Entendiendo el mandato divino: interpretación de los versículos 183 y 184 de la Sura Al-Baqarah
El Corán, como revelación final, sirve como una guía integral para nuestra vida espiritual y práctica. En sus versículos sagrados, Alá ordena, instruye y guía a los creyentes hacia la rectitud y la autodisciplina. Entre estas ordenanzas divinas, el ayuno ocupa un lugar central en el Islam. En la Sura Al-Baqarah, los versículos 183 y 184 iluminan el significado del ayuno, su propósito y la sabiduría divina detrás de él.
El mandato divino de ayunar: un legado de rectitud
«¡Creyentes!; Se os ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron. Quizás, así, temáis a Alá». (Al-Baqarah 2:183)
Este versículo establece el ayuno (Sawm) como una obligación, no sólo para la Ummah del Profeta Muhammad (la paz sea con él), sino para las naciones que lo precedieron. Destaca la naturaleza universal del ayuno en todas las tradiciones divinas, enfatizando su papel en el desarrollo de la Taqwa (conciencia de Dios).
El núcleo del ayuno no es la mera abstinencia física de comida, bebida y deseos, sino un ejercicio de refinamiento espiritual. Enseña paciencia, autocontrol y gratitud, elevando la conciencia del creyente sobre Alá. El objetivo final es purificar el alma, fomentando la sinceridad en la adoración y la conciencia de la presencia divina.
La misericordia en la obligación: consideración por las dificultades
«Días contados. Y quien de vosotros esté enfermo o de viaje, un número igual de días. Y los que, pudiendo, no ayunen podrán redimirse dando de comer a un pobre. Y, si uno hace el bien espontáneamente, tanto mejor para él. Pero os conviene más ayunar. Si supierais.» (Al-Baqarah 2:184)
Este versículo demuestra el equilibrio entre la obligación y la misericordia en el Islam. Dios reconoce las diversas condiciones de las personas y otorga concesiones a quienes enfrentan dificultades legítimas.
- Los enfermos y los viajeros: se les permite retrasar sus ayunos y compensarlos más tarde cuando sus circunstancias lo permitan.
- Aquellos que enfrentan dificultades extremas: las personas que no pueden ayunar debido a una enfermedad crónica o fragilidad pueden ofrecer Fidya (rescate), que implica alimentar a una persona necesitada por cada ayuno perdido. Lea más sobre la fidya (rescate) y cómo pagarla.
- El estímulo para ayunar: A pesar de estas concesiones, Alá enfatiza que el ayuno es inherentemente mejor, reforzando sus beneficios espirituales y físicos.
El concepto de fidya muestra la compasión del Islam, asegurando que ningún creyente sea agobiado más allá de su capacidad. Esta disposición defiende el principio de la facilidad en la ley islámica, una característica fundamental de la legislación divina.
La conexión entre el ayuno, la caridad y la taqwa
Estos versículos entrelazan el ayuno con la caridad y la rectitud. El Corán nos recuerda repetidamente que los actos de adoración van más allá de la devoción personal: deben manifestarse en la responsabilidad social. Al alentar la fidya y la caridad voluntaria, Alá alimenta un espíritu de generosidad, asegurando que los menos afortunados se beneficien de la riqueza de los demás.
Además, el ayuno en sí mismo cultiva un profundo sentido de empatía por los necesitados. Privarnos de comida y bebida, incluso por un período limitado, nos permite comprender las luchas de los menos privilegiados. Esta mayor conciencia fomenta una actitud caritativa, inspirando a los creyentes a contribuir generosamente, ya sea a través de la fidya, el zakat o la sadaqah. Puede leer nuestros programas de caridad para el Ramadán de 2025.
El vínculo entre estos versículos y otros mandamientos relacionados con el ayuno
El Corán proporciona un marco integral para el ayuno en los versículos siguientes:
- El versículo 185 de la Sura Al-Baqarah profundiza en el significado del Ramadán, revelando que el Corán fue enviado en este mes bendito y reafirmando las pautas del ayuno.
- El versículo 187 de la Sura Al-Baqarah aclara las acciones permitidas durante la noche de ayuno, enfatizando el equilibrio entre la dedicación espiritual y las necesidades humanas.
- La Sura Al-Ma’idah (5:89) analiza la expiación (Kaffarah) por romper un juramento, que también implica el ayuno como medio de expiación.
Este enfoque estructurado garantiza que el ayuno no sea solo un ritual sino un viaje transformador, que enriquece nuestra fe y carácter.
La sabiduría detrás del ayuno y la fidya: un camino hacia la elevación espiritual
El ayuno no consiste solamente en abstenerse de comer y beber, sino en refinar el ser interior. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) enfatizó que el ayuno es un escudo contra el pecado, una oportunidad para la purificación y un camino para ganarse la complacencia de Allah.
La fidya, por otro lado, defiende el principio de inclusión en el culto. Aquellos que no pueden ayunar no están excluidos de las recompensas espirituales del Ramadán. Al alimentar a los necesitados, aún participan de las bendiciones del mes sagrado, lo que refuerza la interconexión de la Ummah.
Un regalo divino de misericordia y disciplina
Los versículos de la Sura Al-Baqarah (2:183-184) encapsulan la sabiduría del ayuno como un medio para alcanzar la rectitud y la cercanía divina. También reflejan la misericordia inherente del Islam al acomodarse a quienes tienen dificultades con el ayuno. A través de este equilibrio entre disciplina y compasión, Alá nos enseña que la devoción no se trata solo de rituales, sino de cultivar un corazón consciente de Él y compasivo hacia Su creación.
Ahora que se acerca el Ramadán, internalicemos estas lecciones. Ya sea a través del ayuno, la fidya o el aumento de los actos de caridad, tenemos la oportunidad de elevar nuestra espiritualidad, fortalecer nuestro vínculo con Alá y contribuir al bienestar de nuestros hermanos y hermanas musulmanes. Que Alá acepte nuestra adoración y nos conceda la capacidad de encarnar la verdadera esencia del ayuno. Amén.