.

(70) ¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué no creen en la palabra de Dios, siendo que creyeron en ella anteriormente?

(71) ¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué, a sabiendas, mezclan la verdad con lo falso y ocultan la verdad?

(72) Miembros de un grupo de la Gente del Libro se dicen entre sí: «Al comenzar el día finjan creer en lo que se le ha revelado a los creyentes [el Islam], pero desacredítenlo al anochecer; tal vez así les sembremos dudas y renuncien a su fe».

(73) Y [dicen:] «no confíen sino en quienes siguen su religión». Diles [¡oh, Mujámmad!]: «La verdadera guía es la de Dios». [Y dicen:] «No enseñen lo que han recibido para que nadie sea bendecido como ustedes, ni para que puedan argumentar en contra suya ante su Señor». Diles [¡oh, Mujámmad!]: «La gracia está en manos de Dios, y se la concede a quien Él quiere». Dios es Inconmensurable, todo lo sabe.

(74) Favorece con Su misericordia a quien Él quiere. Dios es poseedor del favor inmenso.

(75) Entre la Gente del Libro hay quienes, si les confías un gran tesoro te lo devuelven, y quienes si les confías una moneda te la devuelven solo después de pedírsela con insistencia. Eso es porque dicen: «No seremos recriminados por no cumplir con quienes no han recibido ninguna revelación». Ellos inventan mentiras acerca de Dios a sabiendas.

(76) Por el contrario, quien cumpla su promesa y tenga temor de Dios, sepa que Dios ama a los piadosos.

(77) Quienes vendieron por vil precio el compromiso que tomaron con Dios y faltaron a sus juramentos, no tendrán recompensa en la otra vida. Dios no les dirigirá la palabra ni los mirará ni los purificará el Día de la Resurrección, y tendrán un castigo doloroso.

(78) Entre ellos hay quienes tergiversan el Libro cuando lo recitan para que ustedes crean que es parte de él, cuando en realidad no pertenece al Libro. Y dicen que proviene de Dios, cuando en realidad no proviene de Dios. Inventan mentiras acerca de Dios a sabiendas.
en realidad no pertenece al Libro: Manipulan frases en la colección de libros canonizados por los hombres llamada La Biblia, agregando significados que no son los originales, reinterpretando de manera conveniente para que coincida con sus gustos y deseos.

(79) No es concebible que una persona a quien Dios concede el Libro, la sabiduría y la profecía, diga a la gente: «Ríndanme culto a mí, no a Dios»; [una persona así] dirá: «Sean gente de Dios ilustrados en su religión, que [practican y] enseñan el Libro tal como lo han aprendido».

(80) Tampoco les ordenaría que tomen como dioses a los ángeles y a los Profetas. ¿Acaso iba a ordenarles que fueran incrédulos siendo ustedes creyentes monoteístas?

(81) Dios celebró un pacto con la gente del Libro a través de los Profetas, diciéndoles: «Les concedo el Libro y la sabiduría, pero cuando se les presente un Mensajero que confirme lo que se les ha revelado, crean en él y préstenle auxilio. ¿Asumen tal compromiso?» Respondieron: «Sí, nos comprometemos». Dijo Dios: «Entonces, sean testigos que yo también atestiguaré con ustedes».

(82) Quienes después se desentiendan [y no cumplan con el pacto], serán los descarriados.

(83) ¿Acaso desean una religión diferente a la de Dios, siendo que quienes están en los cielos y en la Tierra se someten a Él por libre voluntad o por la fuerza? Y ante Él [todos] comparecerán.

(84) Di: «Creemos en Dios y en lo que nos ha revelado, en lo que fue revelado a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las doce Tribus, y en lo que de su Señor recibieron Moisés, Jesús y los Profetas. No hacemos distinción entre ninguno de ellos y somos creyentes monoteístas».

(85) Quien profese una religión diferente al Islam no le será aceptada, y en la otra vida se contará entre los perdedores.
Este versículo se aplica a aquellas personas que escucharon el mensaje del Islam, y a pesar de haberlo comprendido correctamente, lo rechazaron, tal como lo evidencian los dos versículos siguientes. No es aplicable a aquella persona que jamás llegó a recibir el mensaje del Islam.

