Caridad y fe en el Ramadán
El Ramadán de 2025 ha traído consigo muchas bendiciones, pero hoy queremos compartir la historia de una de las personas más dedicadas de nuestra organización benéfica islámica. Halima, una cocinera humilde pero extraordinaria, ha estado preparando comidas para los necesitados durante ocho años sin buscar reconocimiento. Su historia es una de fe inquebrantable, altruismo y una creencia inquebrantable en las recompensas de Alá.
Una vida dedicada a alimentar a los que ayunan
Halima nació en Siria y ha pasado su vida sirviendo a los demás. A pesar de la agitación que ha envuelto a su tierra natal, se mantuvo firme en su misión: garantizar que ningún musulmán ayunante de su comunidad se vaya a dormir con hambre. Ahora, a los 57 años, todavía encara cada Ramadán con la misma pasión que cuando se unió a nosotros por primera vez.
Durante años, Halima se negó a que le tomaran fotografías o publicaran su nombre, creyendo que su recompensa estaba únicamente en manos de Alá. Cuando le preguntamos por qué era tan estricta al informar sobre sus actividades, nos recitó este versículo del Corán en su idioma nativo, el árabe, y todos disfrutamos del poder de su fe y aprendimos de ella:
Allah ve incluso los actos de caridad ocultos
إِن تُبْدُوا الصَّدَقَاتِ فَنِعِمَّا هِيَ ۖ وَإِن تُخْفُوهَا وَتُؤْتُوهَا الْفُقَرَاءَ فَهُوَ خَيْرٌ لَّكُمْ ۚ وَيُكَفِّرُ عَنكُم مِّن سَيِّئَاتِكُمْ ۗ وَاللَّهُ بِمَا تَعْمَلُونَ خَبِيرٌ
«Si dais limosna públicamente, es algo excelente. Pero, si la dais ocultamente y a los pobres, es mejor para vosotros y borrará en parte vuestras malas obras. Alá está bien informado de lo que hacéis.»— Surah Al-Baqarah (2:271)
Pero este año, ella aceptó permitirnos compartir su historia, para que otros puedan ser inspirados por su devoción. Se le tomó una sola foto (Foto al comienzo del texto), que la captura en acción, preparando el iftar para los musulmanes palestinos con la misma calidez y sinceridad que siempre ha demostrado.
Cocinar para los necesitados: una misión de fe
En la parte más occidental de Siria, cerca de la frontera con Palestina, Halima trabaja en una cocina que ella misma equipó. Todos los días, ella y su equipo preparan casi 400 comidas de Suhoor e Iftar para los musulmanes que ayunan en Siria y Palestina. Las condiciones son difíciles (recursos limitados, largas horas y el gran peso de la responsabilidad), pero la fe de Halima nunca flaquea.
A menudo nos dice que cocinar para los necesitados es su forma de adoración. El aroma de las comidas recién hechas, el vapor que sale de las ollas y el sonido de los utensilios al chocar contra los cuencos de metal son, para ella, recordatorios de la misericordia de Alá. Cada grano de arroz, cada hogaza de pan y cada plato de sopa que prepara está impregnado de sinceridad y amor.
El impacto de sus donaciones
Los esfuerzos de Halima son posibles gracias a la generosidad de donantes como usted. Con cada donación en criptomonedas, podemos proporcionar más comidas, comprar mejores ingredientes y ampliar nuestro alcance. Como organización benéfica islámica, nos aseguramos de que cada donación se distribuya de acuerdo con la Sharia islámica, apoyando a quienes más lo necesitan.
Este Ramadán, mientras ayunamos y reflexionamos, recordemos a Halima y a los innumerables otros que dedican sus vidas a servir a la Ummah. Sus contribuciones nos ayudan a continuar esta misión, proporcionando comidas Suhoor e Iftar a quienes en Siria y Palestina dependen de esta organización benéfica para sobrevivir.
Únase a nosotros para recompensar los actos de bondad
La historia de Halima es una de sacrificio silencioso, pero su impacto es alto y claro. Ella nos ha demostrado que la verdadera caridad viene del corazón, sin esperar nada a cambio excepto el placer de Alá. Si te inspira su dedicación, puedes ser parte de esta noble misión.
Dona hoy y ayúdanos a seguir ayudando a los necesitados. Juntos, podemos garantizar que cada musulmán que ayuna tenga la oportunidad de romper su ayuno con dignidad y tranquilidad.
Que Alá bendiga a Halima, a su equipo y a todos aquellos que contribuyen a este hermoso acto de caridad. ¡Ramadán Mubarak!