(86) ¿Cómo habría Dios de guiar a quienes abandonan la fe luego de ser creyentes, siendo que fueron testigos de la veracidad del Mensajero y vieron las evidencias? Dios no guía a los injustos.

(87) Ellos tendrán como retribución la maldición de Dios, de los ángeles y de toda la humanidad.

(88) En ese estado se mantendrán eternamente. Tendrán un castigo sin tregua ni alivio.

(89) Salvo quienes se arrepientan y enmienden, porque Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(90) A quienes reniegan de la fe luego de haber creído y se obstinan en su incredulidad, no se les aceptará el arrepentimiento. Ésos son los desviados.

(91) A los que rechazaron la verdad y los tomó la muerte siendo aún incrédulos, aunque ofrecieran como rescate todo el oro que hubiere en la Tierra, no les será aceptado. Ellos recibirán un castigo doloroso y no tendrán quién pueda socorrerlos.

(92) [Los creyentes] no alcanzarán la piedad auténtica hasta que den [en caridad] lo que más aman. Todo lo que den en caridad Dios lo sabe.

(93) Antes que fuera revelada la Tora, todos los alimentos eran lícitos para el pueblo de Israel, salvo lo que ellos mismos se habían vedado. Diles: «Traigan la Tora y léanla, si es verdad lo que dicen».

(94) Serán unos injustos quienes después de todas estas evidencias inventen mentiras y se las atribuyan a Dios.

(95) Di: «Dios dice la verdad. Sigan la religión de Abraham, que fue monoteísta y no se contó entre los que dedicaban actos de adoración a otros además de Dios».

(96) El primer templo erigido para los seres humanos es el de Bakkah [la Ka‘bah], en él hay bendición y guía para la humanidad.

(97) Allí hay signos evidentes, como el sitial de Abraham. Quien ingrese en él estará a salvo. Es obligatorio para las personas peregrinar a este templo si se encuentran en condiciones [físicas y económicas] de hacerlo. Pero quien niegue lo que Dios ha prescrito, sepa que Dios no necesita de Sus criaturas.

(98) Di: «¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué no creen en los signos de Dios? Dios es testigo de lo que hacen».

(99) Di: «¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué intentan conscientemente dificultar el camino al Islam a los que quieren abrazarlo, desfigurando su imagen real, haciéndolo pasar por tortuoso?» Dios no está desatento a lo que hacen.

(100) ¡Oh, creyentes! Si se someten a algunos de la Gente del Libro, ellos lograrán sacarlos a ustedes de la fe a la incredulidad.

(101) ¿Cómo podrían ustedes abandonar la fe cuando se les recitan los preceptos de Dios, y Su Mensajero se encuentra entre ustedes? Quien se aferre a Dios será guiado al camino recto.

(102) ¡Oh, creyentes! Tengan temor de Dios como es debido, y no mueran sino como creyentes monoteístas.

(103) Aférrense todos a la religión de Dios y no se dividan en sectas. Recuerden la gracia de Dios cuando los hermanó uniendo sus corazones siendo que eran rivales unos de otros, y cuando se encontraban al borde de un abismo de fuego, los salvó de caer en él. Así les explica Dios Sus signos para que sigan la verdadera guía.

(104) Que siempre haya entre ustedes un grupo que invite al bien, ordenando lo bueno y prohibiendo lo malo. Ésos serán los bienaventurados.

(105) No sean como aquellos que después de haber recibido las pruebas claras, discreparon y se dividieron en sectas. Ésos tendrán un castigo severo.
se dividieron en sectas: El Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, aclaró este concepto diciendo: “Se dividieron los judíos en setenta y una sectas, se dividieron los cristianos en setenta y dos sectas, y se dividirá esta comunidad en setenta y tres sectas, todas ellas merecen el fuego excepto una”; le fue preguntado: “¡¿Quiénes son, Mensajero de Dios?!” dijo: “Los que siguen el mismo camino que yo y luego mis compañeros”. Registrado por At-Tirmidhi, Abu Dawud e Ibn Mayah, el Sheij Al-Albani lo clasificó como auténtico. Es decir: aquellos que sigan la enseñanza y metodología del Profeta y sus compañeros.

(106) El Día del Juicio unos rostros estarán radiantes y otros ensombrecidos. A aquellos cuyos rostros estén ensombrecidos se les dirá: «¿Han rechazado la verdad luego de haber creído? Sufran el castigo como consecuencia de su incredulidad».

(107) En cuanto a aquellos cuyos rostros estén radiantes, estarán en la misericordia de Dios eternamente.

(108) Éstos son los signos de Dios que te revelo con la verdad, para que adviertas que Dios no oprime a ninguna de Sus criaturas.

(109) A Dios pertenece todo cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Y a Dios retornan todos los asuntos.

(110) [¡Musulmanes!] Son la mejor nación que haya surgido de la humanidad porque ordenan el bien, prohíben el mal y creen en Dios. Si la Gente del Libro creyera, sería mejor para ellos; algunos de ellos son creyentes, pero la mayoría son desviados.

(111) Ellos solo podrán perjudicarlos levemente, y cada vez que los combatan huirán atemorizados, y no serán socorridos.

(112) Dondequiera que se encuentren deberán soportar la humillación, excepto amparados según lo establecido por Dios o por un pacto con los hombres. Cayeron en la condena de Dios y la miseria se ha abatido sobre ellos por no haber creído en los signos de Dios y por haber matado injustamente a los Profetas, por haber desobedecido y violado la ley.

(113) Pero no todos los de la Gente del Libro son iguales. Entre ellos hay quienes se mantienen fieles a las enseñanzas originales, y al conocerlo siguen el Islam, pasan la noche recitando los versículos de Dios y se prosternan.

(114) Creen en Dios y en el Día del Juicio Final, ordenan el bien, prohíben el mal y se apresuran a realizar buenas obras. Ésos se contarán entre los virtuosos.

(115) El bien que hayan hecho antes de adoptar el Islam no será desmerecido. Dios conoce bien a los piadosos.

(116) En cambio, a los que rechacen la verdad, ni sus riquezas ni sus hijos les servirán de nada ante Dios. Serán condenados al Infierno, donde morarán eternamente.

(117) [De nada les servirán] las caridades que ellos hacen en esta vida mundanal [porque la incredulidad las destruye] como un viento frío que azota una cosecha de gente que ha sido injusta, y la destruye. Pero Dios no ha sido injusto con ellos, sino que ellos lo han sido consigo mismos.

(118) ¡Oh, creyentes! No tomen por confidentes a quienes no sean como ustedes, porque los que rechazan la verdad se esforzarán para corromperlos, porque desean verlos en la ruina. Ya han manifestado su odio con palabras, pero lo que ocultan sus corazones es peor aún. Les he mostrado las evidencias de su enemistad, para que reflexionen.

(119) Ustedes los aman a ellos, porque creen en todas las revelaciones, pero ellos no los aman a ustedes. Cuando se encuentran con ustedes dicen: «¡Somos creyentes!» Pero cuando están a solas se muerden los dedos por la rabia que sienten contra ustedes. Di: «Muéranse de rabia». Dios sabe bien lo que encierran los corazones.

(120) Cuando ustedes prosperan, ellos se afligen; pero cuando les sobreviene un mal, se alegran. Si ustedes son pacientes y tienen temor de Dios, sus intrigas no les harán ningún daño. Dios sabe bien lo que ellos hacen.

(121) Y recuerda [¡oh, Mujámmad!] cuando al alba saliste de tu hogar para asignar a los creyentes sus posiciones en el campo de batalla. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

(122) Cuando dos de tus tropas estuvieron a punto de perder el coraje, pero Dios era su Protector y es a Dios que los creyentes deben encomendarse.

(123) Dios los socorrió en Bader cuando estaban en inferioridad de condiciones. Tengan temor de Dios, en señal de agradecimiento.
Bader: La batalla de Bader غزوة بَدِر , tuvo lugar el 13 de marzo de 624 (el 17 de Ramadán del segundo año después de la Hégira en el calendario musulmán) en la región de Hiyaz en la actual Arabia Saudita. Fue una batalla clave en los primeros tiempos del Islam y un punto de inflexión en el enfrentamiento entre los creyentes y sus perseguidores. Gracias a la ayuda de Dios, los musulmanes alcanzaron la victoria ante un ejército tres veces superior en número y mucho mejor armado.

(124) Cuando decías a los creyentes: «¿No les basta que su Señor los socorriera descendiendo tres mil ángeles?»

(125) [Dijeron:] «¡Sí!» Y si son pacientes y tienen temor de Dios, cuando intenten atacarlos sorpresivamente, su Señor los fortalecerá con cinco mil ángeles con distintivos.

(126) Dios lo hizo para albriciarlos y tranquilizar sus corazones. La victoria proviene de Dios, el Poderoso, el Sabio.

(127) [Y lo hizo también] para destruir y humillar a algunos de los que rechazaban la verdad, y que se retiraran derrotados.

(128) No es asunto tuyo [oh, Mujámmad] si Dios acepta su arrepentimiento o los castiga, pues ellos han cometido muchas injusticias.

(129) A Dios pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Él perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

(130) ¡Oh, creyentes! No se beneficien de la usura duplicando y multiplicando los intereses, y tengan temor de Dios, pues solo así tendrán éxito.

(131) Y tengan temor de un fuego que ha sido reservado para los que niegan la verdad.

(132) Obedezcan a Dios y al Mensajero, que así alcanzarán la misericordia.

(133) Y apresúrense a buscar el perdón de su Señor y un Paraíso tan vasto como los cielos y la Tierra, que ha sido reservado para los que tienen consciencia de Dios [y cumplen la ley],

(134) [que son] aquellos que hacen caridad, tanto en momentos de holgura como de estrechez, controlan su enojo y perdonan a las personas, y Dios ama a los que hacen el bien.

(135) Aquellos que al cometer una obscenidad o injusticia invocan a Dios pidiendo perdón por sus pecados, porque saben que solo Dios perdona los pecados, y no reinciden a sabiendas.

(136) Su recompensa será el perdón de su Señor y jardines por donde corren ríos, en los que estarán eternamente. ¡Qué hermosa es la recompensa de quienes obran correctamente!

(137) En la antigüedad Dios ha escarmentado [a otros pueblos]; viajen por el mundo y observen cómo terminaron aquellos que desmintieron la verdad.

(138) Esto debería ser una lección clara para la humanidad, y es guía y motivo de reflexión para los que tienen temor de Dios.

(139) No se desanimen ni entristezcan, porque los que obtendrán el éxito finalmente serán los creyentes.

(140) Si sufren una derrota, sepan que ellos también han sufrido derrotas. Se alterna el triunfo y la derrota entre las personas para que Dios ponga a prueba a los creyentes y honre con la muerte dando testimonio [de su fe] a algunos. Dios no ama a los opresores.

(141) Esto es para que Dios purifique a los creyentes de sus pecados y destruya a los que desmienten la verdad.

(142) ¿Acaso creen que van a entrar al Paraíso sin que Dios evidencie quiénes están dispuestos a combatir por Su causa y ser pacientes?

(143) Anhelaban la muerte antes de salir a su encuentro, y la vieron con sus propios ojos.

(144) Mujámmad es un Mensajero a quien precedieron otros. ¿Si muriera o le dieran muerte, volverían al paganismo? Quien regrese al paganismo no perjudica a Dios. Dios retribuirá generosamente a los agradecidos.

(145) Ningún ser puede morir excepto por el designio de Dios, lo que se encuentra escrito con anterioridad. Quien desee el provecho de esta vida mundanal, le concederé parte de ello; pero quien quiera la recompensa de la otra vida, se la otorgaré. Así recompensaré a los agradecidos.

(146) ¡Cuántos Profetas han tenido que combatir junto a multitudes de seguidores devotos! No perdieron la fe por los reveses en la causa de Dios, no flaquearon ni se sometieron al enemigo. Dios ama a los perseverantes.

(147) No pronunciaban otras palabras más que: «¡Oh, Señor nuestro! Perdona nuestros pecados y nuestros excesos. Afirma nuestros pasos y concédenos el triunfo sobre los que rechazan la verdad».

(148) Dios les premió en esta vida y les favorecerá con una recompensa mayor en la otra, porque Dios ama a los que hacen el bien.

(149) ¡Oh, creyentes! Si obedecen a los que rechazan la verdad, los harán renegar de su fe, y serán finalmente de los perdedores.

(150) Solo Dios es su Protector, y Él es quien mejor da auxilio.

(151) Infundiremos miedo en el corazón de los que rechazan la verdad por haber dedicado actos de adoración a otros además de Dios, sin fundamento lógico ni evidencia revelada. Su morada será el Fuego. ¡Qué pésima será la morada de los opresores!

(152) Dios cumplió Su promesa cuando, con Su anuencia, vencían [en la batalla de Uhud]. Pero flaquearon y cuestionaron las órdenes cayendo en la desobediencia. Entre ustedes hubo quienes anhelaron los bienes materiales de esta vida, pero otros anhelaron la recompensa de la otra vida. Entonces Dios los probó con la derrota, pero los perdonó, porque Dios concede Su favor a los creyentes.

(153) Y [recuerden] cuando huían sin reparar en nadie y el Mensajero los convocaba a sus espaldas, pero no lo obedecieron. Entonces, Dios los afligió con una tribulación para que no se lamentaran por lo que habían perdido [del botín] ni padecido [la derrota]. Dios está bien informado de lo que hacen.
los afligió con una tribulación: El rumor de que el Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, había muerto durante el combate.

(154) Luego de pasada la tribulación, Dios hizo descender sobre ustedes una seguridad y los envolvió en un sueño. Mientras tanto, otro grupo estaba preocupado tan solo por su suerte y pensaban equivocadamente acerca de Dios, a la manera de los paganos, diciendo: «¿Acaso obtuvimos lo que se nos prometió?» Diles: «Todo asunto depende de Dios». Ellos ocultan en sus corazones [la incredulidad] que no te manifiestan. Dicen: «Si nos hubieran consultado, no habría muertos aquí». Respóndeles: «Aunque hubieran permanecido en sus hogares, la muerte habría sorprendido en sus lechos a aquellos para los que estaba decretada». Dios quiso probarlos para evidenciar sus verdaderos sentimientos y purificar sus corazones. Dios bien sabe lo que encierran los pechos.

(155) Los que huyeron el día que se enfrentaron los dos ejércitos, fue porque el demonio los sedujo a causa de sus pecados. Pero Dios los perdonó, porque Dios es Perdonador, Indulgente.

(156) ¡Oh, creyentes! No sean como los que niegan la verdad y dicen de sus hermanos cuando éstos salen de viaje o en una expedición militar [y mueren]: «Si se hubieran quedado no habrían muerto ni caído en batalla», porque Dios hará que eso sea una angustia en sus corazones. Dios es Quien da la vida y la muerte. Dios ve todo lo que hacen.

(157) Pero si los matan o mueren por la causa de Dios, sepan que el perdón de Dios y Su misericordia son mejores que lo que puedan atesorar.

(158) Tanto si mueren como si caen por la causa de Dios, serán congregados ante Dios.

(159) [Oh, Mujámmad] Por misericordia de Dios eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y de corazón duro se habrían alejado de ti; perdónalos, pide perdón por ellos, y consulta con ellos los asuntos [de interés público]. Pero cuando hayas tomado una decisión encomiéndate a Dios, porque Dios ama a los que se encomiendan a Él.
consulta con ellos los asuntos [de interés público]: Pedir la guía de Dios y el consejo a la gente sobre un asunto lícito es recomendable. No se arrepiente quien pide la guía a Dios o un consejo a la gente. Sobre pedir guía y consejo a Dios, el Profeta enseñó una oración para pedir el bien llamada Al-Istijarah. Yabir dijo: “El Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, solía enseñarnos a consultar a Dios en todos los asuntos y situaciones, tanto como nos enseñaba un capítulo del Corán, y decía: ‘Si a alguno de ustedes lo aqueja algún asunto, que realice una oración voluntaria, fuera de las oraciones obligatorias, y luego diga: ¡Oh, Dios! Te consulto por Tu sabiduría, recurro a Ti por Tu poder y Te pido de Tu generosidad infinita; Tú eres, en efecto, capaz y yo no lo soy; Tú sabes y yo no sé. Tú eres el Conocedor de lo Oculto. ¡Oh, Dios! Si Tú sabes que este asunto… es bueno para mí en mi religión y mi vida presente y futura, destínamelo, facilítamelo y bendícelo para mí; pero si sabes que este asunto es un mal para mí en mi religión y mi vida presente y futura, aléjalo de mí y aléjame de él. Destíname el bien donde se encuentre, y luego haz que yo esté complacido de él”. Registrado por Al-Bujari. Dios ama a los que se encomiendan a Él: La confianza en Dios es hacer el corazón dependiente de Él para conseguir lo que anhela y evitar lo que detesta. La confianza en Dios no prohíbe utilizar los medios materiales que Dios nos ha proporcionado para conseguir ese objetivo. No depositar la confianza en Dios implica una enfermedad en el monoteísmo; mientras que no utilizar los medios materiales disponibles implica falta de visión y contacto con la realidad. El momento indicado para este acto es antes de realizar una obra, y su fruto es la certeza. Existen tres tipos de confianza: 1) la obligatoria, que es la confianza en Dios, anhelando solo de Él la ayuda. 2) La permitida, que es confiar en que alguien hará algo por ti dentro de sus capacidades. 3) La prohibida, que es de dos tipos, (a) el politeísmo mayor, que es confiar totalmente en las causas y efectos, creyendo que las cosas suceden de manera independiente a la voluntad de Dios para traer beneficios o provocar daños; (b) el politeísmo menor, que es confiar en que una persona puede proveer el sustento, aunque no cree que lo hace de manera independiente a la voluntad de Dios, sino a través de un acto sobrenatural.

(160) Si Dios los auxilia nadie podrá vencerlos. Pero si los abandona, ¿quién podrá auxiliarlos contra Su voluntad? Que a Dios se encomienden los creyentes.

(161) No es concebible que un Profeta pueda cometer fraude. Quien cometa fraude cargará con ello el Día de la Resurrección. Todos serán retribuidos según sus obras y no serán tratados injustamente.

(162) ¿Acaso es igual quien busca la complacencia de Dios a quien incurre en Su ira? Su destino será el Infierno y qué pésimo fin.

(163) Son diferentes ante Dios. Dios ve todo cuanto obran.

(164) Dios ha dado Su favor a los creyentes al enviarles un Mensajero de entre ellos mismos que les recita Sus versículos, los purifica y les enseña el Corán y la sabiduría [de la Sunnah]. Porque antes se encontraban en un claro extravío.

(165) Ahora que les sobrevino una desgracia, y a pesar de haber causado a sus enemigos el doble, se preguntan a sí mismos: «¿Por qué fuimos vencidos?» Diles: «Por su comportamiento». Dios es sobre toda cosa Poderoso.

(166) Recuerden lo que les aconteció el día que se enfrentaron los dos ejércitos por voluntad de Dios, para distinguir quiénes eran los verdaderos creyentes

(167) y quiénes los hipócritas, a quienes se les dijo: «Combatan por la causa de Dios o al menos defiéndanse». Respondieron [mintiendo]: «Si hubiéramos sabido que habría combate, los hubiéramos seguido». Ese día estuvieron más cerca de la incredulidad que de la fe, porque manifestaban con sus bocas lo que no había en sus corazones. Pero Dios bien sabe lo que ellos ocultaban.

(168) Quienes se ausentaron dijeron a sus hermanos: «Si nos hubieran escuchado, no habrían muerto». Diles: «Si es verdad lo que dicen, háganse inmunes a la muerte».

(169) Pero no crean que quienes han caído defendiendo la causa de Dios están realmente muertos. Por el contrario, están vivos y colmados de gracias junto a su Señor.

(170) Se regocijan por las gracias que Dios les ha concedido y están felices por la recompensa que recibirán quienes todavía no se les han unido, que no sentirán temor ni tristeza.

(171) Se congratulan unos a otros por la gracia y el favor de Dios. Porque Dios recompensa a los creyentes.

(172) Quienes acudieron al llamado de Dios y Su Mensajero a pesar de sus heridas [y dificultades], con obediencia y temor a Dios, obtendrán una recompensa magnífica.

(173) A ellos les fue dicho: «Los enemigos se han agrupado contra ustedes, no podrán con ellos». Pero esto solo les aumentó la fe y dijeron: «Dios es suficiente para nosotros, porque Él es el mejor protector»
Dios es suficiente: Dijo el sabio Ibn Al-Qaiim: “Dios es suficiente para quien se encomienda a Él, y Le basta a quien vuelve hacia Él. Él es Quien concede seguridad y paz al temeroso, y protege a quien se lo pide; a todo aquel que solicite Su socorro, Su ayuda, abandonándose a Él, Dios habrá de protegerlo, cuidarlo y darle una salida”.

(174) y retornaron ilesos por la gracia y el favor de Dios. Ellos buscaron la complacencia de Dios, y Dios es el poseedor de un favor inmenso.

(175) Así [es la estrategia del] demonio, que intenta atemorizar a quienes lo siguen. Pero no le teman a él, sino que témanme a Mí, si son verdaderamente creyentes.
El temor reverencial es un acto de adoración y, por consiguiente, debe ser dedicado y entregado solamente a Dios. El temor puede dividirse en tres clases: 1. El temor reverencial que se experimenta por otro que no sea Dios, ya sea un ídolo o un Tagut, temiendo que éste cause algún perjuicio. Esto es lo que muestran los que adoran tumbas u otros ídolos, les temen y atemorizan a los monoteístas que los invitan a la adoración sincera de Dios único. Una expresión de esto es cuando una persona abandona aquello que le es obligatorio por temor a alguien, lo que muestra la imperfección de su monoteísmo (Tawhid). Dice un hadiz: “Dios ha de decirle al siervo en el Día de la Resurrección: ‘¿Qué te impidió al ver un acto reprobable intentar corregirlo?’ Contestará: ‘¡Oh Señor! Temí la reprobación de la gente’. Dirá: ‘Yo tenía más derecho a ser temido’ ”. Registrado por Ahmad. 2. El temor natural o normal que se experimenta ante el enemigo o un animal salvaje; esta clase de temor no es reprochable. Dijo Dios: “Presuroso, Moisés se alejó de la ciudad con temor y cautela”. (Corán 28:21)

(176) Que no te cause tristeza ver a quienes se precipitan a negar la verdad, porque no perjudican a Dios. Es voluntad de Dios que en la otra vida no obtengan bendición alguna, y sí tengan un castigo terrible.

(177) Quienes abandonen la fe y nieguen la verdad, no perjudicarán en nada a Dios, sino que tendrán un castigo doloroso.

(178) Que no piensen los que niegan la verdad que la tolerancia de permitirles seguir con vida significa un bien para ellos. Por el contrario, es para que aumenten sus pecados y luego sufran un castigo humillante.

(179) No es propio de la sabiduría de Dios dejar a los creyentes en la situación en que se encuentran sin distinguir al perverso [hipócrita] del virtuoso [creyente]. Ni es propio de la sabiduría de Dios revelarles el conocimiento oculto [de quiénes son los hipócritas]. Dios elige entre Sus Mensajeros a quien Le place [para revelárselo], así que crean en Dios y Sus Mensajeros, porque si creen y obran rectamente obtendrán una magnífica recompensa.

(180) Los que mezquinan lo que Dios les ha concedido, que no crean que es un bien para ellos ser avaros. Por el contrario, es un mal. El Día del Juicio Final llevarán colgando de su cuello aquello a lo que con tanta avaricia se aferraron. A Dios pertenece la herencia de cuanto hay en los cielos y la Tierra. Dios está bien informado de lo que hacen.

(181) Dios ha oído las palabras de quienes dijeron: «Dios es pobre, mientras que nosotros somos ricos». Registraremos lo que dijeron y también que hayan matado injustamente a los Profetas. Y les diré: «Sufran el castigo del fuego del Infierno».

(182) Es lo que merecen en retribución por sus obras, porque Dios no es injusto con Sus siervos.

(183) Ellos mismos son los que dijeron: «Dios pactó con nosotros que no creyéramos en ningún Mensajero hasta que nos trajera una ofrenda que el fuego consumiera». Diles: «Antes de mí, otros Mensajeros se les presentaron con las pruebas claras y todas sus exigencias; ¿por qué los mataron entonces, si es cierto lo que dicen?»

(184) Si te desmienten, también fueron desmentidos anteriormente otros Mensajeros, a pesar de haber traído pruebas claras, Escrituras y Libros Luminosos.

(185) Todo ser probará el sabor de la muerte, y cada uno recibirá su recompensa íntegra el Día de la Resurrección. Quien sea salvado del Fuego e ingresado al Paraíso habrá realmente triunfado, porque la vida mundanal es solo un placer ilusorio.

(186) Van a ser probados en sus bienes materiales y en sus personas. Oirán ofensas de aquellos que han recibido el Libro antes que ustedes y de los idólatras. Pero tengan paciencia, temor de Dios, y sepan que esto requiere entereza.

(187) [Sabe que] Dios celebró este pacto con la Gente del Libro: «Deberán explicar el Libro claramente a la gente y jamás ocultarlo». Pero traicionaron el pacto y lo vendieron por vil precio. ¡Qué mal actuaron!

(188) No creas que quienes se vanaglorian de lo que hacen y aman el elogio por lo que ni siquiera han hecho se salvarán del castigo. Tendrán un castigo doloroso.

(189) A Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra. Dios es sobre toda cosa Poderoso.

(190) En la creación de los cielos y de la Tierra, y en la sucesión de la noche y el día, hay signos para los dotados de intelecto,

(191) que invocan a Dios de pie, sentados o recostados, que meditan en la creación de los cielos y la Tierra y dicen: «¡Señor nuestro! No has creado todo esto sin un sentido. ¡Glorificado seas! Presérvanos del castigo del Fuego.
que invocan a Dios de pie, sentados o recostados, que meditan: Éstas son las personas que se benefician de las señales del universo, porque no se detienen en el límite de los parámetros físicos que pueden ver; sino que ven más allá, ven el poder que creó el universo y lo hace funcionar. Ellos usan sus ojos, oídos e intelecto y siguen la guía de los versículos del Corán, los cuales ayudan a que los ojos, los oídos y el intelecto adquieran el estado más sublime que un ser humano puede alcanzar: la certeza en la fe.

(192) ¡Señor nuestro! A quien condenes al Fuego lo habrás deshonrado, porque los opresores no tendrán quién los auxilie.

(193) ¡Señor nuestro! Hemos oído a quien convocaba a la fe, diciendo: ‘Crean en su Señor’, y creímos. ¡Señor nuestro! Perdona nuestros pecados, borra nuestras malas acciones y, al morir, reúnenos con los piadosos.

(194) ¡Señor nuestro! Concédenos lo que has prometido a través de Tus Mensajeros y no nos humilles el Día de la Resurrección. Tú no faltas a Tu promesa».

(195) Su Señor les respondió sus súplicas diciendo: «No dejaré de recompensar ninguna de sus obras, sean hombres o mujeres, descienden el uno del otro. A los que emigraron, fueron expulsados de sus hogares, padecieron dificultades por Mi causa, lucharon y cayeron, les perdonaré sus faltas y los introduciré en jardines por donde corren ríos». Ésta es la recompensa que Dios les concederá. Dios posee la más hermosa recompensa.

(196) No te dejes engañar por la opulencia y los viajes de negocios de los que niegan la verdad,

(197) porque es solo un disfrute temporal. Pero finalmente su destino será el Infierno. ¡Qué pésima morada!

(198) En cambio, quienes hayan tenido temor de su Señor vivirán eternamente en jardines por donde corren ríos, es la acogida que Dios les ha preparado. Lo que Dios tiene reservado para los virtuosos es superior al éxito de los incrédulos en esta vida.

(199) Entre la Gente del Libro hay quienes creen en Dios y en lo que ha sido revelado a ustedes y a ellos. Son humildes ante Dios, y no venden la palabra de Dios a vil precio. Ellos serán recompensados por su Señor. Dios es rápido en ajustar cuentas.

(200) ¡Oh, creyentes! Tengan paciencia, perseverancia, defiéndanse y tengan temor de Dios, que así tendrán éxito.

 

Corán